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lunes, 17 de junio de 2013

PHENOMENA: EL SANTO + APOCALIPSIS CANÍBAL (14-6-2013)

El sello Grindhouse en las sesiones de Phenomena, siempre ha sido un reducto para todos aquellos cinéfilos a los que el disfrute de una película no lo asocian necesariamente a las grandes producciones, ni a la presencia de destacados actores (ni actores como tales podríamos llegar a decir), mucho menos de lujosos efectos especiales, decorados creíbles, obras donde la presencia de un guión o montaje minimamente coherente tampoco es un prerequisito para evitar pasar un buen rato. Todo aquel que no cumpla con la mayoría de estos puntos antes expuestos, se arriesga a querer arrancarse los ojos ante la incredulidad de algunas producciones, ya no de serie B, sino más bien de serie Z, que nos han llegado a ofrecer en más de una ocasión. Este pasado viernes los Cinemes Girona contrastaban por coincidir en sus salas dos eventos antagónicos si cabe; por un lado se celebraba la 1ª edición del Festival de Cinema Alemany, denotando un cierto "glamour" entre los asistentes y una programación de otro calibre. A la misma hora también se citaba un buen número de asistentes ávidos por disfrutar de una propuesta terriblemente gamberra y no apta para todos los públicos mediante dos títulos sacados de las catacumbas cinematográficas: una de las muchísimas entregas de El Santo y el gore de Apocalipsis caníbal.
Algunos de los espectadores del Festival de cinema Alemany a punto estuvo de confundirse de sala y habría sido todo un espectáculo ver sus caras al descubrir lo que se cocía en la Sala 1. De entrada y para calentar el ambiente, cabe destacar el espectáculo que nos brindó Lo Perico Enmascarat, un "individuo" ataviado de luchador mexicano haciendo gala de una total desinhibición y un gran sentido del humor que le valió ganarse al público al momento, y que nos dejó algunos momentos para el recuerdo en precario equilibrio subido a las butacas de la sala o soltando algún chiste digno del mejor Cálico Electrónico. Impagable experiencia. Acto seguido Nacho Cerdà pasó a comentar por encima los dos títulos que se iban a proyectar, introduciendo para los neófitos al personaje de "El Santo", mítico en su país, donde rodó más de 30 filmes dando vida a este peculiar superhéroe, que tanto su hijo como su nieto han querido perpetuar siguiendo sus pasos en la lucha libre. Asimismo tuvimos una buena ración de tráilers de época, algunos de los cuales eran totalmente descacharrantes como En busca del huevo perdido (1982) con la presencia de las insufribles hermanas Hurtado entre muchas otras "glorias", una muestra del cine más casposo que dio durante muchos años el cine español (os invito a echar un vistazo por YouTube y ver algunas imágenes para intentar dar crédito).

Luchando para entrar en la sala contra un grandísimo enmascarado...
El primer plato de la noche era La venganza de las mujeres vampiro (1970), película que en cierta manera puede recordar a los seriales de Batman de los años 60, con un superhéroe ayudando a la policía a resolver todo tipo de crímenes, pero con un par de vueltas de tuerca de más (o tres). La enorme popularidad de la lucha libre en el país propició que Rodolfo Guzmán Huerta (alias Santo, el enmascarado de plata, uno de los mejores luchadores de la época), pasara a convertirse en "estrella" de cine rodando multitud de entregas encarnando a este personaje, enfrentándose a todo tipo de peligros, a cual más delirante. De esta manera, el Santo llegaría a plantar cara a delincuentes varios y también a seres sobrenaturales, como los vampiros en la entrega que comentamos (o momias, zombies, hombres lobos y muchos otros...), dando lugar a todo una suerte de situaciones rocambolescas, imposibles y desternillantes gracias a unos guiones de risa, unas frases lapidarias por parte de Santo y las limitaciones de unas producciones de bajo presupuesto más voluntariosas que bien hechas, pero que vistas con la perspectiva adecuada se convierten en piezas para el delirio del cinéfilo más abierto de miras.

Con este fantástico efecto especial nos presentan al vampiro... ¿cómo os habéis quedado?
El Santo... pensativo antes de soltar una de sus lapidarias parrafadas...
Risas y más risas logró arrancarnos a todos los presentes con algunos momentos para el recuerdo, -la novia del policía disfrazada con unas gafas gigantes, el Santo disertando acerca de la ciencia y la muerte, las vampiras bailando sin ningún sentido antes de esconderse sin explicación alguna en sus ataudes y un largo etc- fueron recompensa suficiente.
La segunda película que nos esperaba lograría a la postre elevar a la anterior a la categoría de obra maestra, luciendo infinitamente inferior en todos los aspectos...pero no avancemos acontecimientos y pongámonos en situación. Para rematar la sesión llegaba Apocalipsis caníbal (1980), filme de Bruno Mattei y que puede llegar a confundirse con otro de idéntico título y año de producción pero firmado por Antonio Margheriti.

Fueron unos años plagados de coproducciones hispano-italianas, donde llegarían a rodarse un buen numero de interesantes películas de la mano de directores como Lucio Fulci o Amando de Ossorio, que supieron sacarle el mejor partido posible a unos presupuestos ridículos gracias a una gran inventiva y su buen oficio. Es innegable la enorme influencia que tendría el filme La noche de los muertos vivientes (Night of the living dead, 1968) de George A. Romero, dando lugar a toda una serie de obras que explotarían el fenómeno zombie, logrando un buen resultado en algunos casos, otros trabajos menos afortunados y muy al final de la cola podríamos situar esta obra de Mattei. Vista hoy en día resulta casi imposible tomársela mínimamente en serio, pero la buena predisposición a sacar partido de sus muchas flaquezas para reír a pierna suelta e ir comentándola con los amigos, han hecho de ella un filme inolvidable (difícil de borrar de nuestras retinas algunas de sus imágenes). La historia presuntamente nos sitúa en Nueva Guinea donde una planta de investigaciones químicas llamada Hope I, de forma accidental deja escapar un gas tóxico que irá convirtiendo a los muertos en unos zombies ávidos de carnaza humana.

Uno de los del equipo especial jugando con los zombies (literalmente...)
Pongamos unas tetas, que al menos el personal por unos momentos se olvidará del resto...
Y para darle algo de juego al asunto, tenemos a una especie de grupo de asalto (cuatro amigos en mono azul que dejan al Equipo A como auténticos gentleman) que intentarán solventar el problema (todavía no he entendido como). Lo más curioso del tema es que su rodaje tuvo lugar en Barcelona y sus alrededores, por lo que ya podéis imaginaros lo lograda que está la ambientación de la densa selva de Nueva Guinea. Una planta que realmente está ubicada en Badalona, una embajada de los Estados Unidos que se ubicó en el Palau de Pedralbes o una densa selva que tuvo lugar por Collserola o el Parc del Laberint, dan como resultado una producción penosa en todos los sentidos, pero divertida por eso mismo. Vista la limitación económica, para generar la ambientación adecuada, el director se sirvió de metraje de documentales, los más celebrados por el público los de animales. No importaba que pasara en pantalla, cada dos por tres veíamos un mono saltando de una rama a otra, unos salvajes remando en un río, ritos funerarios varios, un pájaro pescando o unos elefantes africanos corriendo por la Sabana (espera... ¿no estábamos en Nueva Guinea?... da igual, pégalo después del guepardo...).

Uno de los pocos buenos momentos nos los regala el niño zombie...
La película carece de un montaje coherente y nos pondrá a prueba en más de un momento (¿la pistola no la tenía el otro hace un momento?... bueno, tira millas, oye...), el maquillaje es de risa (hay extras que hacen de negros que ni lo son y algunos zombies simplemente llevan pintada parte de la cara), las actuaciones son de broma e incluso en algunos planos hay zombies no pueden evitar troncharse ante lo lamentable de la situación. Por cierto, tiene una escena con un destape completamente gratuito (pero muy de agradecer) de los pechos de la protagonista. Todo ello hace de la película una experiencia digna de ser vivida a pesar de la vergüenza ajena que nos pueda invadir en algún momento. Pero esto es puro Grindhouse, ¿que os esperabais? Y a los que nunca habéis ido a una de estas sesiones, solo me queda que animaros para que viváis una sesión que recordareis mucho tiempo...

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