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sábado, 14 de mayo de 2011

VINIERON DE DENTRO DE... (1975)

Un científico crea unas babosas genéticamente diseñadas para ayudar al ser humano, con la idea de ser funcionales orgánicamente (como si una babosa fuera tu próximo trasplante de riñón, vamos), pero lo que consigue es un parásito que una vez dentro del ser humano, lo convierte en un asesino sediento de sexo (esas babosas tampoco son tan malas ahora que pienso) pero también en un ser irracional y destructivo (todo tiene su parte mala). La acción nos sitúa en un edificio de Montreal -siempre Cronenberg en su país natal- donde el grupo de vecinos serán los parasitados.
En la trayectoria de David Cronenberg nos hemos encontrado con destellos de genialidad (Videodrome, La Mosca...) pero también con proyectos mal envejecidos (Rabia) y es a este segundo grupo al que pertenece este film con nada más y nada menos que 3 títulos oficiales diferentes. La película se denominó en Canadá originalmente como Shivers (algo así como escalofríos), pero cambió de nombre en los USA y se convirtió en -They Came from within (vinieron de dentro) -, aunque distribuido por la Europa anglosajona como -The parasite murders- (los parásitos asesinos) y luego aterrizando en nuestras tierras con el extraño nombre de - Vinieron de dentro de...- hecho debatible cuanto menos. Aclarado el título, repasemos el filme en cuestión, que ya forma parte del culto al terror en los 70 pero que debido a múltiples copias y remakes, se ha visto ahogada de repercusión, siendo anecdótica y poco más. Contiene momentos de impacto, y que ofrecen una naturalidad impropia del terror (esa lucha en la habitación del hotel, sin gritos ni palabras, entre el doctor y una infectada) que nos dejan perplejos y con ánimo de seguir la experiencia. Las consecutivas infecciones son bastante previsibles, porque llega un punto en que nuestra generación se conoce la fórmula hasta tal punto que nos adelantamos al director, en aquella época un visionario, hoy convertido en objeto de estudio, nada más.
El metraje es corto, apenas 87 minutos, pero da tiempo para aburrir, sorprender, bostezar y sobre todo, volver a aburrirnos de nuevo, quedando en mediocre el resultado final.
Hay algo enigmático en ella por eso, es una sensación de no haberla entendido al 100% o bien porque mi inteligencia va en detrimento con mi edad o bien debido a sus enrevesadas explicaciones, algunas entendibles, otras con algunos interrogantes. Un filme con peste a Autor que decepciona más que enamora, con resquicios de genialidad ensombrecidos por una filmación petulante (cámara temblorosa o enfoques imposibles) propias de farsantes cineastas con ganas de cabrear al noble espectador.
Mi devoción por David Cronenberg es inestable, porque cuando termino una obra como La Mosca lo venero, pero cuando termino esta, lo aniquilaría (no estaré muy fino yo tampoco).
Los desnudos que no falten
En 1975 Cronenberg obtuvo el galardón a mejor director en el Festival de Sitges por este filme, fomentando su curiosa concepción del cine fantástico. Me imagino que poca cosa más habría para elegir ese año, no?.De todas maneras, celebro que obras de este calibre reciban premios, porque es un campo que me gusta cinematograficamente y lo prefiero a otros géneros (musicales, melodramas..).
Destacar que homejeando a Romero el final de esta Shivers es épico, con una legión de "infectados" medio zombies sedientos de sexo que acompañados por las primeras notas del futuro tema Thriller de Michael Jackson (esto es cierto), convierten el clímax del film en lo mejor de éste, a parte de nuestro deseo que terminase, claro.

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