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viernes, 7 de octubre de 2011

EL FANTASMA DE LA MOMIA (1944)

Hay días que a uno le apetece sentarse a ver una película que no exija ningún esfuerzo intelectual ni nos obligue a estarnos dos horas largas para llegar al final, por lo que se agradece una de esas producciones de la Universal con unos escuetos 60 minutos para plantearnos una sencilla secuela con pocas pretensiones de La mano de la momia (1940).
La historia arranca con unas bellas imágenes reales de Egipto para pasar acto seguido al interior de un templo made in cartón piedra como marcan los cánones. Allí se esconden en la actualidad los seguidores del templo de Arkam, que aún veneran a los antiguos dioses.
El gran sacerdote le explica a su joven acólito Yousef Bey la historia de amor ocurrida 3000 años antes entre la princesa Ananka, sacerdotisa del templo, y un joven llamado Kharis (aquí hay variaciones respecto a lo que se nos cintaba en la primera entrega, pero vamos a pasarlo por alto). Las estrictas leyes en relación con los miembros del templo prohibían este tipo de relaciones, por lo que la princesa fue condenada a morir y su alma maldita para siempre, Kharis tampoco se libró del castigo y fue enterrado con ella para hacerle de guardián hasta el fin de los tiempos. El viejo líder del culto le encarga a Yousef Bey que recupere el cuerpo de la princesa, en tierras americanas desde que una expedición que tuvo lugar hace 30 años, descubriera y profanara su tumba para llevársela hasta allí. Habilmente el director empalma el mismo relato ya en los Estados Unidos de boca del profesor Norman, experto egiptólogo, que está impartiendo una clase a sus alumnos en el campus universitario de Mapleton, justo en el momento en el que les explica el fatal desenlace de todos los miembros de la expedición en cuestión, asesinados por la momia de Kharis al ser enviada por los  enfurecidos seguidores de Arkam para recuperar el cuerpo de la princesa y vengarse. Finalmente les cuenta que la momia finalmente fue destruida y que ya solo queda por desvelar el secreto de unas hojas de una planta llamada Tana que parecen ser las responsables de devolver a la vida a la momia...
Pero amigos, todos sabemos que no se ha acabado todo, esto es una secuela y sin dar ninguna explicación nos encontramos de nuevo con la momia más viva que nunca (si me permitís la expresión), a pesar de que en el film original se comenta que había sido presa de las llamas. Pero vamos a concederles esta "mínima" licencia para que podamos tener una nueva entrega...
En fin, que nos encontramos con un planteamiento más que típico y que copia bastantes puntos de la primera e inigualable obra de la Universal que trató con el tema de las momias, y que no es otra que la que encarnó de forma magistral Boris Karloff: La Momia (1932). Os pongo algunos ejemplos para ilustrarlo: aquí también tenemos un profesor egiptólogo que tras descifrar unos jeroglíficos logra que la momia se libere y acabe con su vida, no puede faltar la joven de ascendencia egipcia y que es susceptible de albergar el espíritu de la antigua princesa, el novio de la chica que intenta protegerla, etc... Pero por desgracia la magia que emanaba ese gran clásico aquí no aparece en ningún momento y enseguida nos tenemos que conformar con un producto mucho más modesto y con una dosis de encanto casi testimonial. El principal problema desde mi punto de vista es la misma momia, que aquí es un simple instrumento de venganza que se mueve torpemente como un zombie seriamente dañado y que no tiene ni la capacidad del habla, por lo que tras algunas escenas donde la podemos ver avanzar trabajosamente, todas sus apariciones acaban por ser bastante repetitivas y poco estimulantes.
Se echa de menos el ser maligno que logró crear Karloff, con toda esa inteligencia de quien ha vivido tantos siglos. Aquí Lone Chaney Jr. hace un papel poco agradecido y que no le permite demostrar casi nada a nivel de actuación, además de contar con un maquillaje facial un tanto burdo.
Pero como la obra dura una hora exacta, está rodada correctamente y el ritmo es bastante dinámico, casi no nos damos cuenta y ya nos encontramos con los títulos de crédito que nos devuelven a la realidad. Además si algo se le tiene que agradecer es el final, sorpresivo a todas luces y que me ha dejado atónito, pues huye del happy end que me esperaba casi desde un inicio, para cerrarla de una forma brusca y dura, sobre todo teniendo en cuenta el estilo al que estaban acostumbrados los espectadores de esos años.
Este hecho ha logrado que mi apreciación final no sea realmente mala, solo con que hubieran creado una momia algo más inteligente, podría haber sido una más que apreciable cinta de terror, pues algunos elementos del film son bastante interesantes, pero lamentablemente se queda en una producción menor del género y practicamente olvidada. Para incondicionales del terror de los años 30 y 40, o para curiosos que quieran pasar un rato entretenido.

Aquí tenéis la lista con todas las obras que componen esta saga: 

LA MANO DE LA MOMIA (1940)
LA TUMBA DE LA MOMIA (1942)
EL FANTASMA DE LA MOMIA (1944)
LA MALDICIÓN DE LA MOMIA (1944)


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