PAGES

sábado, 16 de febrero de 2013

LA HUMANIDAD EN PELIGRO (THEM!) (1954)

Resulta interesante a medida que uno va cumpliendo años y va teniendo un bagaje cada vez mayor de películas, descubrir referentes que influyeron en alguno de los directores que más me marcaron en mi juventud y que me hicieron disfrutar como pocas cosas la magia de ir al cine.
Quien tenga entre 30 y 40 años dificilmente ha escapado de la influencia de las obras de grandes realizadores como Steven Spielberg (E.T, La saga de Indiana Jones, Jurassic Park, La lista de Schindler, Tiburón, etc...) o James Cameron (Terminator I y II, Aliens el regreso, Abyss, etc...).
Por lo que no es extraño plantearse si al pasar a estar ellos detrás de las cámaras, su obra se ha visto de alguna forma influenciada por las películas que más disfrutaron en sus años mozos.
La película de la que vamos a hablar un poco hoy, al menos nos deja algunas respuestas en cuanto a la persona de James Cameron, fantástico director nacido en 1954, curiosamente el mismo en que llegó a los cines La humanidad en peligro. Seguramente debió verla en alguna reposición en televisión o en uno de los cines de barrio a lo largo de su juventud, pero lo que no podemos negar es que algo quedó profundamente grabado en su retina, para que en 1986 al aceptar rodar la secuela de Alien (1978), le rindiera un más que identificable homenaje en la mayor parte de su trama. Pero hablemos un poco del original que ya tendremos tiempo de realizar las comparaciones de turno después.
La pequeña en pleno desierto...
Them! la podemos enmarcar dentro del subgénero de la ciencia ficción de los años 50 que nos presentaba los efectos colaterales del uso incontrolado de la energía atómica, merced de toda una serie de criaturas gigantescas mutadas por la radiación como norma general. Como por ejemplo el dinosaurio que despertaba tras un ensayo nuclear en El monstruo de los tiempos remotos (1953) o el alubión de entregas desde Japón del mítico Godzilla. En esta producción se eligió partir de unas criaturas que en su estado natural no suponía ninguna amenaza para el hombre: simples hormigas, para poner de manifiesto las posibles consecuencias de la radiación. El consiguiente éxito que tuvo, suscitó una explotación del filón donde la humanidad se enfrentaba a insectos de enormes dimensiones, con títulos como: Tarántula (1955) o La araña (1958). Y si me permitís, me atrevería a decir que la más moderna Starship Troopers (1997) no deja de ser lo mismo pero en el espacio.

Inspeccionando el interior de la caravana destruida...
La historia está basada en un relato de George Worthing Yates, guionista americano que en la década de los 40 escribió relatos de cine negro e intriga principialmente, pero que con la llegada de los años 50 y con el consiguiente auge de la ciencia ficción, no dudó en subirse al carro de las nuevas modas y le tenemos que atribuir un buen puñado de obras de género como Them! (1954), La conquista del espacio (1955), Surgió del fondo del mar (1955), La tierra contra los platillos volantes (1956) o La araña (1958), por enumerar algunas de ellas.
El elegido de trasladarla a la gran pantalla fue Gordon Douglas, un trotamundos de la dirección que a lo largo de su carrera supo adaptarse a todo tipo de encargos que fueron pasando por sus manos, llegando a rodar casi un centenar de obras, tocando los más variados géneros. Desde el cine de aventuras, westerns, musicales, cine negro, donde destacan La gran amenaza (1948) y Corazón de hielo (1950) con el gran James Cagney en uno más de sus papeles de despiadado gángster; adentrándose también en la ciencia ficción en la cinta que hoy pasamos a comentar.

Y por fin, el causante de todo se muestra...
La película arranca en pleno desierto de Nuevo México, donde la aparición de una niña en estado de shock vagando sin rumbo es solo el primero de algunos hechos misteriosos que rompen la tranquilidad del lugar. La caravana destruida de los padres de la pequeña y su desaparición, un negocio de carretera arrasado y su dueño cruelmente asesinado o la aparición de una extraña huella, serán pruebas con las que se deberá enfrentar la desconcertada policía de la zona. Incapaces de entender qué está pasando allí, solo gracias a la posterior participación del FBI y la colaboración del Dr. Metford (eminente experto en el interesantísimo campo de las hormigas) lograrán traer algo de luz al caso. Descubriendo éste que tras las pruebas nucleares realizadas en dicho desierto años atrás, las hormigas de la zona han mutado para convertirse en gigantescas criaturas que amenazan, en caso de reproducirse y crear nuevas colonias, a la mismísima humanidad.

Abriéndose paso dentro del hormiguero...
Quemadlo todo... sobre todo los huevos...
El film funciona desde el primer momento gracias a su mejor baza: una excelente ambientación y el saber crear una tensa atmósfera. Destacando estos atributos principalmente en su primera media hora, la mejor parte, donde asistimos a las labores de investigación por parte de la policía en pleno desierto como si de unos casos de asalto, desaparición y asesinato se trataran. De esta forma les vemos analizar las pistas que van apareciendo en las distintas escenas criminales (caravanas destrozadas desde su interior, azúcar desparramado por el suelo, extrañas huellas o la aparición en los análisis forenses de una de las víctimas de ácido fórmico en su cuerpo). Todo ello mientras esperan que la niña salga de su estado para poder averiguar si puede explicarles que ha pasado allí; para acabar con la entrada en el hormiguero. Un buen ejemplo de como sacarle el mejor partido posible a un ajustado presupuesto, dejando fuera de plano algunos ataques y jugando con buen tino la baza del sonido, siendo lo único que nos llegué de la escena, obligándonos así a dejar volar nuestra imaginación (y funciona...).


A pesar de ser una película que no contó con un gran presupuesto (es el típico producto de serie B de esos años), fue nominada al Oscar en el apartado de efectos especiales en 1954, demostrando la eficacia de las maquetas de las hormigas gigantes (hoy se las ve simplonas, pero simpáticas), así como los inquietantes efectos sonoros. Logrando crear siempre una tensa atmósfera tanto en el siempre amenazante desierto de Arizona como en los oscuros túneles bajo la ciudad.
La parte central del film es la más "aburrida" (a pesar de que está bien realizada y estructurada en todo momento, no digo lo contrario). Pero pasamos de la gran acción y geniales escenas en el interior del hormiguero del desierto a un continuo ir y venir a despachos, donde se plantea a las autoridades pertinentes los peligros potenciales de la situación; y una serie de interrogatorios de posibles testigos que han visto hormigas gigantes. Siendo unos minutos donde desgraciadamente no disfrutaremos de ningún tipo de acción destacable, más que seguirle el rastro a las reinas que escaparon del desierto.
Sin embargo, para los últimos minutos tendremos nuestra recompensa con la entrada en juego del ejército al nido de las hormigas en el subsuelo de la ciudad de Los Angeles y el consiguiente enfrentamiento final entre humanos y los insectos, regalándonos una serie de escenas que nos remitirán mucho al film de Cameron, como he comentado antes.

El ejército contra las hormigas soldado en el subsuelo de Los Angeles...
Hay multitud de guiños a lo largo del film, empezando por la pequeña que anda perdida por el desierto agarrada a su muñeca rota, que en Aliens sería la hija de los colonos: Newt. Compartiendo con ella, el estado de shock en que está sumida y ser la única que conoce la verdad de la amenaza a que se enfrentan.
La entrada de las tropas al nido armados con lanzallamas, su búsqueda de la reina, la escena donde queman los huevos de la colonia, las escenas donde el Dr. Metford trata de convencer a las autoridades del peligro real podríamos buscarle su paralelismo con el desesperado intento de la teniente Ripley de hacer ver a los responsables que la han rescatado de su letargo espacial, del peligro que corren los colonos. Y así seguiríamos con más detalles del especial "homenaje" que Cameron rindió a Them!.
Se trata de una obra muy disfrutable, que hará las delicias de los amantes del cine clásico de ciencia ficción, que además cuenta con unas actuaciones bastante decentes. Por encontrarle algún pero, destacaría principalmente una falta de coherencia en el paso del tiempo entre varios hechos del film, con unos saltos de meses que creo que no quedan bien explicados, pudiendo dar lugar a cierta confusión. Por supuesto tenemos moraleja final anti-nuclear, intentado concienciar al público de los peligros de las pruebas nucleares. Pura serie B de los 50...

3 comentarios:

  1. Nunca he llegado a verla, pero después de leer tu crítica, no tardaré en remediar eso.

    ResponderEliminar
  2. Lo has descrito perfectamente. Para mi es una de las mejores de aquellos años, en lo que a la ciencia ficción se refiere.

    Soy un devorador de todas estas cintas, donde sin dudad están las mejores del género.

    http://wwwopinasiteatreves.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  3. Vista y disfrutada, sobre todo, como dices, los primeros minutos en el desierto. Una cinta sencilla y que en ningún momento deja de ser honesta con lo que es, pura ciencia ficción de los 50 con hormigas gigantes. A mi en cambio la escena final me ha dejado algo frío, ya que sobre el papel me había parecido más intensa y he visto un mínimo de resistencia "hormiguil".
    Claramente inspiró a Cameron....si es que está todo inventado...

    ResponderEliminar