domingo, 29 de junio de 2014

BYZANTIUM (2012)

Neil Jordan en las décadas de los 80 y de los 90, ya tuvo dos interesantes incursiones en el mundo de lo fantástico. La primera con la sugerente En compañía de lobos (1984), donde supo crear una atmósfera diferenciadora alrededor del mundo de la licantropía, abordándolo desde una perspectiva distinta que la que habitualmente el cine clásico nos había mostrado. Sería 10 años más tarde cuando se encargaría de lleva a la gran pantalla la adaptación del best seller de Anne Rice de temática vampírica, Entrevista con el vampiro (1994), en el que supo captar la esencia de la novela y el drama que puede llegar a suponer la inmortalidad para los vampiros. Casi han pasado 20 años desde entonces y el cine ha cambiado mucho, hemos sufrido y no poco, las siguientes aproximaciones de best sellers del género al cine con la inefable saga de Crepúsculo, donde el tanto el mito del vampiro como el del hombre lobo se llegaron a convertir en un mero desfile de adolescentes posando y soltando frases carentes de cualquier tipo de interés más allá que para los fans convencidos (que los hay, y todo el respeto hacia ellos). Afortunadamente no todo ha sido negativo y tenemos que destacar por ejemplo la magnífica obra sueca Déjame entrar (2008), que lograba reescribir muy acertadamente parte del mito clásico chupasangres, creando así una obra intimista, sensible a la vez que dura. O también la no poco perturbadora surcoreana Thrist (2009), rompiendo también con lo cánones históricos.

Clara cara a cara con el pasado...
Sin llegar a la altura de ambas, podemos decir que Byzantium es una interesante incursión en el género, en el que se puede sentir cierto paralelismo tanto en la ambientación (magnífica fotografía a cargo de Sean Bobbitt con un predominio de tonos apagados), como en el enfoque de sus personajes respecto a Entrevista con el vampiro. Otra vez aparece el vampiro torturado por el pasado, el peso de los años y oscuros secretos que le atosigan. De esta manera, la historia nos presenta a dos mujeres: Clara y Eleanor que esconden un terrible misterio a la vez que parecen huir de un pasado que las persigue allí donde van. Obligadas a dejar la ciudad donde vivían tras cometer el asesinato de uno de sus perseguidores, quedarán expuestas sin recursos en las calles de una pequeña ciudad de la costa inglesa. Será allí donde la sensual y voluptuosa Clara (Gemma Artenton), no tenga ningún escrúpulo en empezar a conseguir dinero con una de las profesiones más antiguas que existen y que ya ha ejercido en multitud de ocasiones a lo largo de sus más de 200 años de vida. Será allí donde conozca a Noel, un triste y solitario hombre que había salido a buscar un poco de "compañía". Propietario del destartalado motel  Byzantium, se convertirá en el perfecto anfitrión para ambas, esperando que su pasado no las alcance de nuevo.

Clara y Eleanor juntas a lo largo de los siglos...
El dilema moral de ser un vampiro corroe a Eleanor desde siempre...
Uno de los puntos interesantes del film, es la búsqueda de su propia identidad, rechazando así por ejemplo algo tan habitual y conocido como los colmillos de los vampiros y las sabidas escenas con mordiscos en la yugular; o la capacidad de moverse a plena luz del día, desconcertante en unos primeros momentos, pero que en nada dañan el contenido general. Para ello, se "huye" de nombrarles como vampiros puramente, sino como unas criaturas similares, dando también una explicación al origen del que podría ser el primero de su especie; así como adentrándonos en algo poco habitual como es la posible organización y objetivos que pueden mover a estos seres.
Ambos personajes principales están correctamente desarrollados, conoceremos algunos de sus secretos mediante la narración en dos lineas temporales distintas, la peculiar relación que guardan (el descubrirla con el paso de los minutos es una de sus gracias), y el mostrarnos su antagonismo en lo que supone para ambas el quitar una vida (recordando inevitablemente a Lestat y Louis), dando un peso específico a esa moralidad a lo largo del film. Buenas interpretaciones tanto en el caso de Artenton como de Saoirse Ronan dando vida a Eleanor.

Vivir o morir...
Se recupera ese tono oscuro, pausado, que ya reflejaron las anteriores películas referenciadas de Jordan, dejando de lado el uso de enormes efectos especiales, jugando con una buena ambientación ciertamente decadente y centrándose en contarnos un sencillo pero a la vez interesante relato en el que las mujeres intentan tomar un protagonismo en un mundo dominado por el hombre, que incluso dentro de la sociedad vampírica les está vetado y se castiga con la muerte.
En su contra juega un ritmo con ciertos altibajos, sobre todo al principio, en los que no queda claro a que jugamos ni hacia donde avanza la película, a pesar de ello resulta un correcto drama con tintes románticos que sabe mantener un tono oscuro y evita la tentación de caer en la ñoñería del moderno mundillo teen vampírico como la inefable saga de Crepúsculo.

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