La imagen inicial que más de uno puede hacerse de una serie como Vikings, es que sus responsables iban a intentar jugar con el efectismo de abundantes ataques de hordas de estos feroces guerreros llegados del norte en sus drakkars, hambrientos de sangre y riquezas, arrasando los pueblos que encontraban a su paso. Sin embargo la breve primera temporada de Vikings (de solo 9 episodios) estrenada por el canal History, ha tenido un inicio mucho más tranquilo y falto de grandes dosis de violencia que se le podía presuponer. Sobre este hecho se pueden sacar tanto lecturas positivas como negativas. Por un lado, aplaudir el hecho que la serie busca mostrar una buena recreación de la cultura vikinga y ciertos detalles de su día a día, evidenciando lo que parece una buena documentación y cuidado en su puesta de escena para hacer creíble el trasladarnos el siglo VIII d.C en el norte de Europa, en la época de las primeras incursiones de estos bárbaros a las tierras inglesas. Por contra, su desarrollo más contemplativo puede llegar a alejar a
una parte del público que busque una dosis de hemoglobina y testosterona comparable con la serie Spartacus, la más violenta que personalmente uno
pueda recordar ahora mismo. Y es que en los últimos años hemos vivido un auge de series de tintes épicos, donde han sobresalido dos de ellas por encima de
muchas otras, logrando un gran éxito al saber captar la
atención del público. Una de ellas es Spartacus, que acaba de poner punto y final y que ha seguido fiel a la linea marcada
desde buen comienzo: con enormes dosis de violencia y sexo, junto unas
pinceladas de intrigas palaciegas como para que el resultado final fuera
lo suficientemente interesante para un amplio espectro del público. La
otra, sin ninguna duda es una de las mejores series que podemos
disfrutar actualmente de la mano de la HBO, con la adaptación de la saga
literaria de
Canción de hielo y fuego de
J.R.R. Martin. Así es como
Game of Thrones con su tercera temporada en marcha, se ha erigido como un referente que cuenta con una gran legión de fieles seguidores. Por lo que no es de extrañar que queriendo aprovechar este filón, en la
midseason de este año se haya estrenado la serie Vikings.
Podríamos decir que la serie queda un poco a caballo de las mencionadas en el párrafo anterior, pero por debajo de ambas en lo que respecta a sus señales de identidad más destacadas. Respecto a Spartacus no puede competir con sus escenas de acción, sexo o batallas, y ni de lejos tiene la complejidad argumental de Game of Thrones. A pesar de ello tiene suficientes ingredientes de calidad como para que su visionado sea más que recomendable: desde su impresionante factura visual, con unos espectaculares paisajes irlandeses como escenario de fondo, agradeciendo que se haya obviado el uso de efectos CGI. También remarcar las vestimentas, la ambientación general de poblados, la exposición de las costumbres de este pueblo (especialmente interesante el 8º episodio centrado en sus deidades o el que recrea un funeral vikingo). Todo ello acorde con la calidad que el canal History ya mostrara en la miniserie de
Hatfield & McCoys, su producción anterior ambientada en el Oeste americano. En cuanto a la violencia, está dosificada y bien rodada, teniendo lugar unos cuantos combates cruentos (la escena inicial del episodio piloto, el asalto a un monasterio o una incursión en tierras inglesas, por ejemplo), por lo que en este aspecto tampoco nos dejan huérfanos del todo.
|
El Conde Haraldson y Ragnar... |
La serie presenta las aventuras de Ragnar Lothbrok (
Travis Fimmel), un joven guerrero vikingo que se opondrá al Conde Haraldson (un efectivo y creíble
Gabriel Byrne), al no estar de acuerdo con él en seguir haciendo incursiones solamente hacia las tierras del este (los antiguos pueblos rusos), creyendo en la existencia de pueblos mucho más ricos más allá del océano en dirección oeste. Sobre este cuestionamiento de la autoridad del líder de su pueblo y el enfrentamiento que surgirá entre ellos (ambos basados en personajes reales de la historia
nórdica, mezclando así un punto de realidad y ficción), se cimentan los primeros pasos de la serie, para posteriormente desarrollar las incursiones para saquear otras tierras.
|
Ragnar y algunos de sus guerreros... |
En cuanto al resto de personajes presentes en la serie, cabe destacar el inquietante oráculo, cuya presencia dota a la trama con un toque místico gracias a su estrafalario aspecto. Por contra algunos de los personajes que complementan la acción (Floki, Rollo...) carecen todavía del desarrollo suficiente para que ayuden a crear una trama de mayor complejidad que lo mostrado hasta ahora, siendo estos dos aspectos (complejidad de personajes y profundidad de tramas), puntos a mejorar en la siguiente temporada para lograr algo que parece que está perfectamente al alcance de la serie y convertirse en una notable serie de épica gracias a su excelente factura técnica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario