Las críticas previas anunciaban "Aterrados" como “el film que ha hecho renacer el cine de terror argentino”, entre otras lindezas del estilo. Pues bien, no puedo estar más en desacuerdo con esta afirmación, ya que ha resultado ser una muestra más bien justita del subgénero fantasmagórico, con muchos tics a "Expediente Warren", el Japan Horror y la comedia argentina más descafeinada.
La película presentaba, a priori, todos los elementos para salir airosa, véase: un prólogo espeluznante y efectivo, una buena ambientación con todo un vecindario siendo aterrorizado por presencias y maldiciones fantasmales, más unos para-psicólogos que intentan detener dicha amenaza espectral.
Su punto fuerte (que entre en materia desde el minuto uno) es, a su vez, su punto débil, ya que nos encontramos con una película forzada, que no dedica el tiempo suficiente para calentar a la audiencia, ni prepara un ambiente certero de terror ni se detiene a crear unos personajes mínimamente bien construidos.
Todo aquí parece artificial, desde esos para-psicólogos de postín que no se los cree nadie, y claramente deudores de la ola Warren, hasta esos golpes de humor -a la argentina- que no paran de sacarte de la cinta (el momento cadáver del niño en la cocina es totalmente risible).
A su favor podemos argumentar que "Aterrados" funciona como una montaña rusa de emociones,y golpes de efecto más o menos constantes, un tren de la bruja de apenas 85 minutos con criaturas extrañas, fantasmas, sustos y sangre.
Consigue varios momentos truculentos como el mencionado prólogo, las visitas nocturnas del extraño ente al vecino, o su descontrolada pero certera recta final. Muy a nuestro pesar, "Aterrados" no cambiará ni la historia del género de su país ni la de ningún otro, siendo simplemente una obra digna pero en todo momento falseada y blood free.
Su director, Demián Rugna, lo dijo en la presentación : -“Llevaba 9 años con esta historia bajo el brazo y nadie la quería, hasta que cuando por fin me la ofrecieron, la realicé, pero casi sin ganas”. Lamentablemente, se ha notado.
Adrián Roldán
No hay comentarios:
Publicar un comentario