Con la ayuda de sus odiosos biomen (una suerte de Saibaimen parlanchines), conseguirán secuestrar al viejo maestro Mutenroshi, al que creen aún como la persona más fuerte del planeta. Cuando Gokuh se entera del peligro que corren su antiguo sensei y la siempre sugerente Bulma (también en el saco), decide ir en su busca a las montañas heladas de Tsurumai-Tsuburi.
Los experimentos de ambos doctores van más allá de lo imaginable, ya que incluso han creado individuos biotecnológicos de enorme poder con características sorprendentes (uno domina el hielo, otro la electricidad y el tercero parece hecho de una potentísima goma). Todo, para darle la bienvenida al luchador más fuerte del planeta. La batalla está servida....
Esta era la esperanzadora historia para la 5º película sobre Dragon Ball, situada de algún modo después de la llegada de los saiyans a la Tierra, pero repleta, como os podéis imaginar, de continuas incoherencias con la serie original.
En un mundo de vergüenza ajena.... |
Pese a lo simpático de los dibujos, es sonrojante el momento |
Tampoco desmerecen los nuevos oponentes, desde el acertado diseño del anciano Dr. Cochin, al trío de bestias de su creación: el currutaco Misokattsun, el verdoso Kishiime o el cromañónico EbiFryer. Incluso al monstruo robótico final le podría encontrar alguna gracia.
Pero para desolación del enamorado de la serie, de nada sirven estos aciertos, pues la balanza finalmente acaba por inclinarse hacia el lado equivocado.
Mutenroshi demostrando sus habilidades |
Gokuh, sorprendido por la morfología de Misokattsun |
Ebifryer congelando a Gokuh |
Como le hizo a Nappa, Gokuh acaba con Kishiime gracias al Kaioh Ken. |
Pamplinada tras pamplinada, Gohan nos empaña un film que bien podría haber sido otra cosa bien diferente. Y encima, contagia de su tontería a uno de los mejores personajes malvados de la serie, el Gran Rey demonio Piccolo (que debería estar muerto aquí, pero estaba tan pancho esperando sospechosamente cerca del hielo a que algo ocurriera).
Tampoco es muy lógico que un cerebro del tamaño de un oso, pretenda un cuerpo de talla normal para sus fines, y mucho menos que su compinche, el Dr. Cochin, haya podido salir de tamaña prisión de hielo tan tranquilo como parece.
Un Kame-Ha-Me-Ha como Dios manda |
El cerebro del Dr. Uirou,, dentro de la máquina, luchando en el espacio exterior (...) |
- Enemigo con esbirros amenaza la Tierra.
- Todo parece perdido y se sorprenden de lo fuerte que es.
- No pasa nada, nuestros héroes, al quinto intento, eliminan al malvado ser.
- Todos ríen.
En fin, poco se puede hacer al respecto, tan solo subrayar los momentos más logrados; como la divertida secuencia de Gokuh tiritando de frío, un Kamesennin combatiendo (con lo entrañable que eso resulta), una buena idea de origen y un doctor estimable, buena calidad del dibujo a grandes rasgos, intensidad en general con la acción necesaria y una canción de créditos finales insólita cuanto menos. Que Gohan haga uso del Nyoibo podría pasar como anécdota, pero prefiero olvidarla.
Como colofón, resulta divertido descubrir que el nombre de todos los personajes del OVA son platos procedentes de Nagoya (lugar de nacimiento de Toriyama). El gomoso Misokattsun proviene de Miso (sopa tradicional japonesa) y del Katsu (cerdo frito), un plato donde la gracia está en mojar la carne en la sopa.
El réptil Kishiime, proviene a su vez de un plato de tallarines gruesos de harina de trigo denominados Kishimen Udon.
Ebifryer, el tercer esbirro en discordia, es una variación de Ebi Fry, o langostinos fritos.
Los doctores en cuestión, Uirou y Cochin, son respectivamente, un dulce de arroz y un pollo concreto procedente de Nagoya, el Cochin Chicken.
Para más inri, la cordillera montañosa donde está su guarida, la Tsurumai-Tsuburi, parece ser un juego de palabras. Tsuru mai es una conocida marca de arroz, y Tsuburi una región montañosa cercana a Nagoya.
¿Os ha entrado hambre?, a mi sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario