miércoles, 16 de octubre de 2013

SITGES 2013 DÍA 4: JORNADA ECLÉCTICA Y CACHONDEO NOCTURNO

10:30 El Festival de Sitges ya no es solo un reducto para amantes del terror, del slasher más sangriento y los sustos que nos hacen saltar en nuestras butacas. Desde ya hace unos años que tienen cabida otro tipo de obras más experimentales o de temáticas muy distintas y que a veces pasan algo inadvertidas por parte del gran público, pero que descubrirlas y apostar por ellas puede tener su recompensa. Así ha sido con aquellos que esta mañana hemos decidido asistir a la proyección de For those in peril en el Prado.
La película se centra en contarnos la historia de Aaron, un joven que el día que salió a alta mar por primera vez junto a su hermano y otros cuatro pescadores, terminó por ser el único superviviente tras sufrir la embarcación en la que navegaban un accidente. La peculiar cultura de la pequeña comunidad pesquera escocesa donde habita, hará que este hecho le marque para siempre. Como uno de sus vecinos comenta, la gente siempre recordará y respetará a los que no volvieron, pero le echará toda la culpa y frustaciones al que sí lo hizo, porque nunca sabrán si podía haber hecho alguna cosa por traerlos de vuelta. Con este ambiente hostil a raíz de su regreso, un amnésico y desorientado Aaron deberá lidiar con la pérdida de su hermano junto el rechazo de una sociedad rencorosa y desconfiada, creando en la mente del joven una creciente sensación de culpa, remordimientos y la necesidad de devolver a su hermano a casa.

Un triste Aaron tiene que aceptar la realidad y seguir adelante...
Este es un film que toca varios temas para desarrollar una historia que va virando lentamente desde la realidad pura y dura, hasta una parte final donde un ligero toque de fantástico también tiene cabida. Siendo su eje central el tratar la pérdida de un ser querido (Michael, su hermano) y las consecuencias que tiene para el seno familiar compuesto por él y su madre, que necesita ser tremendamente fuerte y superar la pérdida de su primogénito para poder ayudar a Aaron a aceptar la realidad, así como protegerlo de la desconfianza y rechazo imperante en el pueblo. Asimismo y de forma más sutil se habla del paso de niño a la edad adulta y los miedos que ello origina, pudiendo ver a un Aaron que con ese viaje iniciático a alta mar pasaba a ser un hombre más del pueblo. Sin embargo el fracaso de la misión, devuelve a la costa a un niño asustado que busca refugiarse en sus recuerdos de infancia, en los momentos cálidos de sus recuerdos, difuminando por culpa del trauma cada vez más la linea que separa realidad y fantasía, algo muy propio de la infancia. Es esa regresión en su mente la que nos llevará a un viaje cada más extraño e hipnótico.

Saliendo a alta mar en busca de respuestas, redención, su hermano...
Junto a Jane, la novia de su hermano, ambos necesitan apoyo para superarlo...
El director Paul Wright, que también escribe el guión, concibe muy inteligentemente la manera de ahondar en la mente de Aaron y trasladarlo al espectador. De esta manera con el uso de fragmentos de grabaciones domésticas, algunas con los móviles, Wright es capaz en un instante en viajar a los recuerdos de infancia de Aaron, momentos compartidos con su hermano, pequeños retazos de memoria que todos guardamos y que más bien son una sensación, creando un ambiente un tanto irreal, en el que cada vez más a menudo se refugia Aaron para huir del adverso mundo exterior. Mencionar el estupendo trabajo de George MacKay interpretando al joven en cuestión y que carga a sus espaldas la práctica totalidad de sacar adelante el proyecto. Esta impotencia, cierta sensación de culpa por ser el único superviviente y la falta de ayuda especializada para superar el trauma, harán que su tristeza le lleven a obsesionarse con el recuerdo de un cuento infantil que les contaba su madre, dándole un cierto toque mágico y onírico al tramo final del film. Sin buscar efectismos ni la lágrima fácil, For those in peril se alza como una de los tesoros por descubrir en este Festival, lejos de la estridencia de otros títulos, pero arrancando un enorme aplauso en la sala al terminar.

10:30 Tres años después de su gamberra "Machete", (recordemos, aquél loco teaser que se convertiría en largometraje) Robert Rodríguez recupera al indestructible mejicano ¿interpretado? por Danny Trejo para una secuela de mismo corte y similar cometido, "Machete Kills". No deja de sorprenderme pues que tras su visionado en l'auditori, ese mismo público que se lo pasaba en grande ante tamaña juerga y aplaudía sin parar las hazañas del casposo héroe, luego hablara tantas pestes sobre su calidad y demás, haciendo gala de una tonta hipocresía y sin apenas reconocerle sus méritos cómicos (que los tiene).
Evidentemente el film vuelve a suponer un cúmulo de situaciones paródicas, muchas veces extremas, de un anti-héroe convertido en héroe, que se lleva a las mujeres de calle sin apenas pestañear y elimina a los "malos" de la función con facilidad aunque éstos sean súper soldados genéticamente diseñados para matar. Pero ahí radica la diversión, y la fórmula no se esconde.
Esta mezcla entre la Serie B (disfrazada de A, eso sí), la saga James Bond y la comedia más brusca, convierten al film de Rodríguez en el "Torrente" americano, compartiendo incluso el hecho de estar plagada de "famoseo" non-stop. Pura jugada de márketing sin escrúpulos que según parece, funciona igual de bien al otro lado del charco.
Lady Gaga, Charlie Sheen, Mel Gibson, Antonio Banderas, Jessica Alba, Cuba Gooding Jr., Sofia Vergara, Michelle Rodríguez o el mítico Tom Savini tienen todos sus minutos de gloria, aunque algunos con mayor acierto que otros, como cabía esperar.
Para esta nueva misión, el presidente de los EEUU (un Charlie Sheen en su salsa), contrata los servicios de Machete para que acabe con un excéntrico traficante de armas multimillonario llamado Luther Voz (un Mel Gibson forzando su nula comicidad), que amenaza con misiles a todo el planeta. Paralelamente, un asesino a sueldo con múltiples caras, entorpecerá la misión. En realidad, y como ya suponíais, la trama aquí es lo de menos, lo que importa es el juego.

Machete, con su "contacto"de incógnito...jajaja
Burdeles, polis corruptos (la mejor escena, el ahorcamiento de Machete), asesinos a sueldo, espías buenorras, traficantes con armas de todo tipo, humor grosero y acción alocada es lo que más ofrece esta secuela, que recicla lo que mejor funcionó de su previa para acentuar los aciertos en ésta. La mala leche está presente en todo el metraje, pero es cierto que no nos importa un carajo la trama, sino que simplemente nos dejamos arrastrar por la función sin mayor explicación, siendo un viaje placentero, sobre todo en sus primeros 25 minutos.
La empatía que logra con el público en ese tiempo es tan alta, que si sólo durara 30 minutos estaríamos hablando, posiblemente, del mediometraje más divertido del año. Pero lamentablemente, no fue así.
Un motivo más para disfrutar el film, la generosidad carnal
Lo que en un principio resultaba tan divertido se vuelve repetitivo a la hora y poco de visionado, ya que se multiplican las explosiones y los efectos cegadores, hay un exceso de tiroteo (disparos y más disparos..) y los personajes se agotan antes de lo previsto. El propósito de filmar in crescendo la acción del film para que el espectador se anime cada vez más, falla estrepitosamente, y acaba por causarnos un desinterés bastante preocupante (además, casualmente empieza con la aparición del villano Gibson).
Así pues, Machete Kills funciona muy bien en su primer tercio como comedia ofensiva, se sostiene por empatía en su segundo acto pero muere definitivamente al final, dejando un sabor agridulce, como si el postre hubiese arruinado el plato principal.
Para la posteridad, me quedo con la genial escena de la horca, algunas frases lapidarias (-Machete no twittea), el despiadado asesino de las mil caras (en un mismo papel, Gooding jr, Gaga, Banderas...) o el siempre agradable elenco femenino, que sin duda, hará las delicias del espectador más salido.
En mi opinión, una secuela superior a la original, tanto en gamberrismo como en humor, que se ve afectada por un dilatado metraje de exigencias industriales y un villano inadecuado, pero que abre camino hacia una tercera parte delirante: Machete Kills again.....in Space. Ahí lo dejo.


