sábado, 22 de junio de 2013

LA MUJER PERFECTA (2013)

Cuando Adrián me desveló el título de su reciente cortometraje "La Mujer Perfecta",  automáticamente me vinieron a la cabeza los infartantes contoneos de la Bo Derek en su película con Blake Edwards. Sin embargo, achaques de la edad al margen, el trabajo del joven Adrián nada (o más bien poco) le debe a dicho film de 1979. A lo sumo, un par de accidentales coincidencias.
Un hombre en la búsqueda desesperada de la mujer ideal, acaba sufriendo el posterior desenlace caótico, totalmente inesperado (o no) del que aprenderá cual sería el destino de sus actos.
Bajo un telón apocalíptico en un inminente futuro distópico (año 2025), Carlos (Óscar González) aún lamenta la reciente pérdida de sus padres. Angustiado y solitario, pasa las horas sentado en el sofá viendo la televisión para evadirse, cabeceando y sin importarle en demasía las continuas amenazas de desahucio que le sobrevuelan (en ese futuro los banqueros son ya meros mafiosos desenmascarados).
Atraído por una noticia sobre un fármaco capaz de resucitar a los muertos, la "Colisteína", Carlos decide jugar su última carta: recuperar la compañía femenina que tanto añora desde que su madre murió [...].
Tras hacerse con un frasco del citado medicamento gracias a un camello de confianza (el propio Adrián, en una aportación de involuntarios tintes Tarantinescos), se decide a conseguir a su "mujer perfecta", aunque para ello deba matarla primero.

Carlos atento a la noticia televisiva que cambiará su vida para siempre
Dispuesto a todo para satisfacer su capricho
La víctima (Mireia Pascual), una chica afín a la figura materna de Carlos, fallecerá al ser atropellada por éste, para ser revivida poco después cual novia de Frankenstein, convirtiéndose así en una especie de zombie a priori inofensivo, capaz durante un tiempo de propiciar a nuestro protagonista momentos de ternura, compañía e incluso sexo necrófilo para el regodeo del respetable. Lamentablemente nada dura para siempre, y el plan de Carlos no tardará en truncarse.
El film de mi ya ex-compañero de estudios cinematográficos Adrián Roldán, propone un cóctel de cinefilia comedida (no hay abuso de referencias como suele haberlo en estos casos, salvando el simpático guiño a Re-Animator), pero sí se desvela deudor de las recientes (que no nuevas) tendencias del género. Se suma al últimamente tan en boga clima apocalíptico en el cine (Los Últimos días, Oblivion, After Earth, todas de 2013), al delirio "living dead" (The Walking Dead, Guerra Mundial Z, Evil Dead), o incluso a las relaciones amorosas entre muertos y vivos (Memorias de un zombie adolescente, The Revenant...).

Carlos cenando con su "experimento zombi"
Recuperando la felicidad perdida

Sin embargo, intenta brillar con luz propia debido a su sobriedad en la propuesta, esquivando la broma fácil en todo momento y adquiriendo un tono inquietantemente serio dentro de un rigor formal tan apropiado como acertado. Sin duda, la coherencia entre fondo y forma es el punto fuerte del cortometraje, pues la historia que cuenta es en realidad terrorífica y su puesta en escena consecuente, sin veleidades gratuitas de estilo (con planos desde el suelo y algunos primeros planos realmente magníficos).
También ofrece riqueza en sus segundas lecturas, tales como la difícil psicología del personaje central y su latente complejo edípico (que lo lleva a comportarse como el mismísimo Norman Bates), los peligros de la soledad, con sus caprichosas consecuencias (Carlos rápido vuelve a ser el chico feliz que antes era mientras obtiene lo que ansía) o las ironías propias de la vida, que casi siempre te coloca en el lado opuesto para aleccionarnos en nuestra vanidad (como demuestra ese final tan catártico y brillante).

"La Mujer Perfecta" empieza a descarrilarse
Por contra, posiblemente La Mujer Perfecta sea algo más irregular a la hora de ahondar en las pulsiones macabras del protagonista (no se empatiza con él del todo porque no sabemos muy bien qué lo impulsa), no acierte en su total construcción psíquica (un personaje tan complejo necesitaría más tratamiento, o sea, más metraje) o presente pequeñas asperezas en su traslación fílmica (algunos arreglos de sonido como el del anuncio de estética, puntuales escenas innecesarias -esa especie de cobradores malvados de desahucios- o algunas interpretaciones desprovistas del suficiente verismo).

Al límite
Con todo, el trabajo de Adrián (y su equipo) acaba resultando estimable, dotado de un conseguido trasfondo inquietante y repleto de intenciones loables, propias de un autor con mayor experiencia, lo que argumenta mucho a su favor.
Seguiremos pues de cerca los futuros proyectos de la productora "Les Pitjeurs", así como la escuela que tanto nos ha enseñado a ambos, La Casa del Cine de Barcelona.
Aquí os dejamos el link para que podáis disfrutarlo, ahora en la que sería la "versión del director" e incluso con sus tomas falsas. A disfrutar.


Y las tomas falsas aquí :


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