DRAGON BALL MOVIE Nº11 : ¡ARDE! UNA ARDIENTE, INTENSA Y SUPER FEROZ BATALLA (1993)

Aclamada producción de la Toei Animation que en un intento de revitalizar la cada vez más agotada fórmula predominante en los OVA de Dragon Ball, consiguió sorprender haciendo gala de una planificación, estructura y elaboración técnica hasta la fecha insólitas.

Más ambicioso que el resto de films, "¡Arde! Una ardiente, intensa..." amplia su duración hasta el formato largometraje (con sus casi 75 minutos) y desarrolla un nudo argumental extenso, que gana solidez y mucho más compacto que la mayoría de historias previas, en general precipitadas e irregulares.

Apoyándose en la, por aquél entonces, ya aparcada idea del "saiyan legendario", este nuevo film se atrevió a explorar esa nueva brecha argumental olvidada tanto en el manga como en el anime (un lógico descarte de guion si querían seguir brillando cabelleras) y aportar nuevos datos sobre pasado y presente del linaje saiyan.

Para la ocasión, y demostrando que la historia de dicha raza extraterrestre pedía más minutos, se nos presenta a 2 nuevos personajes, Paragus y su hijo Broly (de "espárrago" y "brócoli"), los últimos dos saiyans supervivientes de la hecatombre provocada por Freezer 30 años antes.

Ambos aterrizan en la Tierra (según algunas fuentes japonesas, días antes del Cell Game), para persuadir a un siempre aburrido príncipe Vegeta, ofreciéndole ser el rey de un nuevo planeta para que su raza no desaparezca del todo (faltarían mujeres por ahí en medio, pero no quiero complicar la historia...). Al mismo tiempo, Kaioh comunica inoportunamente a Gokuh (a su vez todo trajeado, ocupado en una curiosa entrevista escolar para que su hijo entre a una privada) que la galaxia del sur ha sido destruida por una fuerza descomunal, y que ahora peligra la del norte. Vamos, la "nuestra".

Kaioh, estremecido ante lo que se avecina.

Paragus, lejos de ser trigo limpio

Un inédito Gokuh de traje...¡por una vez!

El viaje al nuevo planeta no se hará esperar y el orgulloso Vegeta, ciego de poder, no será capaz de vislumbrar el traicionero plan de Paragus, que cada vez está más cerca de conseguir su objetivo : colonizar la Tierra y que el inminente cometa Gumorí acabe con ellos en breve impactando contra su "escogido planeta". 

Broly entonces se desmarca como un guerrero indomable, completamente trastornado y muy destructivo, de una fuerza sin límites y que hasta ahora estaba moderadamente controlado gracias a un artilugio que su padre le colocó en la frente.
Ahora, sobre estimulado por la presencia de Gokuh en el planeta, Broly acabará por mostrar toda su descomunal fuerza de combate y descubriéndose como el legendario super saiyan, ante la atónita mirada de todos los allí presentes.
La complejidad de su trama es un claro ejemplo de que este film -y hablamos del undécimo- por fin alcanza un mayor equilibrio entre presentación, nudo y desenlace, convirtiéndolo en el más profesional y elaborado de cuantos se hayan hecho.

Shamo, un esclavo de un planeta vecino

Broly no consigue aplacar su potencial

Paragus tratando de calmar a su descontrolado vástago

La historia del mediocre Paragus, sus vengativas intenciones y el fuerte pavor que siente al no poder controlar a su asalvajado hijo, son una línea argumental realmente apasionante. Esos interesantes flash-backs, algunos de sus pensamientos internos, esa inseguridad mostrada y su consabida incompetencia lo convierten en un villano especial, sin la agotadora soberbia de la que hacían gala todos hasta ahora y sin recurrir al punto cómico del resto (Pilaf, Boo y compañía).
La historia de Broly, nacido el mismo día que Gokuh pero con 10 mil unidades de potencia aún siendo un bebé (ante las escasas 2 unidades de Kakarot), su intento de asesinato por parte de las tropas del Rey Vegeta (cruel escena se mire como se mire) y esa milagrosa escapada ante la catástrofe de su planeta también le otorgan puntos de gran interés al film.
Quizás su personaje esté tan desmesurado en fuerza y rabia que resulta poco convincente, en exceso parco en palabras y algo corto de miras, por decirlo de alguna manera, pero tiene un diseño más que correcto y será recordado y recuperado en futuras producciones.

Los dos bebés, nacidos el mismo día, hace 30 años

Un simpático guiño en un frame muy peculiar

La presencia además de numerosas y acertadas subtramas (desde la desesperación de Chichi hasta los esclavizados habitantes del planeta Shamo) suman calidad a las ya de por sí interesantes tramas principales. La marcada influencia del humor "Tori" queda patente a lo largo del film, con un Gokuh tomándose el combate más duro de su existencia tan a broma como lo hizo con Perfect Cell y más hambriento que nunca, un Kamesennin borracho haciendo payasadas y llamando brócoli a Broly o un par de escenas de "gotita en la frente" más que necesarias para desestresar un extremadamente tenso desenlace.
Momentos impresionantes como el asalto en mitad de la noche a la habitación de Gokuh y un cuidadísimo dibujo con los mejores primeros planos de la saga conviven con otros menos acertados, como un Vegeta superado incomprensiblemente por las circunstancias y humillado por Piccolo en una escena para el olvido, ciertos toques ya demasiado trillados (están otra vez de pic-nic, hay apariciones oportunísimas que salvan vidas y personajes forzados a salir) que no hacen sino que disminuir el potencial del film, que era mucho.
En definitiva, una película completa que empequeñece a sus predecesoras y debería marcar el camino a seguir de futuros proyectos. Un buen ejemplo de ambición y trabajo bien hecho.

Desatado, Broly parece invencible

Un Kame-Ha-Me-Ha certero...pero para nada definitivo

En referencia al siempre simpático significado de los nombres, aclarar que "Shamo" (el nombre del planeta esclavizado y de uno de sus habitantes) es un tipo de gallo de pelea tailandés, de ahí sus crestas, además de un sabroso plato; un par de esbirros de Paragus que se llaman "Angol" y "Mois" forman la palabra "Angolmois", en referencia a una conocida predicción apocalíptica de Nostradamus (fallida, por cierto).