miércoles, 5 de junio de 2013

THE THEATRE BIZARRE (2011)

Las películas de episodios (o sketches) dedicados al género de terror, por lo común han funcionado de forma más que efectiva en términos de recaudación. Para encontrar referentes, tan sólo debemos remontarnos a finales de los años 60 (o principios de los 70) para ver lo bien que funcionaba el sello británico Amicus gracias a sus éxitos (La mansión de los crímenes, Dr. Terror...) o cruzar el charco y dar con la mísmisima Warner Bros en los 80 (el díptico Creepshow, la serie de Twilight zone, los films de Tales from the crypt...), y nos daremos cuenta de la brecha mercantil que este tipo de producciones significaron (sin pasar por alto los orígenes de tal estructura, con auténticos clásicos de la Ealing en los años 40 como la imperecedera Al morir la noche).
Empeñados pues algunos cineastas de hoy en revitalizar todo lo que antaño diera frutos económicos (un non-stop de refritos, remakes, secuelas, agotamientos de franquicias y demás propuestas del mismo corte), tratan de "seducirnos" con volver a recuperar el (hasta la fecha) entrañable formato de episodios.
Un inoperante Udo Kier como M.C
Haciendo un brevísimo balance histórico, observamos como el terror en el cine ha ido mutando de manera significativa con el paso de los años:
Desde el Frankenstein de James Whale o el Drácula de Lugosi -ambos de 1931- y pasando por el resto de monsters de la Universal, hasta llegar a los vampiros (y demás criaturas ya en color con el mítico Christopher Lee en la década de los 60), el género se había centrado exclusivamente en la figura de la monstruosidad de tintes fantásticos para transmitir "terror" al espectador.
Tras el estallido de la moda slasher a mediados de los 70 (Matanza de Texas, La noche de Halloween, Viernes 13, Maniac...) y aún agotando el filón zombie propiciado por Romero (sobre todo dentro del cine oportunista italiano tipo Fulci, Lamberto Bava y cía), el cine de terror había adoptado otra imagen. Ya todo se vertebraba gracias a lo sanguinolento, la ultra violencia y el abuso de la visceralidad (como bien demuestran algunos clásicos como Alien o Tiburón), aunque siempre gracias a la figura de por medio de aberrantes criaturas (con salvadas excepciones).
A día de hoy, con el gore cada vez más presente en el menú de cualquier cineasta, el terror ha mutado bruscamente de nuevo y se ha vuelto extremo, del todo estomagante en ocasiones, pero sin la necesidad de criatura alguna. Ejemplos actuales como Hostel, Frontière(s), Martyrs o incluso A Serbian Film son un ejemplo. Films excesivos que arrastran siempre controversia -cuando no problemas legales como la citada cinta serbia en Sitges- y que marcan una tendencia hacia el horror (ya no tanto terror) al alcance de unos pocos...muy pocos entregados a la causa.
Conscientes de que son producciones difíciles de soportar en un largometraje, muchos optan por realizar sus trabajos en formato corto o mediometraje, que a su vez acabarán fácilmente formando parte de un único film, casi exclusivo de festivales o pasto del DVD (y demás interminables formatos).
En el caso que hoy nos ocupa, la película de episodios The theatre bizarre, es un buen ejemplo de ello. Siete cineastas "marginales" que a menudo trabajan el terror/horror independiente, se reunen aquí para crear su propio carrusel sobre lo macabro, lo terroríficamente incómodo y porqué no decirlo, también de lo asqueroso.
Una historia central sobre una chica que mete sus narices en un teatro abandonado (que analizaré más adelante) dará lugar a la presentación de otros 6 relatos, que mejor detallo por separado.

1) LA MADRE DE LOS SAPOS del pintoresco Richard Stanley es el primer plato que nos sirven y sin duda, el peor de los seis. Dentro de este aséptico capítulo, una pareja norteamericana viaja a Francia para hacer turismo, además de ir en busca de un objeto esotérico (un libro) que según parece (no me queda claro del todo), el chico llevaba buscando mucho tiempo.

