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lunes, 9 de enero de 2012

ACERO PURO (REAL STEEL) (2011)

Supongamos que tenemos a unos productores/guionistas que buscan la fórmula "perfecta" para hacer una película con la temática del boxeo de fondo, pero que tenga el target de público más amplio posible, incluso que pueda ir orientado al consumo familiar. Pues seguramente la solución al problema vendría a ser lo que acaba dando de sí Real Steel, tanto para lo bueno como para lo malo, inclinándose por desgracia, la balanza más hacia lo segundo. Así tenemos una historia situada en un futuro cercano donde el boxeo entre humanos ha quedado relegado al pasado. Poco a poco las exigencias de violencia por parte del público han ido creciendo hasta llegar a un punto en el que la presencia de contendientes humanos ya no puede permitirse sobre la lona. En la actualidad existe la Liga Profesional de Boxeo entre robots que se despedazan sin piedad ni límite alguno, donde un monstruoso engendro mecánico de nombre Zeus se alza como el imbatible e invicto campeón, a parte de todo tipo de peleas clandestinas y de ligas menores en el que todo aquel que tenga un robot puede participar. Charlie Kenton (Hugh Jackman) es un ex boxeador que no atraviesa el mejor momento de su vida, a duras penas logra subsistir para pagar sus deudas llevando a su robot a bochornosos espectáculos y luchas de segunda fila. Por otro lado se le plantea un problema en toda regla con la noticia de la muerte de su ex mujer y la notificación por parte del tribunal exigiendo su presencia para clarificar la custodia de su hijo Max (Dakota Goyo), con el que no mantiene ningún tipo de relación. Afortunadamente para él, la hermana de la fallecida quiere la tutela del niño al no tener hijos propios, a lo que Charlie no se opone en absoluto y acepta gustósamente a cambio del dinero que le ofrecen y con el que puede hacerse con otro robot para empezar de nuevo. Sin embargo la jugada no le sale completamente bien, al tener que hacerse cargo del chaval durante dos meses de verano en los que la pareja está de viaje por Europa (agarrado con pinzas es poco...). Como casi todos os podréis imaginar aquí se empieza a mascar la tragedia con la tan tópica y consabida trama de niño abandonado y padre que no quiere saber nada de él, que se llevan a matar, pero que a medida que van pasando los minutos estrechan los lazos, intentando tocarnos de forma descarada la fibra sensible (no funciona, ya os lo digo, pues se les ve venir descaradamente). A partir de este momento padre e hijo llevan a un robot que han entrenado conjuntamente a luchar por todo el país, iniciándose el típico cuento de la Cenicienta o más bien un deja vu  mecanizado y sin alma de la famosísima Rocky, incluyendo al malo llevado a lo Ivan Drago para más señas.


La película en sí no es que sea mala del todo, pero es un desperdicio absoluto de posibilidades, conformándose con ser únicamente un escaparate visual, siendo el apartado de efectos especiales excelente pero prácticamente lo único a destacar de todo el proyecto, buen diseño de los distintos robots, así como su integración y movimientos en pantalla (no gran parte de las peleas que son un poco aburridas).
Pero una falta total de profundidad en todos los demás apartados la convierten en un cascarón extremadamente caro para lo vacío que está. Si bien en su arranque llegué a concebir ciertas esperanzas con el ambiente que se vive en las peleas con el público ávido de su dosis de violencia y las apuestas a su alrededor, los robots de diseños muy variados, y lo que yo presumía como una interesante historia de perdedor que no se da por vencido y se levanta una y otra vez para seguir intentándolo, termina con la aparición del niño, despertándome bruscamente del sueño para verme envuelto en un film de alto contenido de azúcar, no apto para diabéticos ni para un público mínimamente exigente que busque algo más que un blockbuster que se consume con rapidez y que se olvida casi antes de que arranquen los créditos finales.


Decir que los personajes son estereotipados es quedarse corto, todos y cada uno de los que hacen su aparición a lo largo del metraje llegan a ser tan lineales y previsibles que parecen sacados de cualquier telefilm que podamos ver un sábado por la tarde en televisión. Los entrenadores de Zeus copiados sin disimulo de los que acompañantes de Ivan Drago en Rocky IV llegan a ser ridículos a más no poder, Hugh Jackman  cumple simplemente por su carisma y presencia, aportando poco más, mientras que el niño sin que actúe mal acaba haciéndose odioso en ciertos momentos para todo aquel que no comparta la edad del protagonista en cuestión, verle bailar con el robot es una tortura para un adulto. Por otro lado parece mentira que no se haya explotado una personalidad para el robot, que debería ser más importante en la historia, pero que no pasa de ser meramente un mecanoide animado mediante comandos de voz o copiando movimientos como si estuviéramos delante de un juego de la PS3 (repito, odiosas las escenas de los bailes). Atom, el robot en cuestión, luce un aspecto cuidado y que en algunas escenas da para pensar que tiene una personalidad propia y que podía haber llevado la película a otro nivel (la escena del espejo tenía que ser el momento), pero aquí se ha tirado por la vía facilona y que suele dar dinero, ¿para que currárselo más jugando con un tema tan interesante como la inteligencia artificial, verdad?
La historia se deja ver sin que uno sufra a pesar de sus más de dos horas, es correcta dentro de unos mínimos exigibles, pero se queda corta para mis expectativas y eso hace que mi valoración personal haya ido a menos a medida que la he ido repasando mentalmente e intentando analizarla para plasmarla aquí. A nivel de guión lo ya comentado más arriba, previsible al 100% sin sorpresa alguna, y con ciertos aspectos cogidos por los pelos o que no tienen demasiado sentido, como que el niño no haya visto un robot de lucha en su corta vida y en cuestión de pocos días ya esté programándolos, reparándolos o montándolos mejor que los grandes especialistas del mundillo, o la pregunta del millón, ¿cómo levanta él solo un robot de media tonelada y lo sube desde un barranco en medio de la tormenta?... pero mejor no pensar demasiado si no nos queremos encontrar con grandes preguntas sin respuesta.
En fin para pasar el rato sin tener que poner el cerebro en modo ON.

2 comentarios:

  1. La vimos anoche. En todo momento me pareció una fritanga de Rocky (ya no sólo el parecido con Ivan Drago, sino la cresta de Mr.T en otro, Zeus=Apollo Creed y sobre todo, el combate final, copiado casi plano a plano con el de Rocky 4)y muy especialmente con "Yo, el halcón", de la que me pareció ver más de una casualidad (camionero con hijo desconocido, proveniente de familia bien y puliendo su relación casi a lo road movie, ahhh bueno, y en vez de pulsos, pues combates de robots...).
    Estoy de acuerdo en que los efectos aqui mandan, y espléndidos no me cabe duda, pero cierto es que gracias al bueno de Hugh que no acaba en desastre, porque otro hubiese dado al traste definitivamente con el proyecto (muy divertido el blooper de wolverine en los extras del dvd).
    En definitiva, un regalo muy bien envuelto que al abrirlo no satisface las expectativas creadas, un 6,4.

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  2. Mucho envoltorio para tan poco contenido. No lo considero un homenaje a Rocky, más bien una copia desvergonzada que demuestra una falta total de ideas frescas para crear ni una mísera pelea interesante. No había visto la posible referencia a Yo el halcón, seguramente por ser una de las cintas que he evitado toda mi vida al desprender un tufillo a mala que nunca he soportado. Lo que hemos hablado, se pierde una bonita posibilidad de subir un par de peldaños en caso de haber apostado valiente y hacer un giro dotando de personalidad propia al robot, habría sido un vuelco muy interesante, al menos infinitamente mejor que ver a un niño saltando como si estuviera delante de su videoconsola y un jueguecito de coreografías... ahhhh como duele verlo allí en medio dele stadio aclamado por unos adultos que en teoría van a ver como se destrozan unos robots gigantes...

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