MOTHER'S DAY (2010)

El responsable de las tres entregas de Saw (de la segunda a la cuarta) es el culpable de este remake del film de 1980 "el día de la madre", y que con justicia consigue empujarnos a pensar en esa persona durante todo el metraje, en su puñetera madre. Nos lanza la historia en la línea de la reciente "secuestrados", donde unos hermanos prófugos huyen de un robo con un herido de gravedad. Al volver a su casa, se percatan que allí ya no vive nadie conocido, y que ha sido alquilada a unos nuevos inquilinos.

Éstos estaban tan plácidamente celebrando una fiesta cuando se ven envueltos en un percal de tres pares, y ahí comienza la tortuosa historia de un secuestro de lo más extraño. Por descontado, se trata de un grupo heterogéneo de etnias, para que los americanos se sientan bien identificados (rubia, morena, negra, blanquito cachas, blanquito gordito y negro).
De entrada, los "secuestradores" son todos hijos ilegítimos de una madre roba-bebés, que con fallido empeño, les ha enseñado valores de dudosa credibilidad e inculcado una educación inadecuada. Es la llegada de la madre (Rebecca de Mornay en horas bajas), la que crea un ambiente de tensión creciente donde no faltarán los disparos, las torturas o los intentos de violación.
Estamos ante lo de siempre, gente que secuestra gente y que les obligan a vaciar sus bolsillos y cuentas bancarias, sin más novedad en el frente.
La filmación decrece asombrosamente en interés a medida que avanza, consiguiendo un nivel de hastío muy importante y que casi se convierte en una misión imposible el poder terminarla. Podría decir que sus primeros 25 minutos son decentes, procuran tensión y la presentación de personajes es digna, pero se ve eclipsada por una dirección artística y un guión insuficientes cuanto menos, que estrella estrepitosamente el refrito final. Contiene escenas del todo chirriantes, cayendo en situaciones de morbo gratuito y sin respetar las psicologías de los personajes lo más mínimo (la cafre escena del cajero, esa pelea por saber quién se salva de las chicas, o la estupidísima huida frustada de la chica negra), crean un cúmulo de insensateces que de insultantes nos obligan a acordarnos del título y de la madre que parió al director. Una muy decepcionante historia llena de matices erróneos y sus consecuentes tropiezos argumentales que confluyen en un desastroso film del todo prescindible. El reparto es de espanto y los detalles propios de un film de esta guisa se repiten hasta lo indecible, sumergiendo este film canadiense en lo más profundo del cubo de la basura.
               Una película innecesaria y desordenada, con algunas secuencias soportables pero que en su mayoría desaprovechan la oportunidad de enseñarnos algo personal o con señas de identidad propia y que ya en su estreno en el festival de Sitges de 2010 pasó sin pena ni gloria. Su estirado metraje daña todavía más el resultado y la convierte en una de las peores películas sobre secuestros que recuerdo, pese a tener caras conocidas, se trata sin duda de un proyecto imperfecto. Ni tan siquiera podemos decir que sea dura, porque aún conteniendo sangre y violencia, no es más que un juego de niños para un ojo entrenado como el mío.
En definitiva, desaconsejo su visionado por esa incontinencia argumental y ese ruido con tan pocas nueces.