Un ex-combatiente de la guerra del Vietnam con un pasado turbulento como conductor de bólidos, trabaja en una empresa de alquiler de vehículos. En un arranque de atrevimiento se propone recorrer en menos de 15 horas la distancia comprendida entre Colorado y San Francisco. Amante de la velocidad y el riesgo, Kowalski (un Barry Newman con cara de pasmarote que no consigue transmitirnos nada) será perseguido por la ley en los diferentes estados, será tentado por hippies liberales, pasto de robos poco convencionales y guiado por un locutor de radio ciego que a modo de advertencias, le irá mostrando los caminos menos complicados para conseguir su objetivo. De una forma un poco incomprensible, su hazaña comienza a suscitar el interés de la nación, convirtiéndose pues en casi una leyenda al volante.
Una película extrañísima cuanto menos, ya que buena parte del largometraje son escenas al volante, conduciendo todo el rato y con el (a veces insoportable) Super Soul en la radio.La sensación que me ha causado es de verdadera confusión, una cinta tan rara de ver como de explicar, y a eso en los años de su estreno, lo llamaron "de culto". Me ha recordado a la posterior -The Warriors (1979)- ya que el locutor de radio (en aquella era locutora) nos va contando la historia sutilmente a través de las ondas de una manera que todo el mundo se puede contagiar de la aventura al mismo tiempo, y quiero pensar que debido a eso, la historia toma tanta inercia en la nación. Lo más destacable es, sin duda, las admirables escenas de velocidad, que sin ser un amante de ese género, me han sorprendido gratamente. No es fácil presentar un experimento cinematográfico de estas características y con esta calidad de filmación, jugando con helicópteros, motos, todo tipo de coches y al lado de ríos, acantilados, etc... una muy loable habilidad con las cámaras difícil de ver incluso hoy día.
La censura, una vez más, hizo de las suyas, y en esta versión de DVD podemos apreciar integramente las escenas cortadas en su día, como las de un tipo diciendo algunos tacos racistas y escupiendo al suelo, una rubia en cueros montada en una moto y cortejando sin éxito a nuestro insípido protagonista, etc... Esa escena en cuestión, la de la rubia, es de especial mención, ya que puede resultar incluso algo chocante en nuestros días por su contenido liberal.
Un hippie que tiene a su pareja dando vueltas desnuda encima de una moto, y que casi se la llega a ofrecer a Kowalski sin el menor atisbo de preocupación. Viva la época Hippie!!
Entre medio de tanta conducción temeraria y tanta persecución, nos encontramos con dos homosexuales que intentarán, sin éxito (puede parecer un spoiler, pero no lo es) robar a nuestro heroico conductor, resultando una de las escenas más hilarantes del film. En fin, un insólito producto norteamericano de principios de los setenta que transmite libertad, acción acelerada y mucha carretera, tal vez demasiada.
La escena final nos deja todavía más atónitos, y aquí si que no desvelaré nada, puesto que nadie se lo espera. Curiosa cuanto menos.
Ya es raro no ver una tía en bolas en una de tus sinopsis. Marca de la casa.
ResponderEliminarPues mira que no voy a buscarlas, vienen solas...será atracción? magnetismo? chifladura? quién sabe....
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