¡¡Estrenamos nuevo año!!...y como no podía ser de otra manera, también programa cinéfilo en el CineClub. Tras la exitosa Maratón Solidaria con Los Goonies, recuperamos nuestra cita quincenal con el cine gourmet dentro de las instalaciones del Cine Casino Prado de Sitges con un nuevo film con credenciales.
Es el turno de "Una Canción para Marion" (Song for Marion, 2012), un drama agridulce con tintes cómicos de la mano del cineasta británico Paul Andrew Williams (del que ya disfrutamos su estimable cinta "The Cottage" o su sorprendente guión en aquélla gamberrada que fue "The Children").
Aquí, conoceremos a Arthur, un pensionista gruñón y cascarrabias que tras perder a su mujer por culpa del cáncer, se unirá al extravagante coro de jubilados al que pertenecía su esposa, con tal de honrarla y de paso, recuperar la relación con su distanciado hijo James.
Una historia que trata sobre el amor por la vida, sobre la búsqueda de nuestra redención personal, de la (por regla general) dura aceptación de la propia vejez y de todas las cosas satisfactorias que uno puede (y debe) hacer hasta sus últimos días. También, como no, sobre la pérdida de un ser querido, que provoca una enorme herida que no cura nunca, pero que estamos obligados a sobrellevar. Un fantástico relato repleto de amor, reflexión y relaciones humanas, entremezclando distintas generaciones paternofiliales.
Para el deleite del cinéfilo, y como cabeza de reparto, el film cuenta con el gran Terence Stamp en el papel de Arthur y de la siempre solvente Vanessa Redgrave como su mujer Marion. Toda una garantía para un film alabado tanto en el Festival de Valladolid de 2012 como en de Toronto, donde incluso optó a mejor película.
Así pues, una nueva oportunidad para paladear cine del bueno empezando el 2014 con gusto. Será el próximo jueves día 9 de Enero a las 20:30h en el Cine Prado de Sitges, como de costumbre. Ah!...y por supuesto, respetando su Versión Original (subtitulada en castellano).
Allí os esperamos.
Los primeros 40' aprox. son notables, de una aspereza psicológica y ciertos contrastes generacionales estupendamente trazados. Tras la muerte de Marion, todo fluye por los derroteros convencionales, por lo que pierde muchísimo fuelle. Un 6,7 sería mi valoración.
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