Frank (Johnny Depp) es un turista americano que viaja a Venecia para tratar de olvidar una relación pasada, pero se cruza en el tren con la enigmática Elise (Angelina Jolie), que a su vez resulta ser pieza clave en los planes de un poderoso mafioso que intenta atraparla para recuperar unos millones robados. Los dos escaparán continuamente de un torbellino lleno de intriga y de peligro para salvar sus vidas y su amor.
Ni las persecuciones lentísimas por los canales, ni los camarazos aéreos por Venecia ni el exceso de lujo y ostentación de la que hace gala la cinta sirven de mucho para ni tan siquiera despertar un mínimo de interés por este film, que de pretencioso, es infumable. Tan solo la incursión de los esbirros en la habitación de Depp y su siguiente huida por los tejados Venecianos merece un punto aparte, ya que me ha parecido distraida y digna, lamentablemente solo ocupa unos minutos y el interés se desvanece rápidamente, devolviéndonos al esquema de antes, tan vacío como ridículo (esa nota quemada y posteriormente recuperada mediante no sé qué proceso de reconstrucción a modo de puzzle es patética).
También el hecho de que el personaje de Frank confunda el idioma y se intente expresar en portugués es una pincelada de gracia acertada en mi opinión, pero no hay manera de salvar la vajilla en la presente película.Mi consejo es que la evitéis como sea, que vuestros ojos no sean castigados con este engendro Hollywoodiense y que la elección sea otra mejor. Un producto engañoso, forzado, disfrazado de lujo pero llano y aburrido como pocos. Un desastre vamos.
Ni la sorpresa de reencontranos con Timothy Dalton en el papel de jefe de policía salva la papeleta, sin duda insalvable de todas todas.
Mi pretensión con esta crítica tan dura es bajar tanto el listón de la misma que si alguien tiene el valor de ponerse a verla, salga incluso contento al ver que tal vez mi ataque era desmesurado, pudiendo incluso valorar positivamente lo que ha visto. Esa es mi misión en esta vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario