En el año 1999 y merced de una ingeniosa campaña de publicidad por internet, El proyecto de la bruja de Blair arrasó en taquilla con una propuesta que jugaba con el realismo que otorga el uso de la cámara en mano y unos planos muy cerrados para sumergirnos en un ambiente agobiante y de tensión continua, no obstante pecaba de un continuo temblor de cámara que más que sugerir acababa por marear al personal, pero que por su manera de rodar sería copiada en más de una ocasión. Desde entonces ha habido otras películas que han usado este recurso para intentar hacernos partícipes en primera persona de la acción, la más notoria que recuerdo sumarse a este juego fue Monstruoso (2008). Troll Hunter, en forma de falso documental y siempre con la cámara en mano, nos traslada hasta las gélidas zonas rurales de Noruega. Allí tres estudiantes de la Universidad de Volda inician un trabajo de documentación para descubrir que se esconde detrás de una serie de ataques que están sufriendo diferentes granjas en las apartadas montañas noruegas y que las autoridades achacan a unos osos salvajes que andan por la zona. Thomas, Valle y Johan, los tres estudiantes, se entrevistan con una serie de cazadores para saber su opinión al respecto, para su sorpresa les cuentan que ellos no han abatido a ninguno de los osos que han aparecido muertos en los distintos puntos de los ataques, sospechando de un misterioso furtivo que ha sido visto en alguna ocasión cuando han ido a cazar a los osos.
A partir de ese momento y tras descubrir quien es el misterioso individuo, un tal Hans, le siguen para hablar con él y averiguar que tiene que ver con todo lo que está pasando.
A pesar de su negativa inicial para colaborar con ellos, finalmente les acaba confesando algo difícil de creer pero tentador para estos estudiantes que buscan una jugosa historia para su trabajo de investigación. Hans declara que es un cazador de Trolls contratado por el gobierno y que quiere aprovechar la aparición de los chicos para dejar un documento gráfico del complot que tiene montado el gobierno para ocultar la existencia de estos seres y de paso denunciar las malas condiciones laborales con las que tiene que trabajar (si al
final trabajes de lo que trabajes todo el mundo está descontento). Si algo se le tiene que reconocer a la película es la original propuesta para meterse en la mitología nórdica de estos seres y plantear una hipotética situación donde existan realmente en zonas muy apartadas de Noruega, siendo este el punto diferencial que le da un mayor atractivo de cara al espectador. No llegué a verla en el último Festival de Sitges y evité leer nada al respecto, por lo que al poner el DVD me encontré con que no sabía si me estaban tomando el pelo con esto de los trolls (un poco como pasaba con El proyecto de la bruja de Blair) o iban a darle consistencia a la historia para hacerla más o menos creíble. De hecho en el arranque y al final de la película, nos cuentan que todo ha sido sacado de unos discos duros recuperados y que las imágenes no han sido modificadas de ninguna forma (recurso muy utilizado ultimamente para intentar dotar de realismo a las historias, como por ejemplo en la reciente Apollo 18). En conjunto ha sido una sorpresa agradable y hasta cierto punto fresca, sobretodo por el desconocimiento por mi parte de las distintas razas, costumbres, características, puntos débiles y todo lo relacionado con estas criaturas, logrando crear hasta cierto punto la sensación de que estás viendo un documental al ir explicando Hans todo lo que sabe y ha aprendido a lo largo de tantos años dedicado a este peculiar trabajo.
El uso de la cámara en mano en ciertos momentos le otorga mucho realismo a las imágenes, mientras que en otros me quedó la sensación de estar un tanto forzadas buscando simplemente un mayor efectismo o acentuar el dramatismo de la escena, pero en general bastante correcto. A pesar de tratarse de una producción relativamente modesta, los efectos
especiales para dar vida a los trolls son más que notables, haciendo
creíble su integración en pantalla siempre que aparecen, muy destacables
los efectos cuando se usa la visión nocturna de la cámara logrando las mejores escenas en cuanto a realización y tensión. Las actuaciones no son nada del otro mundo, cumpliendo lo justo como para que este punto no llegue a ser desfavorable y llegarnos a molestar, pecan de superficialidad al no explotar suficientemente bien a los distintos personajes, quedando la sensación de haber podido más de sí.
Con una duración de 90 minutos se agradece que no intenten estirar en exceso un argumento que tampoco da para mucho más de lo que se nos muestra aquí, de forma que acaba justo cuando empezamos a tener la sensación de que si llega a durar mucho más se podía hacer algo pesada e iban a acabar estropeando un film muy digno.
A nivel argumental solo hay una cosa que no me gustó en absoluto, pero tal vez tenga su base en los mitos de los trolls de igual forma que con otros seres como los hombres lobo está el tema de las balas de plata, y es que aquí si eres cristiano se ve que te huelen y lo tienes bastante jodido para salir bien parado, pues vale, aceptamos pulpo pero lo encuentro una gran chorrada que a mi entender hace que nos tomemos casi a risa esos momentos. A pesar de esto, es una buena propuesta para pasar el rato y dejarse llevar durante una hora y media en medio de una sugerente historia de cine fantástico en medio de los espectaculares y solitarios paisajes noruegos, que en gran parte son los responsables de que nos podamos llegar a creer la presencia de los trolls.
No sé porque haces una reseña sin conocer en profundidad la mitologia noruega y sus trolls....si es que....
ResponderEliminarsi ya ves... soy un desconsiderado... ahora estoy haciendo la de Apollo 18 sin haber ido nunca a la Luna... madre mía menudo tutifruti estoy hecho. ^^
ResponderEliminarbuena reseña y buena peli :P
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