martes, 25 de junio de 2013

CONFESSION OF MURDER (2012)

Entre 1989 y 1990, un escurridizo asesino en serie se las ingenió para acabar con la vida de 10 mujeres a pesar del acoso policial al que se vio sometido, en especial por parte del insistente detective Choi Hyung Gu (Jung Jae-young) al cargo del caso, quien a punto estuvo de atraparle antes de que desapareciera definitivamente todo rastro de él. Han pasado más de 15 años desde entonces y los crímenes ya han prescrito según la ley coreana. De forma sorprendente hará aparición Lee Doo Suk (Park Si-hoo) quien confiesa ser el autor material de los asesinatos aprovechando la presentación de un libro que ha escrito donde explica con todo lujo de detalles lo acontecido al respecto del caso, convirtiéndose al instante en un éxito de ventas sin precedentes. Esta situación creará un enorme revuelo en la sociedad, por un lado los familiares de algunas de las víctimas que verán la oportunidad de vengarse del asesino que les arrebató a sus seres queridos, la obsesión casi enfermiza para tomarse la justicia por su mano del detective Choi al revivir toda la frustación que le dejó el no poder atraparle nunca, así como la interesante reacción de los medios de comunicación y el público en general, con todo un debate alrededor de si es lícito que un asesino confeso pueda campar a sus anchas y goce de total impunidad.
Uno de los mejores momentos en la escena inicial...
Asesino y policía cara a cara...
El arranque no puede ser más prometedor, con un inicio de auténtico vértigo mediante una secuencia que recuerda algunos de los brillantes momentos de un filme como Memories of murder (2003), con 10 minutos magistrales bajo una tenaz lluvia en los que asistiremos a una intensa, desesperada y adrenalítica persecución entre Choi y el misterioso asesino enmascarado. Sin embargo ese tono tan oscuro y espléndidamente filmado (las escenas con cámara subjetiva son realmente notables), entramos en un relato con tramos rodados de forma mucho más convencionales, y que acusa algún altibajo narrativo también. Afortunadamente gracias a ciertos giros sorpresivos del guión logran mantener el suficiente interés para seguir su desarrollo sin problema (debo evitar algunos comentarios que haría al respecto para completar mi análisis, por no desvelar algunas de sus mejores armas). Otro punto que no termina de funcionar son las puntuales persecuciones al volante que cada cierto tiempo toman el control de la película, tan y tan pasadas de vueltas que terminan por desequilibrar una película que podía haber dado para bastante más de haber seguido fiel a sus primeros pasos. Estos momentos de acción desenfrenada son más propios de una saga tipo Fast&Furious (auténticas fantasmadas, pero bastante bien rodadas aquí también, todo hay que reconocerlo) que no del teórico thriller que tenemos entre manos.
Una de esas persecuciones totalmente desfasadas...
La prensa acosando sin ninguna sensibilidad...
La película en términos generales es resultona y funcional, utiliza la historia de fondo del asesino en serie, que tan bien ha funcionado en otras producciones coreanas, para atacar la falta de sensibilidad de la sociedad en general y el sensacionalismo desmesurado que impera en los medios de comunicación, que hacen del "todo vale" su único principio con tal de lograr unas buenas audiencias. De esta forma, sorprende ver auténticos clubs de fans que se desviven por seguir al arrepentido asesino allí donde va, animándole y montando shows como si de una mediática estrella de rock adolescente se tratara. Obviando su turbio pasado, la sangre inocente que mancha sus manos, simplemente por su belleza y carisma. Tampoco se quedan atrás los medios de comunicación, como ya retratara el genial Billy Wilder en El gran carnaval (Ace in the Hole,1951), que aquí no tienen inconveniente en prestarse al juego del asesino con tal de salir ganando.
El punto de partida es interesante, atisbamos un prometedor duelo particular entre Choi y Lee con muchas cuentas pendientes que saldar, y ambos actores ofrecen un más que correcto papel para hacer creíbles sus respectivos roles. Sin embargo, el hecho de que varios personajes secundarios están poco logrados (algunos de los familiares de las víctimas, por ejemplo) dejan algo huérfana a la cinta en este sentido y junto algunas ligerezas de su guión, no permiten que alcance cotas mayores. Con todo, resulta una propuesta apreciable para pasar un buen rato, pero que por su falta de una mayor consistencia poco después de terminarla puede resultarnos olvidadiza, tendremos que esperar otra ocasión para descubrir otro de esos thrillers coreanos que nos pongan la piel de gallina como The Chaser o I saw the devil, seguiremos buscando...


1 comentario:

  1. He visto también que se trata de la ópera prima de un tipo con un nombre muy fácil de pronunciar "Byeong-gil Jeong".
    Me atrae la premisa y esa primera escena tiene muy buena pinta. Lástima que luego se tuerza, no la descarto.

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