Tras la decepcionante y desaprovechada "
El más fuerte del Mundo", llegaba en el verano de 1990 a los hogares japoneses un nuevo OVA de Dragon Ball (el sexto ya de la fértil franquicia), titulado "
La súper batalla decisiva por el planeta Tierra".
De nuevo, y como cabía esperar, un nuevo enemigo amenaza la Tierra, como el título obviamente nos desvela. Esta vez, se trata nada más y nada menos que del arrogante Turles, un nuevo saiyan (¿quién decía que quedaban pocos?), de semblante idéntico a Gokuh pero más bronceado.
Turles (anagrama en katakana de la palabra "lechuga" en inglés) resulta ser un desertor del ejército de Freezer, que vaga por el espacio destruyendo planetas a placer y va acompañado por su fiel grupo de acólitos (una variante de las insuperables Ginyuu Tokusentai). Al descubrir que la Tierra es un lugar idóneo para plantar su "árbol del poder" (aquí "árbol de la vida" o "árbol de savia sagrada", cuyos frutos dan un enorme poder), deciden aprovecharse y de paso, terminar con los seres vivos del planeta.
Tras un inicio poco esperanzador, con un repelente Gohan de acampada con el grupito, haciéndose amigo de un dragón salvaje pero tierno (Higher Dragon), de nuevo con la agotadora cantinela de Chichi con los estudios e incluso tras invocar a Shenron para salvar un bosque recién quemado, aparecen los problemas serios.
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Una acampada frustrada |
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Kaioh avisa del problema |
Pronto Kaioh avisará a Gokuh de lo que está causando al planeta el dichoso árbol plantado por Turles, que está destruyendo incluso ciudades con sus gigantescas raíces, por lo que se inicia la batalla.
Tenshin Han, Chaozu, Krilín y Yamcha acompañarán a Gokuh en esta nueva gesta heroica, y cada uno de ellos combatirá con sus técnicas correspondientes, que de tan previsibles, hastían.
No negaré que los enfrentamientos tengan interés, ni que el diseño de las nueva tropa no sea ingenioso, incluso que el propósito ecológico-taoista del villano Turles no sea original, pero sí que esté argumentalmente encorsetada la historia al esquema del que siempre hablo. Sin más sorpresas.
Encontramos una lectura de fondo algo infantil pero sin duda válida sobre la importancia de la Naturaleza que nos rodea, de cómo cuidarla, tratarla y mimarla (aunque sea a un dragón de 2 metros) y de cómo las malas acciones se nos vuelven en contra ante nuestros atónitos ojos (caso de Turles y su arbolazo).
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De izquierda a derecha: Kakao, Lens (o Lakasei, da lo mismo) en el hombro de Amondo, y Daiizu. |
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Emulando el combate con las Ginyuu tokusentai |
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Tarles, un desertor del ejército de Freezer |
Turles no deja de ser el reflejo de cómo hubiera sido Gokuh si no hubiese recibido el impacto craneal de pequeño, un ser de pura raza saiyan, destructor y conquistador.
Asimismo, se nos explica que el parecido tan razonable entre ambos se debe a que los 2 son guerreros de baja estirpe, y que al parecer, los saiyans de dicha categoría cuentan con pocos fenotipos (que aún siendo una explicación arriesgada, la encuentro válida).
No imagina uno que, tras ver a Gohan transformarse en un Gran Mono por cortesía de una luna postiza (a lo Vegeta), éste nos regalará lo mejor y lo peor del film.
Su lucha contra un Gokuh en continuo Kaioh Ken es de lo mejor del film, trazado con un magnífico criterio escénico y una velocidad de acción adecuada. Lo malo viene después, cuando en un momento crítico entre ambos, aparece Higher Dragon para enternecer la implacable e indomable furia del enorme simio hasta convertirlo en una parodia de sí mismo, actuando como un niño. Lamentable.
En fin, una de cal y otra de arena para este film que, sin ser una maravilla, resulta un pequeño alzamiento de vuelo en comparación con la anterior.
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Tenshin Han vivió épocas mejores... |
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Gokuh contra el Gran "Simio" de su hijo |
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Los repelentes se atraen |
Una historia narrada con más pausa y contemplación que ninguna otra, con mensajes ecologistas de por medio y con un abanico de viñetas ricas en paisajes, la convierten en una pieza realmente curiosa en el grueso de films sobre Dragon Ball.
En lo referente al significado de los nombres, repasaré los 5 esbirros del lechuguino de Tarles.
Kakao (el alter ego de Burter), resulta evidente.
Daiizu (el alter ego de Jeese), significa la semilla de la soja.
Amondo (el que sería Recoom), viene de Almond, almendra en inglés.
Lezun y Lakasei (que son los gemelos emulando a Ghourd), son un anagrama de lenteja el primero (Lens culinaris) y de cacahuete en japonés la segunda, que se pronuncia Rakkasei.
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