PAGES

sábado, 2 de julio de 2011

CAMINO A LA LIBERTAD (2010)

Slavomir Rawicz vivió el calvario de los campos de concentración soviéticos (gulags) cuando los alemanes invadieron su Polonia natal en 1939. Tras escapar de su prisionera estancia en un gulag Siberiano, él y unos compañeros fugados recorrieron casi 6500 km a pie hasta la India, pasando por gran parte del continente asiático.
El sorprendente relato de Rawicz ha sido puesto en duda en diversidad de ocasiones debido a la inabarcable hazaña que propone, pero al parecer padeció ese sufrimiento tan cruel y lo confesó todo en su novela "The long K: the true story of a trek to freedom".
Su adaptación cinematográfica se centra en ese angustioso viaje y cuenta con algunas caras conocidas, como la de Ed Harris (como el preso americano), Colin Farrell (Valka, el soviético violento), o Jim Sturgess (el polaco más racional).
Las primeras impresiones que tenemos al enfrentarnos a este film son de cierta indiferencia, ya que no llegamos a conectar con ningún personaje en concreto y tampoco vemos una desmesurada crueldad típica de un campo de concentración, incluso su trabajo diario en las minas nos parece algo decente. Tras una fuga sin demasiadas explicaciones (no muestran esa parte, con lo que me gustan), seguiremos al grupo de presos por los inmensos bosques siberianos en busca de la frontera con Mongolia, para poder al fin ser hombres libres. El camino es difícil, y muchos hombres no consiguen aguantar las inclemencias del clima o la fatiga extrema, mermando así el grupo poco a poco. Tras llegar a la frontera, tendrán que ir en dirección hacia el Himalaya, atravesarlo, pasar China y llegar finalmente a la India. Casi nada.
El film tiene un ritmo creciente, que para el valiente que consiga aguantarlo -133 minutazos- lo acaba agradeciendo, ya que consigue meternos realmente en el viaje en su recta final (cuesta entrar en él por eso).
Su paso por los desiertos, por montañas nevadas o por bosques frondosos nos dan la oportunidad de disfrutar de paisajes tan bellos como extensos y de imaginarnos la soledad y falta de recursos que podían tener. Por la cabeza se les pasa de todo, ya que la desesperación que provoca el hambre y sus delicadas consecuencias hacen valorar incluso el canibalismo como forma de sobrevivir.
Pese al interés del trayecto, la densidad de la cinta acaba por pasarle factura y esa angustia desproporcionada que sufre el grupo termina por desvanecerse un poco cuando hemos acabado el camino, pero en absoluto le resta magnitud al producto, que mantiene intacta su propia personalidad.
Una trama sin héroes ni destellos de grandeza, tan sólo el viaje de un grupito de personas agotadas que buscan libertad en países que lo permitan. Es dura y a ratos optimista, resulta uno de esos films que palidece nuestros problemas y nos muestra lo verdaderamente importante de todo esto. Salud, libertad y paz.
Un recorrido a vida o muerte que se acaba cobrando demasiadas vidas.
No hay sorpresas a nivel de reparto, nadie colapsa a nadie para bien o para mal, y no se notan maniqueismos de ningún actor, ni tan siquiera del sobrevalorado Colin Farrell, actor de renombre que merece mucha menos atención de la que recibe, en la opinión del que aquí escribe.
Sorprende pues por su puesta en escena, sincera y nada pretenciosa, pero se ve afectada por una historia algo estirada y tratada con menos pasión de la que merece.

1 comentario:

  1. En lo personal me gusto la peli,a pesar q collin farrel me inspira rechazo,ya que lo veo sobreactuado y sobrevalorado!a mi gusto le falto mas dialogo entre los personajes,dialogos e interacciones q hubieran amenizado mas la peli!

    ResponderEliminar