miércoles, 12 de octubre de 2016

FESTIVAL DE SITGES 2016 - DÍA 5


Mucha expectación por ver "The Handmaiden", lo nuevo de Park Chan Wook (tras su aventura americana con la nada desdeñable Stoker), uno de los mayores genios dentro del nuevo cine coreano y creador de maravillas como la "trilogía de la venganza" o Thirst (2009).
Esta vez nos trae una adaptación muy libre de la novela inglesa Fingersmith de Sarah Waters, ambientándola en plenos años 30 en Corea del Sur durante la ocupación japonesa.
Una joven (Sookee) es contratada como criada de una rica mujer japonesa (Hideko), que vive recluida en una gran mansión bajo la influencia de un tirano.
Sookee guarda un secreto y con la ayuda de un estafador que se hace pasar por un conde japonés, planea algo para Hideko.
Un film excelente, y que junto a "Your name", se ha convertido en las favoritas por el momento del Festival (favoritas para un servidor).
Park Chan Wook se aleja de sus maneras más experimentales y rompedoras vistas en sus anteriores films y escoge un método de filmación mas clásico pero impecable, lleno de sensualidad, la cuál se sustenta en una historia magnífica y sugerente, dividida en 3 partes, y que resulta ser todo un juego de espejos donde nada es lo que parece. 
Hasta 3 vueltas da la trama y no puedes dejar de rendirte ante las maneras de Chan Wook como narrador de historias.
Además, contiene varias escenas de carácter sexual lésbico de altísimo voltaje, pero realizados con un buen gusto, una estética y una sensualidad para quitarse el sombrero.


A destacar las estupendas interpretaciones y en concreto una matricula de honor para la joven Kim Tae Ri, quien afronta su primera aparición en un largometraje realizando un trabajo arriesgadísimo y sobresaliente. Un rostro a tener en cuenta. 
"The Handmaiden" es un título impecable, un cuento gótico lleno de sexo (a veces muy bizarro), feminismo y traiciones. 
(Redactado por Adrián Roldán)

Al joven neoyorquino Nicolas Pesce (con tan sólo 25 años) le debemos la sesión más inquietante del festival gracias a su inolvidable ópera prima "The eyes of my mother". Un sorpresón que anuncia, sino confirma, un nuevo talento emergente para nuestro deleite en las siguientes décadas, pues es un excelente ejemplo de alumno aventajado (en la opinión del que aquí, humildemente, aporrea el teclado).
Pesce nos obsequia con una trágica y tremebunda historia de una familia de campo americana, y nos permite fisgonear en la vida de una mujer imposible de olvidar, de nombre Francesca.
De niña, Francesca, estaba muy unida a sus padres y en especial a su madre, que además hacía las veces de profesora. Una tranquila tarde como otra cualquiera, un extraño se acerca "amablemente" a su casa y pide ir al baño.
Nadie esperaba que poco después, la pobre niña sería testigo de brutales asesinatos, torturas y carnicerías extremas en absoluta conmoción; lo que le llevará, ya en su edad adulta (interpretada por la muy inquietante Kika Magalhaes), a ser una mujer peligrosamente inestable, altamente perturbada, solitaria y dueña de uno de los comportamientos más desquiciados que el cine recuerde.

Francesca, recibiendo inquietantes lecciones de su madre
Si a esta durísima historia de psicologías anómalas, le sumamos además una puesta en escena compuesta por un inesperado (pero genial) tratamiento del blanco y negro, con movimientos de cámara suaves, casi quirúrgicos, y una ambientación sonora tremendamente acertada, tenemos el shock asegurado.
Nicolas Pesce mueve su cámara hacia una vida tan fuertemente golpeada, y afectada desde tan tierna edad, que se comprende sin mucho esfuerzo los consiguientes transformaciones radicales y descontroladas en el carácter de la protagonista, donde su mundo nada tiene ya que ver con el real y buscará, de la forma que sea (la parte más interesante, sin duda, del film) compañía, de cualquier tipo y al precio que sea.


