Godzilla 2000 Millenium (1999) fue el regreso a las
pantallas japonesas del Godzilla que todos conocemos, y aunque su respuesta en taquilla no fue mala, sí que resultó algo tibia. En todo caso, la maquinaria no debía pararse. Un año después llegó Godzilla vs Megaguirus (2000), film algo
más flojo que el anterior pero sensiblemente más divertido y descerebrado.
La cinta, dirigida por el recién llegado Masaaki Tezuka, supone un nuevo reboot del personaje, tomando como única referencia el Godzilla de 1954. En esta ocasión y durante los últimos 50 años, Godzilla ha visitado en varias ocasiones Japón provocando desgracias, por lo que se ha creado una organización específica para detenerlo en el caso de que vuelva a aparecer.
Frente a la seriedad de Godzilla 2000 Millenium (1999), se optó en esta ocasión por ofrecer un film de aventuras mucho más light y colorido, muy influenciado por el anime y el cómic. Éste es un aspecto clave de la Serie Millenium (1999-2004).
Si la Serie Heisei fue una buena modernización del personaje influenciada por el cine de acción y ciencia ficción americano de los años 80, estos films del nuevo milenio vienen muy influenciados por la estética y conceptos del anime de ciencia ficción japonés. En mi opinión, este punto de vista más light y lleno de robots, naves espaciales, héroes imposibles y tramas increíbles supone un paso atrás para la saga, aunque no deja de ser llamativo y una nueva vuelta de tuerca a la franquicia.
La cinta, dirigida por el recién llegado Masaaki Tezuka, supone un nuevo reboot del personaje, tomando como única referencia el Godzilla de 1954. En esta ocasión y durante los últimos 50 años, Godzilla ha visitado en varias ocasiones Japón provocando desgracias, por lo que se ha creado una organización específica para detenerlo en el caso de que vuelva a aparecer.
Frente a la seriedad de Godzilla 2000 Millenium (1999), se optó en esta ocasión por ofrecer un film de aventuras mucho más light y colorido, muy influenciado por el anime y el cómic. Éste es un aspecto clave de la Serie Millenium (1999-2004).
Si la Serie Heisei fue una buena modernización del personaje influenciada por el cine de acción y ciencia ficción americano de los años 80, estos films del nuevo milenio vienen muy influenciados por la estética y conceptos del anime de ciencia ficción japonés. En mi opinión, este punto de vista más light y lleno de robots, naves espaciales, héroes imposibles y tramas increíbles supone un paso atrás para la saga, aunque no deja de ser llamativo y una nueva vuelta de tuerca a la franquicia.
La sombra de Gamera es alargada y Gamera 3: la venganza de
Iris (1999) puso el listón tan alto en el mundo del kaiju eiga que la Toho tuvo
que ponerse las pilas para que Godzilla estuviera a la altura. Godzilla vs
Megaguirus (2000) no es el caso, a pesar de que se contagie incluyendo una heroína siguiendo la línea dejada por Kaneko en Gamera. La película se inicia con un flash-back potente en
pleno año 1999, y cómo un destacamento militar se enfrenta a pie de calle contra
Godzilla.
Tras morir aplastado todo el destacamento excepto nuestra protagonista, ésta se queda con un sentimiento de venganza y odio hacia la bestia radiactiva. La trama humana es de muy poco interés y la sosa protagonista no ayuda a que empaticemos con lo que está pasando ni con su vendetta personal. Además, el tono ligero que predomina en el film hace que aparezcan varios personajes repelentes, cuya función es cómica sin conseguirlo en absoluto.
Esta vez pretenden acabar con Godzilla con un generador de agujeros negros para mandarlo a otra dimensión. Ver para creer, aunque como os podéis imaginar, esta nueva arma no acaba con la criatura, más bien al contrario, provoca el nacimiento de una bestia maligna.
Tras morir aplastado todo el destacamento excepto nuestra protagonista, ésta se queda con un sentimiento de venganza y odio hacia la bestia radiactiva. La trama humana es de muy poco interés y la sosa protagonista no ayuda a que empaticemos con lo que está pasando ni con su vendetta personal. Además, el tono ligero que predomina en el film hace que aparezcan varios personajes repelentes, cuya función es cómica sin conseguirlo en absoluto.
Esta vez pretenden acabar con Godzilla con un generador de agujeros negros para mandarlo a otra dimensión. Ver para creer, aunque como os podéis imaginar, esta nueva arma no acaba con la criatura, más bien al contrario, provoca el nacimiento de una bestia maligna.
Inicio en blanco y negro emulando al clásico Japón bajo el terror del monstruo (1954) |
Quieren meter a Godzilla en un agujero negro... |
A lomos de la bestia. Una de las escenas más resultonas del film |
Godzilla atacado por un enjambre de Megaguirus. Esperemos que no sea alérgico |
Llega la batalla final |
El salto imposible de Godzilla |
El bicho, inicialmente, es un guiño muy agradecido a los Meganurones que aparecían en Los hijos del volcán (1956), en forma de libélula de tamaño medio. El momento en que miles de pequeños Megaguirus atacan a Godzilla es excelente y vistoso. Pero una vez los insectos se unen para formar una enorme criatura alada, ésta protagoniza una batalla final contra Godzilla llena de momentos ridículos. Quizás no pegaba a estas alturas volver al espíritu de las batallas de los años 70, tan poco realistas, llenas de saltos y hazañas imposibles. No se sabe si reír o llorar viendo a Godzilla pegar un salto que ni Bruce Lee y caer con todo su peso sobre Megaguirus.
Así, esta entrega de la saga en su primera mitad presenta sus cartas de forma correcta y encantadoramente naïf, con altibajos y algunos tramos aburridos pero con momentos sorprendentes. La secuencia en que nuestra protagonista se sube a la espalda de Godzilla en pleno océano es de sus mejores momentos. Para pasar a la monster-movie clásica en su segunda mitad donde el film se torna descerebrado con batallas ridículas y poca seriedad. Es consecuente con el tono light y aventurero del film, pero el resultado es en general fallido. Los efectos especiales ofrecen un buen nivel en general pero los añadidos digitales siguen rechinando de forma escandalosa en algunos momentos. Además de que el diseño del Megaguirus adulto es sorprendentemente fallido, muy estático y sin apenas movilidad.
Godzilla vs Megaguirus (2000) es un paso atrás en la franquicia. Un film divertido y descerebrado repleto de colores chillones, naves espaciales, locuras en forma de portales dimensionales y cómicas batallas monstruosas, pero el resultado final es de poco interés. La taquilla siguió en descenso con 1,35 millones de espectadores. La Toho tuvo que pensar una estrategia para salvar la saga. Y la salvación fue Shusuke Kaneko.
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