domingo, 11 de agosto de 2013

OBLIVION (2013)

Si uno se detiene a buscar información acerca del director Joseph Kosinski, sorprende descubrir que cuenta con una corta trayectoria a sus espaldas. En 2010 arrancó su carrera con Tron Legacy, la continuación -o pseudo remake según se mire- de todo un clásico de la ciencia ficción como es Tron (1982). Esto no ha impedido que haya sido elegido, en el que ha sido su segundo trabajo, para dirigir un blockbuster con una de las grandes estrellas de la meca del cine, Tom Cruise, y que adapta un guión del propio Kosinski basado en una novela gráfica de tan solo 15 páginas.
La historia nos sitúa en un escenario bastante habitual en los últimos tiempos, un futuro post apocalíptico en el que la humanidad se ha visto llevada a la extinción o casi. De esta forma nos encontramos en el año 2077, ya han pasado más de 50 años desde que la Tierra sufrió un ataque alienígena a escala mundial. Una contienda de la que la humanidad salió vencedora, pero pagando un alto precio al haber tenido que arrasar el planeta para liquidar al invasor, dejándolo practicamente inhabitable.

Jack observando como las extractoras se llevan el agua de la Tierra
Victoria dirigiendo a Jack desde la base
La humanidad ha evacuado la Tierra para dirigirse hacia Titán, una de las lunas de Saturno, un nuevo hogar donde empezar de nuevo. Jack Harper (Tom Cruise) junto a Victoria (Andrea Riseborough) son los últimos humanos en la superficie terrestre, encargados de vigilar la última fase de una operación para extraer los recursos vitales del planeta, guiados desde la base espacial Tet. Sin embargo su misión está continuamente amenazada por los últimos invasores supervivientes...
Tras terminar de ver Oblivion, he de reconocer que me ha quedado un buen regusto, en parte porque no había depositado en ella muchas esperanzas después del fiasco que supuso para mí el anterior trabajo de Cruise, o sea Jack Reacher (2012). Igual me ocurrió con Prometheus (2012), vilipendiada por una gran mayoría y cuando me senté a verla no me pareció tan desastrosa, mejorable sí, pero decente y entretenida. Pues esta misma sensación me ha quedado hoy con un film que tiene puntos cuidados con mimo y otros que caen en el cliché tantas veces usado.

Reparando uno de los drones derribados por los carroñeros
Si nos detenemos a repasar sus mejores bazas, destacaría su impecable diseño visual, desde las naves, los drones, vestimentas, armas o la base desde donde Jack y Victoria llevan a cabo su misión, con un impecable y aséptico diseño de interiores que puede recordar ligeramente a Gattaca (1997). Se nota que en este aspecto se ha querido buscar un equilibrio entre alta tecnología y verosimilitud, y a mi parecer lo han logrado. Otro aspecto que me ha encantado es la música, con toques electrónicos, y que dota a las imágenes de una gran intensidad.
El tándem formado por Cruise y Riseborough funciona, él está más soportable que en otras producciones mucho más megalómanas que ha perpetrado ultimamente -ese insufrible súper hombre llamado Jack Reacher- y ella logra darle ese contrapunto tan frío que a veces nos hace pensar que es un androide (tranquilos, no es un spoiler). Julia (Olga Kurylenko) es el tercer personaje que entra en juego y cuya aparición supone un punto de inflexión tras unos 40 primeros minutos realmente conseguidos, donde la sensación de soledad en la superficie terrestre y algunas escenas con una lograda sensación de opresión serán lo mejor del film. No podemos decir lo mismo de ella, que poco aporta más allá de su belleza.
Mientras la historia se va desgranando, es fácil que el espectador que haya visto un poco de ciencia ficción vaya detectando "fuentes de inspiración" en algunas de las imágenes o escenas, dando la impresión que Oblivion recoge un poco de aquí y un poco de allí para ir tomando cuerpo. Los primeros compases de Jack por la destruida superficie terrestre nos remiten a cualquiera de las adaptaciones que se han llevado al cine de El último hombre sobre la Tierra (cambiando zombies por los Carroñeros que le acechan entre las sombras); evidentemente Moon (2009) parece haber tenido bastante influencia en el film; ciertos toques de El planeta de los simios (1968), con la típica imagen de la Estatua de la Libertad destruida o las zonas de radiación (zona prohibida en el film de Charlton Heston); también un ligero recuerdo al temible HAL9000 de 2001: Una odisea del espacio (1968) con los ojos de los drones y alguna otra sorpresa; o incluso de la nefasta Independence Day (1996) toma algo y me imagino que mirada con detalle alguna otra más podríamos sacar.



La película guarda algunos giros interesantes, donde lo mejor es lo que plantea más que como lo termina por resolver finalmente. Así, parece que intenta adentrarse en la esencia humana y de su alma, lo que convierte a una persona en héroe. El gran problema que tiene es que intenta hacerla pivotar alrededor de una historia romántica, y en base a ella se desarrolla. Es aquí cuando aparecen los clichés que entorpecen el prometedor punto de partida y su brillante primer tercio. Escenas como las de la cabaña en el lago, muy azucaradas, demasiado para el tono oscuro que le habría ido mejor al film.
Otro de sus puntos flacos es el uso de ciertas "trampas" de guión en su inicio para lograr meternos en la trama y crear un punto de partida para su posterior desarrollo. Algunos de estos pilares se tambalean hacia el final al ponerse todas las cartas sobre la mesa, junto a la inclusión un tanto forzada de un happy end, pudiendo ocasionar que el espectador se sienta algo engañado y que esa sensación termine empañando muchos de los aciertos que tiene el film. Sin embargo, vista sin demasiados prejuicios y sin detenerse a analizarla con detalle, resulta un buen entretenimiento de dos horas que en ningún momento se hacen pesadas, lo que ya es un logro. Una buena opción para pasar una de estas calurosas tardes de verano.


2 comentarios:

  1. Cierto es que su primer tercio es lo mejor del film, y que su diseño visual (teniendo en cuenta además los miles de referentes parecidos que existen ya) es de aplauso.
    También fastidia mucho el hecho de que, por narices, todo deba girar en torno a los amoríos del protagonista, como si el amor fuera siempre lo más importante hasta en un mundo sin humanidad...en fin...buena película para eso, para disfrutarla sin prejuicios.

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  2. Como bien comentas hay que mirarla sin muchas trabas filosóficas (como hay que hacer con Prometehus). Entretenida y punto. No hay que sacar nada más

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