La desconocida actriz Kika Magalhaes, inolvidable.
Sin nada que envidiar, en lo que a salvajadas se refiere, a brutales clásicos como "La Matanza de Texas", "Las colinas tienen ojos" o incluso "Martyrs", aunque construida sobre unos pilares más estables y con un gusto cinéfilo mucho más atinado, sin caer en lo absurdamente grotesco ni gratuidades de guión.
Una pequeña obra maestra que emerge con fuerza dentro de un género tan apabullado de ofertas y relamido hasta el infinito, que merece una mención especial por desmarcarse y ser, a su modo, casi única.
Habrá que seguir con especial atención a este nuevo cineasta, pues podemos estar ante un nuevo maestro del terror (si no se deja absorber por una industria que a todos engulle). Crucemos los dedos...aún queda talento en este mundo.
(Redactado por Jesús Álvarez)

Este año, dentro de los Sitges classics, han realizado un ciclo llamado "Red planet Marx" dedicado al desconocido cine de ciencia ficción ruso; toda una delicia para los amantes del género e investigadores de curiosidades como éstas.
Nosotros pudimos asistir a la doble sesión en el cine Prado de "Doroga k zvezdam"(Road to the stars) de 1958 y "El Planeta de las tormentas" (Planeta Bur"), de 1962. Dos piezas dirigidas por Pavel Klushantsev verdaderamente sorprendentes y curiosas realizadas en Rusia en plena Guerra Fría, donde la lucha encarnizada con Estados Unidos por la conquista espacial estaba en pleno apogeo.
Doroga k zvezdam es un falso documental en donde se especula ya con viajes interplanetarios. La primera parte del mediometraje va sobre el fundador de la cosmonáutica, Konstantin Tsiolkovsky, la historia de los cohetes y las perspectivas del desarrollo de la astronáutica.
La segunda parte es una película de ciencia-ficción, donde se fantasea sobre cómo será la vida del hombre en el espacio profundo. 
Como he dicho, una curiosidad fascinante dentro del cine de la época y un ejemplo de cine ruso donde se vanaglorian los descubrimientos científicos propios. Sirve muy bien como clase de ciencia pero no deja de ser una curiosidad y un ejemplo del cine propagandístico de la época.
En cambio Planeta Bur es un ejemplo de cine de ciencia ficción hecho con un mínimo de medios.
En el film, tres naves soviéticas - Sirus, Vega, Capella - se encuentran en misión hacia Venus. Capella es destruida por un asteroide y toda la operación es puesta en peligro. La tripulación elabora un plan y deciden descender por tandas al lejano planeta.
Una vez que los tripulantes llegan a la superficie de Venus, deberán enfrentarse a monstruos prehistóricos, enfermedades y plantas carnívoras, además de descubrir los posibles indicios de una civilización ya extinguida.
Un film que a pesar de que llegó en un momento en que la edad de oro de la ciencia ficción de los 50 estaba acabando, es una muestra muy entretenida y encantadora de lo que se hacia en Rusia dentro del género.
Un delirio con efectos especiales de saldo, dinosaurios de medio pelo y actores más fríos que el simpático robot que les acompaña en la misión (especie de clon del que aparecía en Planeta prohibido).
Planeta Bur, no obstante, es imaginativa y presenta una muy sugerente ambientación en Venus con un filtro en la imagen anaranjado que ayuda a ambientarnos en el planeta.
Un divertimiento asegurado por sus encantadores efectos especiales, situaciones alucinógenas y delirantes.
(Redactado por Adrián Roldán)


