lunes, 8 de octubre de 2012

FESTIVAL DE SITGES 2012 (4º DIA)

6:50h. El día arranca con un madrugón totalmente infructuoso para intentar conseguir entradas para The lords of Salem, han volado casi instantáneamente, cosa por otro lado previsible, al tratarse del nuevo film del siempre esperado Rob Zombie y que contará con la presencia de la actriz Dee Wallace, que hoy estará en la sesión especial del Phenomena con el clásico E.T.
Vamos con el desayuno, asegurarnos de coger los pases de prensa y para el Auditori para ver la primera de las tres que hay programadas para hoy, que empieza a las 8:30, eso sí, todas del tirón.


10:20h. Nuestra primera cita ha sido una entrañable película que me llamó la atención desde que leí la sinopsis y vi un breve tráiler, ya que de alguna forma intuía que podía encontrarme con una interesante historia con temática de robots, pero lejos de las espectaculares producciones Hollywoodienses tipo Yo robot.
Robot & Frank es una de esas películas de ciencia ficción que no van a llenar salas y a la que el gran público lo más probable es que la ignore, pero para todo aquel amante del cine que tras la definición de "ciencia-ficción" entienda que hay mucho más que los apabullantes y omnipresentes efectos especiales generados por ordenador o escenas de acción adrenalíticas que parecen haberse apoderado del género ultimamente (vease el terrible remake de Total Recall), puede descubrir una de esas pequeñas joyas que merecen toda nuestra atención. Me alegra decir que ha sido todo un acierto, como ocurriera en su día con la fantástica Moon, ambas tienen sus puntos fuertes en los sentimientos que despierta en nosotros merced de un inteligente a la vez que sensible guión (que no sensiblero), que sabe conjugar muy bien esta relación humano-robótica, merced de unas situaciones que se nos hacen cercanas y creíbles.
La historia nos sitúa en un futuro cercano, en el que la robótica ha logrado los avances necesarios para que la interacción entre los humanos y los robots en su día a día, sea ya una realidad. Concretamente en el campo del cuidado de la gente mayor, hay modelos capacitados para atender a aquellas personas que ya no pueden valerse por si solas, mimando todos los detalles para hacerles la vida más cómoda.
Frank y Jennifer nos guardan una de las grandes sorpresas de la película...
Y aquí es donde conocemos a Frank (Frank Langella), un anciano con unos crecientes problemas de pérdida de memoria y comportamiento, que cada vez inquietan más a su hijo Hunter, incapaz de atenderle como necesitaría. De esta manera, la solución que encuentra para que su padre esté en buenas manos, es ponerle bajo la tutela de un moderno robot cuidador.
A pesar de la aversión inicial de Frank y su negativa a que una máquina entre a formar parte de su vida, los buenos cuidados y detalles del robot hacia su persona para mejorar su salud física y mental, harán que poco a poco lo vea como a un verdadero amigo con quien compartir su solitaria vida. Pero todo irá mucho más allá a partir del momento en que Frank empiece recuperar facultades y a entrarle el gusanillo de volver a ejercer su vieja profesión como ladrón de guante blanco de joyas, incluyendo para ello en sus planes al tierno robot...
Enseñándole los secretos de su antigua profesión a su nuevo compañero de fatigas,...
Frank Langella logra una de esas actuaciones que por si solas ya sustentan una película, dando a su personaje toda la credibilidad que necesita, para mostrarse a la vez frágil y dubitativo cuando su mente empieza a fallarle, como irónico y resuelto al tener ante él el reto de retomar viejos hábitos del pasado. Una enorme actuación que se complementa con la de su robótico acompañante, pieza clave en el film, pues a pesar de no poseer un rostro ni poder mostrar ningún tipo de gestualidad facial, se hace con todo nuestro cariño y simpatía, gracias a muy buenas lineas de diálogo con Frank (profundas y llenas de sentido) o con el robot de la biblioteca (¡espectacular conversación entre ambos!). Susan Sarandon en el papel de bibliotecaria está como ella suele estar, bien, dando presencia en pantalla.

Explicando el concepto de robar a un robot...
El tema de fondo, no es otro que mostrar la vida de una persona mayor en sus últimos años, como tantas hay en el mundo, viviendo solo y al que sus hijos por una u otra razón no pueden atender, agravada la situación cuando ya empieza a perder la capacidad de valerse por si mismo. De esta forma vemos las excusas tanto de su hijo Hunter o de su hija Madison (Liv Tyler) para autoconvencerse de que hacen todo lo que deben y pueden, sentimos la tristeza que experimenta Frank cada vez que se percata de sus limitaciones mentales o el verse desplazado por una sociedad que ya no siente como suya. El duro tema del deterioro de la memoria por culpa de enfermedades degenerativas tiene aquí su espejo en el plano robótico, pues ¿qué implica un reseteo de memoria para un robot sino la pérdida de todo lo que ha aprendido y "vivido"?
Una excelente película con toques dramáticos, sin querer llegar a ser un drama, combinando acertadamente con el justo toque de comedia y un mensaje de suficiente empaque de fondo, para que al acabar de verla tengamos la sensación de haberla acertado de lleno.
 
12:30h. El segundo plato del día era The impossible de J.A.Bayona, quien en la edición del 2007 se consagró con El orfanato, y de nuevo se percibía que era uno de los títulos que la mayoría de presentes en Sitges había marcado en su agenda, mucha cola tanto en la parte de público como de prensa.
A pesar de que la inaguración oficial era en la sesión de la noche, Bayona tuvo la gentileza de acercarse hasta el Auditori junto al joven actor Tom Holland para hacer una breve presentación de la película, haciendo hincapié en el drama en el que está basado, mientras que Holland se mostró entusiasmado de haber podido tener la oportunidad de trabajar con actores de la categoría de Ewan McGregor y Naomi Watts. También tuvieron tiempo de contar el sueño que desveló al imberbe actor esa misma noche (para vergüenza suya al tener que hacerlo en público y regocijo de Bayona), en la que contó la mala experiencia que pasó al pensar que tenía la habitación llena con todos los periodistas acreditados en Sitges y se despertó gritando... no hay para menos.
La película está basada en hechos reales que acontecieron en el tsunami que se vivió en Tailandia durante las Navidades del 2004, convirtiéndose en la catástrofe natural más devastadora en cuanto al coste en vidas humanas, cobrándose más de 230.000 muertos.
La historia se centra en el matrimonio formado por Henry (Ewan McGregor) y María (Naomi Watts), que junto a sus tres hijos están pasando unas Navidades de ensueño en un complejo hotelero de lujo en las paradisiacas playas de Tailandia. Lo que tenía que ser una tranquila estancia en medio de blancas arenas y aguas cristalinas, se convierte en un infierno cuando una mañana un enorme tsunami asola toda la costa, arrasando todo lo que encuentra en su camino, masacrando miles y miles de personas de forma instantánea.

Paralizado ante lo que parece imposible, el mar se traga la tierra...
El film se centra en mostrarnos con todo lujo de detalles la espeluznante llegada de la mortífera ola, logrando ponernos los pelos de gallina al sentir el realismo que trasmiten las imágenes al entrar tierra adentro y destruirlo todo a su paso, arrastrando a las personas como auténticos peleles incapaces de escapar de esas aguas. Bayona ha sabido crear una tensión encomiable a lo largo de unos minutos que parecen interminables, haciendo que percibamos el miedo de los protagonistas, la imposibilidad de hacer nada más que intentar seguir vivos un momento más en manos de unas aguas cargadas de todo tipo de restos, convertidos en armas mortales.
En el aspecto visual, no hay reproche alguno, un espectáculo por todo lo alto que conmueve por su dureza, y junto al impactante sonido de las aguas, nos deja clavados en nuestras butacas acongojados con lo que estamos viendo.

Los supervivientes en medio de la destrucción...
Si esos minutos son sobrecogedores, el resto del metraje tampoco se queda atrás, mostrando por un lado a los supervivientes en una búsqueda, infructuosa en la mayoría de casos, de sus seres queridos, y la movilización de una país colapsado por las circunstancias. El verismo que trasmiten las escenas de los hospitales, las zonas anegadas, la desespereación de los heridos y supervivientes, hacen que el film vaya más allá del resto de obras del género de catástrofes naturales, las cuales suelen quedar como un escenario perfecto para mostrar grandes efectos especiales, pero incapaces de hacernos sentir la mínima empatía hacia unos personajes y situaciones bastante planos.

J.A Bayona y el actor Tom Holland en la presentación del film...
Precisamente el elenco protagonista consiguen llevar la película hacia cotas más altas, con desgarradoras interpretaciones que de la mano de un guión diseñado con toda la intención del mundo para tocar nuestra parte más sensible y que la emoción nos embargue (para mí un pelín demasiado, pero dentro de lo aguantable). McGregor tiene sobre todo una escena donde se viene abajo, que deja sin respiración, y Naomi Watts está impecable en todo momento, tampoco descuidar la más que creíble participación de Tom Holland como hijo mayor del matrimonio.
Parece que Bayona lo ha logrado, una película diseñada para arrasar en taquilla, pero hecha con la suficiente sensibilidad como para que al salir del cine uno se quede pensando y reflexionando durante unos minutos lo que acaba de ver, y eso ya es mucho, en unos tiempos donde el cine comercial se nos borra de la memoria inmediatamente después de encenderse las luces. Muy recomendable.


15:00h. El postre para esta trilogía matutina no podía ser más dulce, de la mano del Phenomena Experience nos llegaba uno de esos clásicos que deben pasar de generación en generación, de padres a hijos (una lástima que mi niña sea tan pequeña aun). ¿Quién no se emocionó de pequeño yendo al cine a ver E.T.? Para la ocasión se proyectaba una copia restaurada con una calidad de imagen espectacular y que afortunadamente no estaba modificada como la última edición en DVD, donde los rifles de los policías fueron sustituidos digitalmente por walkie-talkies...


La sesión contaba con una espectadora de lujo, Dee Wallace, la actriz que encarnó a la madre de Elliot, que recogía muy emocionada el Premio María Honorífica, tras la presentación de un vídeo en el que pudimos ver algunas de las imágenes de sus películas más famosas. Una scream queen como se definió ella entre risas, y que tendremos oportunidad de ver a partir del lunes día 8 en la nueva película de Rob Zombie: Lords of the Salem.

La actriz Dee Wallace sentada un poc detrás nuestro, un icono del cine...
Tras la entrega llegó el turno al alma del Phenomena, Nacho Cerdà, quien agradeció tanto a Ángel Sala, a sus colaboradores y a todo el público que a lo largo de las dos exitosas temporadas en las ha logrado reponer las sesiones doble de clásicos de los 70, 80 y 90. Dejando entrever que el Phenomena continuará a pesar de la negativa del Grupo Balañá a seguir acogiéndoles en el Cine Urgel de Barcelona, y viendo el Tour que empieza este otoño por los Cines Cinesa, uno ya puede empezar a hacerse una idea de por donde pueden ir los tiros, esperemos que en breve sepamos algo definitivo.

E.T y Elliot, imagen de unos de los grandes clásicos de los 80...
Centrándonos ya en el clásico de Steven Spielberg, en la sala se veían bastantes niños, incluso de edades muy tempranas, acompañados por sus padres que querían que disfrutaran de la misma experiencia que vivieron ellos 30 años atrás. Por un lado fue muy agradable ver este paso testimonial de la nueva generación y por otro nos tocó sufrir la narración de la película por parte de 3 niñas que detrás nuestro leyeron en voz alta todos los subtítulos de la película, muy divertido (modo irónico "ON").
Fuera bromas, poder volver a ver E.T. en el cine, fue viajar en el tiempo, hacía muchísimos años que no la veía y en algunos momentos incluso me venían a la mente imágenes del álbum de cromos que coleccioné en su momento (SNIF!). Fantástico volver a sentirse niño otra vez.
De la película en sí, creo que no hace falta comentar casi nada, un clasicazo con uno de los extraterrestres más famosos que ha dado el séptimo arte, una inolvidable banda sonora espectacular a cargo de John Williams y algunas escenas para recordar siempre: las bicicletas volando con la luna de fondo, el mítico "ET, mi casa, teléfono..."... bufff, es que no pararíamos...
Y para hoy hemos decidido que ya está bien, que nos lo vamos a tomar con relativa calma para tener las pilas bien cargadas para afrontar toda una semana que aun queda de festival y que viene muy cargada de títulos apetitosos... os lo contamos mañana...

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