12:30 Sitges acogió en su edición del 2010 el film mexicano "Somos lo que hay", en el que retrataba una peculiar familia que quedaba desmembrada con la repentina muerte del padre. Hasta aquí nada especialmente llamativo, ¿verdad? Pero todo cambia al descubrir que era el encargado de traer a casa la comida para lo que ellos denominan "El ritual" y si a eso le sumamos que se trata de una familia de caníbales entonces la ecuación ya cuadra y os podéis imaginar por donde van los tiros. Con la necesidad imperiosa de que los hijos tomen el papel del padre antes de que llegue el día marcado, nos depara una sucesión de brutales intentos por su parte para traer a casa una víctima propicia para sus necesidades. Si bien la nueva versión ha sido presentada como su remake, la obra de Jim Mickle, director y guionista aquí, solo toma la idea de base para desarrollarla de una forma completamente distinta, haciendo complicado las comparaciones directas entre una y otra (localización, personajes y desarrollos cambian completamente). Lo que sí puedo decir es que personalmente esta última me parece superior en todos sus aspectos. Acertando plenamente con las variaciones propuestas respecto a la obra original y logrando una atmósfera más opresiva y contundente.

La devota familia celebrando "El día del cordero"...
Mickle nos sitúa la acción en una zona rural de los Estados Unidos, donde la madre de una humilde familia, aparentemente enferma, sufre un accidente, falleciendo de forma inesperada. El patriarca Jack Parker (un fantástico Bill Sage) decide que los planes familiares no van a cambiar y celebrarán tras tres días de ayuno una tradición que se remonta más de 200 años y que ellos llaman "El día del cordero".
Será entonces cuando las dos hijas del matrimonio Parker deban tomar el testigo de su madre y hacerse cargo de llevar a cabo el ritual (una de las escenas más bien rodadas de la película y con una dramática música de fondo). Paralelamente unas fuertes inundaciones asolarán la zona, obligando a la policía a investigar la desaparición de una chica, deparando más de una sorpresa alrededor de lo que parece una familia modélica americana.

Iris y Rose parece que miren al mundo exterior con anhelo a pertenecer a él...
Pero este es su mundo...
We are what we are es de esos films que logran conectar desde buen principio con el espectador, que asiste atónito como se va deshojando la margarita y los secretos de los Parker van saliendo a la luz. Rodada con mucho lirismo, una ambientación clásica de la casa (decoración y ropas) que ayudan a reforzar la imagen de que siguen anclados en un oscuro pasado, el director sabe huir de los sustos fáciles mediante subidas de volumen o clichés típicos del cine de terror, enfrentándonos aquí a un miedo mucho peor, el del fanatismo que bien podría ser el de una secta, protagonizado por un dictatorial padre y sus dos hijas (Iris y Rose, grandísimo papel de Julia Garner y Amby Childers) cuyo aspecto inocente esconde unas criaturas maléficas que quieren escapar de su destino, pero están empujadas por la omnipresente autoridad del padre.
Al elenco de actores se suma un Michael Parks en un papel diametralmente opuesto al que le valió ganar el premio como mejor actor en la edición de Sitges 2011 por Red State y que encarna al Dr. Barrow, quien investigará la misteriosa aparición de unos huesos.
Con una tensión creciente merced de localizaciones opresivas como la casa y una excelente banda sonora, pocos momentos tranquilos nos depara, sabiendo mantener en todo momento nuestro pulso acelerado para desembocar en un final apoteósico y liberador, para cerrar de forma satisfactoria un film que toca el canibalismo de una forma dura pero elegante a la vez. Una de los mejores sorpresas que hemos tenido en el festival y sobre la que se rumorea que se va a rodar una precuela y una secuela, que Dios nos coja confesados...


14:00 La apuesta para este Sitges 2013 por parte de la ESCAC fue otra de tantas agradables sorpresas de la semana. La cada vez más prestigiosa escuela de cine catalana agrupó para la ocasión a una docena de sus emergentes talentos en un sólo y único film. Y además, homenajeando la purísima esencia del género más idóneo para el festival : el slasher.
El proyecto sonaba arriesgado. Tantas manos tocando la misma película, cientos de ideas entrecruzadas, diferentes criterios de montaje, sonido, planos, actores... y tanto por debatir podrían haber augurado un auténtico desastre fílmico. Sorprendentemente, no fue el caso.
Los Inocentes se ha consolidado finalmente como un film impecable, de excelente ritmo, notable factura (aunque aún notemos cierto regustillo ibérico, para qué negarlo), mucho humor, y sobre todo, toneladas de amor hacia el género, algo que el cinéfilo siente y agradece enormemente.
Pero entremos en materia : un chico marginal sufre una broma macabra mientras está de campamento escolar. Unos chicos le encierran en el cuarto de las calderas, y cuando las duchas comienzan a funcionar, éste acaba sus días trágicamente achicharrado. Era un 28 de diciembre, el día de los Inocentes.

Una inocentada de trágicas consecuencias
Años más tarde, por las mismas fechas, un grupo de descocados jóvenes deciden pasar una noche en ese mismo albergue, ahora abandonado a su suerte.
Poco a poco, descubrirán que sus vidas corren un serio peligro, ya que alguien parece estar vengándose de lo sucedido aquél 28 de diciembre de una manera despiadada.
Lo que a priori puede parecer una idea muy trillada o incluso recalentada (sin ir más lejos, la aberrante School Killer comparte algunos puntos en común), se torna una lección de cine en estado puro, siguiendo pautas del género a pies juntillas y a su vez, demostrando que bien jugadas, las cartas de siempre siguen funcionando tan bien como un reloj suizo.

El grupo rápido entenderá que no será la noche que esperaban
Tanto el planteamiento inicial como los protagonistas podríamos catalogarlos de pretendidamente estereotipados (la tía buena ligerita de ropa, el bromista, el chico tímido y responsable, la parejita que se gusta pero sólo se miran....), algunos asesinatos algo predecibles o muy usados y quizás sólo perciban del todo su encanto los acérrimos seguidores del género, donde me incluyo.
De todos modos, y sabiendo pues a qué se juega, sólo hay que dejarse llevar y disfrutar al máximo la película, pues acaba siendo una obra inteligente (twist final incluido), acertada (guión con mayor solidez de lo esperado en el género), muy divertida y por encima de todo, respetuosa.

El séquito de nuevos talentos de la ESCAC, en la presentación de su excelente film
Los Inocentes acepta valiente las reglas establecidas y en gran medida las borda, quedando como uno de los mejores slashers (sino el mejor) que ha dado nuestro país en su historia reciente. Una obra dignísima y de gran calibre que está siendo ninguneada y maltratada por algunos medios, miopes ante tamaña hazaña de nuestro cine.


17:30 "Ahjumma" es un término coreano para denominar a las señoras de mediana edad, y cuya transcripción occidentalizada da título a la película que hemos visto esta tarde en el Prado. Atraídos por una premisa recurrente pero habitualmente bien resuelta en el cine surcoreano como es el de la venganza, marcamos esta cita como ineludible y nos preparamos para ver con qué nos sorprendían en esta ocasión. Poco habíamos leído al respecto y todo invitaba a soñar con una sangrienta cinta de poco más de una hora. ¿Pero qué da de sí y de qué trata realmente?
El film nos cuenta el drama vivido por una mujer separada de mediana edad, que ve con impotencia como el sistema no puede impartir justicia para castigar la agresión sexual que ha sufrido su hija de 10 años. Un camino plagado de barreras, obstáculos y dificultades que la desesperarán hasta el límite viendo cómo el presunto culpable elude la justicia y ésta poco hace por resolver su caso, obligándola a tener que ser ella misma quién tome cartas en el asunto.
Si tenemos que poner a Azooma en una balanza, durante gran parte de su desarrollo, ésta la inclinaría hacia el suspenso o un aprobado muy justito siendo generosos, manifestando carencias a nivel de guión, montaje, desarrollo de personajes e incluso de verosimilitud de algunas situaciones. Un film de apenas 70 minutos que repite hasta la saciedad ciertas escenas sin aportar nada nuevo (el pedófilo pegando un plástico en el suelo no menos de 5 o 6 veces, viendo como acercaba su coche a la niña por enésima vez, etc...), desesperando un poco a los que esperábamos que el film arrancara de una vez por todas. En este sentido, el guión necesitaba pulirse más para darle una mayor consistencia global a una historia que debía, y podía, haberse elevado mucho más allá. Pues la trama se ancla, no avanza y se vuelve repetitiva.

Azooma intentando impedir que el presunto agresor escape...
Asimismo los personajes y ciertos comportamientos están casi caricaturizados, siendo poco creíbles (el comportamiento del ex-marido y su total insensibilidad a lo ocurrido a su hija, el vergonzante interrogatorio del policía a la pobre niña con una falta total de profesionalidad y tacto, la inoperancia de la pareja de policías para detener al sospechoso, la risible escena en que Azooma y el agresor comparten coche de policía, y unas cuantas más...). Si el director quería representar la corrupción imperante en el sistema, una sociedad machista que ignora y discrimina a las mujeres (sobre todo a las de mediana edad), su mensaje se entiende pero está pobremente trabajado.
El vergonzoso interrogatorio va a empezar...
Sin embargo, es interesante que se diferencie de la gran mayoría de thrillers surcoreanos con temática de venganza como telón de fondo, ya que el protagonismo lo toma un personaje mucho más anónimo y de menor peso específico en su sociedad. Una mujer en torno a los 40 años de edad (cuyo nombre real practicamente no nombran y suelen dirigirse a ella con este término un tanto despectivo: "Ahjumma") , que ve como su mundo se desmorona y debe hacerse valer en una sociedad machista y que la ignora en todo momento. Dentro de un plantel de actores que poco aportan para que nos impliquemos en la historia, sobresale de forma excelente la actriz Jang Young-nam, dando vida a la madre y que sabe transmitir la impotencia, dolor y desesperación que la situación requiere, salvando ella sola una obra que sin ella habría sido una larga travesái por el desierto. El resto transita por el film como meros maniquies que sueltan sus frases de diálogo de forma mecánica y poco más.
La desesperación de una madre al límite...
A pesar de estos problemas evidentes, el público presente en el Prado tenía ganas de pasarlo bien y ansiaba que la madre tuviera su vendetta personal, todo ello hizo que gracias a un gran clímax final, que salva a la película del KO, arrancando una oleada de aplausos y risas entre un público que hasta el momento había tenido que ver sufrir a esta pobre mujer durante una larga hora y que pocas satisfacciones había encontrado en un desarrollo un tanto anodino. Un giro final lo suficientemente inesperado para que al menos tengamos la sensación al salir del cine de no haber malgastado el tiempo inutilmente. La ópera prima del director Lee Ji-seung, tiene buenas intenciones, apunta cosas interesantes, pero luce como un producto al que le falta un hervor para poder compararse con otros thrillers coreanos mucho más logrados.


19:30 Nos adentramos en una sesión de cine trash en el entrañable Brigadoon que durará toda la noche, esperemos que las neuronas aguanten. Comenzamos con uno de los homenajes que el festival ha hecho al legendario Jesús Franco, muerto este pasado año, con el documental A ritmo de Jess, donde se sigue el rodaje de Al Pereira vs the Alligator Ladies, el que sería su ultimo trabajo, en el verano de 2012. A Jess le quedaban pocos meses de vida, pero mala leche aún le sobraba. Se trata de un producto bastante amateur pero muy cachondo, en donde podemos ver a una leyenda como Jess Franco en plena acción, permanentemente rodeado de tías desnudas, con actores cabreados porque se les cambiaba las frases de guión cada dos por tres o peleándose con su cámara por hacer “un plano de mierda a lo Buster Keaton”.
Divertido, pero sólo para puristas y amantes del director. No sé porqué pusieron tantos problemas las actrices de la película. A mí me encanta el título “Culitos in the night”.


21:30 Siguió el homenaje a Jess Franco con uno de los clásicos de su filmografía, Dracula contra Frankenstein. ¿Qué se puede decir de esta obra demencial de la más casposa serie Z?...puro Jesús Franco. Desde ese misterioso inicio donde en sus primeros 20 minutos nadie habla, el desconcertante ir y venir de personajes, planos que se reutilizan mil veces, murciélagos de plástico o reales siendo ahogados en sangre, un monstruo de Frankenstein de saldo con cicatrices dibujadas con rotulador, un Drácula que no hace absolutamente nada en todo el film más que mantener el mismo risible rictus en la cara y un hombre lobo que nadie sabe de dónde ha salido pero protagoniza la única batalla que presagia el título. Una obra delirante, lisérgica y absolutamente demencial.
Por eso la amamos.



23:30 El plato fuerte de la velada iba a ser el visionado de la segunda y tercera parte de Rape Zombie. Una cita con el cine japonés más freak, bizarro y salvaje. No hemos tenido la oportunidad de visionar aún la primera parte pero no ha habido ningún problema ya que se nos informa inmediatamente de lo que pasó con unos efectivos y delirantes créditos iniciales en Rape Zombie 2.
Las dos películas se rodaron al mismo tiempo así que todo es una gran historia dividida en dos bloques. Tras una hecatombe nuclear, Japón está en ruinas, un virus ha convertido a todos los hombres en monstruos violadores de mujeres, las cuales han formado un frente fortificado para defenderse de la amenaza. Por otro lado, nos encontramos que los únicos hombres que no han sido afectados por el virus son los otakus de la zona ya que su libido es inexistente. Los dos bandos se enfrentarán en una batalla final de proporciones épicas.

Estamos ante una de las obras más demenciales y bizarras que servidor ha visto nunca. Cutres escenarios digitales de una Tokyo destruida, una cyborg despampanante que lanza rayos por los dedos y tiene un lanzallamas en la boca, clones, un zombi totalmente podrido y descompuesto con un pene de más de medio metro violando a japonesitas, diálogos impagables, efectos hechos con After effects, fotografía de saldo y sobre todo, mucho, mucho sexo softcore lésbico, gay, zombi, necrófilo y un desfile inacabable de japonesas en pelotas.
Esto quiere decir que apenas dejan tiempo al gore, lo cual es una lástima. Unos films inenarrables y totalmente demenciales en los que si te dejas llevar, la diversión está asegurada. La gran pregunta, ¿Cuál es mejor? ¿Rape Zombie 2 o Rape Zombie 3? Yo me quedo con la tercera parte, sólo por tener la “épica” batalla final. Esos veinte minutos finales que son una total ida de olla repleta de violaciones de ultratumba, cabezas zombies con penes gigantes, tentáculos, sangre y katanas. Un festín solo apto para paladares selectos.

1 comentario:

  1. El argumento de esta Azooma es casi calcado a otra producción coreana de 2012 bastante notable que se llama Don't cry mommy (notable a pesar de tener una venganza por parte de la madre algo descafeinada) y que puede dejarte con un mayor sabor de boca que la que comentas.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...