Let Me Make You A Martyr cuenta la historia de Drew Glass, quien regresa a su ciudad natal tras haber dejado cuentas pendientes con su pasado. Un lugar donde las cosas han ido a peor desde que se fue, el problema de las drogas se ha intensificado en la ciudad, donde incluso el cura local está involucrado en ella; mientras June, su hermana adoptiva, sigue atrapada por culpa de su adicción. En la ciudad manda Larry Glass, proxeneta y padre adoptivo de ambos, y el gran obstáculo para que puedan huir de allí y rehacer sus vidas como amantes. Larry tiene otros planes y decide contratar a Pope, un brutal sicario, para que se deshaga de sus molestos vástagos antes de que estos vengan a por él. La película no está contada de forma lineal y en sus primeros compases veremos como Drew está siendo interrogado para aclarar algunos acontecimientos que ya han sucedido. De esta forma los hechos que le han llevado a esa situación se nos irán contando mediante flashbacks, copiando descaradamente la estructura de la exitosa primera temporada de "True detective". Lamentablemente, y después de muy pocos minutos en los que este arranque presagiaba una película interesante, vibrante y sangrienta, nos tropezamos con una sucesión de historias cruzadas que nunca terminan por transmitirnos nada más que aburrimiento. Pretenciosa de principio a fin, es un ejercicio autocomplaciente en el que el amontonamiento de personajes pretendidamente desagradables, una atmósfera teóricamente pesimista y un trasfondo delictivo, no funcionan en ningún momento. 

El cebo para desprevenidos que vayan a verla...
Las diferentes historias cruzadas -"Pulp Fiction" puede haber hecho mucho daño como inspiración- transcurren con un ritmo anestesiante y cuando por fin convergen, su resolución está penosamente resulta o simplemente no tienen mucho sentido. Por otro lado, el trasfondo psicológico de los personajes, sus acciones y motivaciones -consecuencias de abusos, el odio, el amor, etc...- tienen un trazo tan epidérmico que no logran que conectemos con ninguno de ellos y literalmente nos dé igual quien mate a quien, solo queremos que termine.

Uno de los mayores reclamos de la película era la presencia de Marilyn Manson encarnando a Pope, un asesino a sueldo, sin embargo, su presencia es prácticamente anecdótica, primero por las pocas escenas en las que sale y en segundo lugar por la poca consistencia de su personaje y acciones, puro marketing para atraer a incautos. La complejidad estructural de la historia se escapa por completo de las manos y capacidades de los responsables del bodrio: Corey Asraf y John Hisopo, presentes en la sala, y que comentaron que esta realización era la culminación de 10 años de trabajo -sin comentarios-. A evitar a toda costa, inaguantable, una pesadilla con la que he tenido que lidiar a mitad de festival.
(Redactado por Marc Ventura)

Un 5 de junio de 2014, en el ya desaparecido Nocturna Film Festival madrileño, descubríamos a un joven catalán gracias a su corto "Sequence", y esto fue lo que apuntamos entonces : [...una trama increíblemente original que roza lo brillante convierte a Sequence en una pequeña joya de muy altos vuelos y que pide a gritos un largometraje. Desde Sospechosos aplaudimos el gran trabajo del catalán Carles Torrens y le seguiremos de cerca sin dudarlo"].
Pues bien, 2 años después, y dentro de la sección a competición en Sitges, Torrens estrena su segundo largometraje bajo el título "Pet". Y por supuesto, ahí estuvimos.
Previo a la proyección, él y los protagonistas (nada menos que el "hobbit" Dominic Monaghan y la guapísima rusa, vista en "Cisne Negro", Ksenia Solo), se mostraban nerviosos porque un proyecto de tan bajito presupuesto optara al mejor film del festival y tuviera tanto público. Carles incluso confesó, aparte de que no nos la tomáramos muy en serio (...), que la prensa catalana ya tendría titular si la película resultaba un fiasco, ya que literalmente, sería un "pet" (o sea, "pedo" en catalán).
"Pet" cuenta la historia de Seth (Monaghan), un solitario trabajador de una perrera en Los Ángeles, que se reencuentra en el autobús con su amor de juventud, la crujiente camarera Holly (Solo).
Mientras ella no le presta la más mínima atención, él se obsesiona hasta el límite de seguirla, acosarla y finalmente capturarla. Según él, para conseguir ayudarla a seguir adelante con su vida.
Si bien el film se sigue con atención y no irrita en ningún momento, también hay poca cosa a destacar una vez se sabe el tan comentado twist final. Un aspecto arduo discutible además, pues creo hubiese funcionado mucho mejor tan solo como mediometraje o incluso, como otro corto.

Seth y Holly, ¿enamorados?
Sin embargo, hay quien se estrujó los sesos para extraer de su oscura historia de amor mucho más significado del que yo extraje, y particularmente, creo que ni es lo suficientemente original ni seductora como para que repitamos la experiencia; y mucho menos, para que le otorguen el galardón al mejor guion en este festival.
Lo cierto es que quizás mis expectativas estaban demasiado altas tras "Sequence", y aunque el nuevo film de Torrens, sin ser en absoluto malo ni ofender, supera el examen raspadillo, transita lugares comunes y copia elementos muy trillados en el suspense-horror (sobre todo de Hannibal Lecter, al cual incluso citan).
Una pequeña decepción que se deja ver sin demasiada euforia, y que peca de confiarse en exceso por su sorpresa final. Justo ahí, donde muchos ven el gran acierto de la película y su punto diferencial, yo veo una gran limitación.
(Redactado por Jesús Álvarez)


La última cita del día me lleva hasta el cine Prado para ver la película japonesa "If Cats Disappeared from the World"; que nos presenta a Takeru Sato, un joven cartero japonés que ve como su mundo se desmorona cuando le comunican que le queda poco tiempo de vida al serle diagnosticado un cáncer terminal. Al llegar a casa tras haber recibido la noticia, se encuentra al mismo diablo ante él que le explica que realmente solo queda un día más para vivir y que está allí para ofrecerle un trato con tal de alargar su vida. Por cada cosa que el diablo elimine de la faz de la Tierra -como si nunca hubiera existido- él obtendrá 24 horas más de vida. Aun trastocado por la inminencia de la muerte, no duda en aceptar este pacto Faustiano y los días empiezan a sucederse mientras van eliminándose cosas antes de que lleguemos a los felinos, como indica el título de la película: primero los teléfonos, luego el cine, los relojes... 
La premisa de la película es más que interesante y esta gana enteros cuando vemos que los elementos seleccionados por ese doble mefistofélico lejos de ser cosas al azar, guardan una estrecha relación con alguien cercano a él: su ex-novia, su mejor amigo, su padre y así sucesivamente. Y aquí es donde surge el drama de nuestro protagonista, que verá como si bien su vida sigue adelante, el precio a pagar es no la pérdida de sus recuerdos, sino la desaparición de su presencia en el recuerdo de los demás, una suerte de muerte en vida para todo lo que ha tenido importancia para él. De esta manera, Takeru se ve obligado a reflexionar acerca de su vida, poner en perspectiva lo que realmente importa y lo que quizás no llegó a valorar cuando sus días simplemente se sucedían sin fecha de caducidad. 

 

La película luce además de una cinefilia muy agradable, su aparición en pantalla es muy oportuna como elemento de conexión entre varios de los protagonistas y a la vez como fuente de educación y maduración del protagonista, dando lugar a múltiples citas extraídas de clásicos del séptimo arte o una divertida escena con Metropolis de Fritz Lang de fondo. El guión está bien elaborado, está realizada hábilmente y llega a tocar la fibra emocional, en algunos momentos tendiendo al drama muy al gusto del cine japonés, donde las complicadas relaciones paterno-filiales y de pareja toman especial relevancia.

 

Si hay un punto que pondría como negativo, es que se olvida por completo del lógico impacto que causaría a nivel planetario la desaparición de todos esos elementos, más allá de si un par de adolescentes llegarían a conocerse o no. Si acaso ese "descuido" intencionado, para centrarse solo en lo que le ocurre al protagonista y a su círculo más cercano, nos deja sin la oportunidad de ver como funcionaría un mundo sin teléfonos o sin relojes, pequeños detalles que podrían haberse incluido y que hubieran redondeado esta agradable película.
(Redactado por Marc Ventura)
 

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