La pareja buscando simbologías de su interés, pero no del nuestro
El dichoso cuaderno sobre malas artes está en manos de una bruja francesa más o menos malvada, que seducirá al atolondrado protagonista y le cubrirá de viscosidades en un momento dado (previo encantamiento, por supuesto), como "madre de los sapos" que es. No rompo la magia si adelanto que la novia del susodicho irá en su busca y los verá en plena acción...

La bruja tentando con sus viscosidades de sapo
Con una puesta en escena insufrible y de lo más amateur, unas actuaciones horrendas del trío en cuestión y un sonido imperdonablemente descuidado, el director de Hardware, programado para matar nos "regala" un capítulo penoso, y abre el citado "teatro bizarro" aburriéndonos e irritándonos por igual. Tan sólo los encantos de la "rejuvenecida" hechicera en plena alucinación sexual (foto superior) merecen la pena. Lo demás, para olvidar. No podíamos empezar peor.

2) I LOVE YOU de Buddy Giovinazzo presenta los pormenores de una pareja en Berlin (perturbado él, ligerita ella) que, ante las obvias infidelidades de la chica, discuten fríamente sobre su relación, ya obsoleta. En este segmento del neoyorquino Giovinazzo la atmósfera cobra cierta magnitud enfermiza, ofrece un montaje más que notable y las dos actuaciones son sorprendentes, lo que sin duda, revoluciona la cinta y sirve de contrapeso visto el capítulo anterior.
La dolorosa intriga es palpable, la sensación de que algo malo pasará no merma nunca y el clímax final justifica las partes del diálogo menos conseguido, por lo que considero el trabajo del tal Buddy Giovinazzo como poco de encomiable.

Un intrigante plano inicial del estimable segmento "I love you"
3) SUEÑOS HÚMEDOS del mítico Tom Savini es la tercera historia (¿no iba ahora la vencida?) y sin embargo no hace la menor justicia a su prometedor título.
Un tipo sueña repetidamente que le cercenan el miembro, para luego ver atónito como su mujer se lo sirve como desayuno. Sus visitas al psiquiatra (el propio Savini) no parecen dar resultado y cada vez será más consciente de que algo extraño le está a punto de suceder, como si sus sueños fueran advertencias premonitorias...

Cerciorándose de que no le hayan cercenado realmente
Esta ensalada inverosímil de torture-porn gratuito y onirismo fallido no alcanza su cometido, que (no nos engañemos), era simplemente divertir y horrorizar a partes iguales. Su dosis de desmembramientos y demás caricias al protagonista (no tan bien realizadas como cabría esperar de Savini aunque la escena de los párpados hiele la sangre) no nos sirven ya como divertimento, y desfallecemos ante una imperante falta de ingenio y un escaso esfuerzo del equipo técnico por dotar al film de algo más que no sea hemoglobina de pote.

4) EL ACCIDENTE de Douglas Buck (responsable del corto de culto Cutting Moments) no mejora el entuerto con su aportación, más bien lo empeora. Buck crea un mini relato sobre la muerte, pretencioso y aburrido (suelen ir de la mano) sobre una niña y su madre que presencian un mortal accidente de carretera. Abusa en su intento de "suspender el tiempo" con la cámara, de dar otra dimensión a un acontecimiento trágico y encima, mostrar la incómoda muerte de un alce que acaba por divorciarnos de su narración. Un episodio para olvidar que desentona, y mucho, dentro de este irregular pastiche de terror contemporáneo.

5) MANCHAS EN LA VISIÓN de Karim Hussain ya es otro cantar. El cineasta canadiense firma sin lugar a dudas el mejor capítulo del carrusel y les gana por goleada al resto (con permiso de David Gregory). Una mirada en retrospectiva a la trayectoria del autor ya lo justifica. Guionista de Los Abandonados de nuestro Nacho Cerdà, ayudante de cámara en la divertidísima Hobo with a shotgun, segundo de a bordo en Antiviral de Cronenberg Jr. o más recientemente colaborando en el film del mismo estilo The ABC's of death e incluso en la inquietante serie televisiva Hannibal.
Su idea aquí versa sobre una chica obsesionada con las imágenes que quedan en la retina segundos antes de morir. Asesina cruelmente a vagabundos, yonkis y calaña semejante para, poco antes de que estos mueran, clavarles una aguja en la retina y extraerles el líquido ocular (¿humor vítreo?) que segundos después, ella misma se inyecta en su propio ojo. Así consigue ver en flashes parte de la vida de los finados para luego plasmarlo en sus diarios.
Un día, persigue a una adicta embarazada porque desea comprobar las visiones que pueda sugerirle un embrión aún sin experiencias vitales, pero el desenlace será del todo inesperado.
Gracias a una composición de planos coherentes con la trama (desde el plano tatami al aberrante, pasando por los primerísimos primer planos o incluso los angulares y el uso del slow-motion, todos ofreciendo sensación de desequilibrio mental), el director desata una historia casi brillante, sin duda original y brutalmente potente sobre una grillada chica callejera.
Por supuesto hay gore y hechos desagradables, pero la idea del film lo requiere y están justificados como nunca, llevando al extremo las posibilidades que brinda el atractivo argumento de base.
Tan sólo un desenlace final relativamente absurdo (y demasiado obvio) empaña un episodio de latente interés, donde incluso algunas composiciones de su puesta en escena resultan magníficas (ese callejón vacío lo explica todo sin mostrar nada).

6) DULCES de David Gregory cierra el film de una manera "bizarramente" estimulante. Me explico: Una pareja ha basado su relación en el consumo compulsivo de dulces (hagan lo que hagan, siempre se están atiborrando) y como era de prever, su anómalo noviazgo toca a su fin. Él, desesperado e inútilmente enamorado le ruega no romper su idilio. Ella, fría y manipuladora, espera pacientemente el momento de su máximo "placer gastronómico".
Ciertamente indigesto, repulsivo y del todo inclasificable, esta sátira de las comedias románticas azucaradas llevada al máximo exponente se reserva incluso momentos de canibalismo, sexo extraño y rituales sectarios, con un climax plagado de weirdos absolutamente vomitivo. Gregory supera así los límites (pre)supuestos de lo grosero y rubrica un trabajo excepcionalmente diferente, anormal incluso dentro de lo bizarro.

Un festival de asquerosidad y canibalismo de alturas y connotaciones bíblicas
La fuerza de sus imágenes (para bien o para mal), son extenuantes, y precipitan al espectador hacia un estado de repulsión "estimulante", demostrando el poder y la fuerza que el cine, proponga el estilo que proponga, pueda suscitar.
Un ejercicio exclusivo para los más encallecidos fans del género y del todo descartable para el amplio resto.
Finalmente, y retomando el segmento que envuelve y (trata inútilmente de hilvanar) la trama en el citado teatro (filmado por el tal Jeremy Kasten), destacar simplemente que el maestro ceremonial es el adusto Udo Kier vestido de marioneta guiñolesca, y que ya ni se entiende, ni sirve para reflotar el producto, tan irregular que no funciona salvo momentos (segmentos) puntuales.

1 comentario:

  1. Suele ser habitual en las películas episódicas un nivel muy irregular entre unos y otros, haciendo que en muchas de ellas el sabor final que te quede sea regular o incluso de suspenso. The ABC´s of death para mí fue una verdadera tortura en la que me sobraron no menos de 15 letras...
    Esta me parece bastante fuerte para lo que suelo estilar, ya sabes que aun tengo pendientes las de Xavier Gens y Martyrs...

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