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lunes, 1 de octubre de 2012

VINIERON DEL ESPACIO (1953)

It came from outer space es una película de ciencia ficción producida por los estudios Universal Pictures en la década de los 50. Una vez agotadas sus franquicias de terror que tan bien le funcionaron a lo largo de los años 30 y 40, no dudaron en subirse al carro con las nuevas tendencias del fantástico, y dentro de su posterior filmografía encontramos multitud de ejemplos.
El film fue dirigido por Jack Arnold, a quien los estudios también deben algunos de sus títulos más reconocidos en esta nueva andadura, como La mujer y el monstruo (1954) o Tarántula (1955), pero principalmente por la mítica El hombre menguante (1957).
El guión viene firmado por Harry Essex, y está basado en el relato The meteor de Ray Bradbury, que no he tenido el placer de leer, pero que como suele ser habitual con otras obras del mismo autor o del tantas veces adaptado al cine Philip K. Dirk, seguramente no fue aprovechado en toda su magnitud visto lo visto aquí.
Durante la década de los años 50, el cine norteamericano se plagó de producciones de serie B donde los extraterrestres y platillos volantes nos visitaban a veces con intenciones pacíficas o en el peor de los casos nos intentaban invadir y exterminar, como pudimos ver en La guerra de los mundos (1953) o Invasores de Marte (1953), por ejemplo.

Lo que parecía una tranquila noche mirando las estrellas...
Pero un enorme objeto cruza el cielo y se estrella en medio del desierto...
Tal aluvión de obras de esta temática no son una casualidad y algunas responden a la situación de gran tensión política que se estaba viviendo a raíz de la Guerra Fría, con las dos grandes potencias del momento creando un clima de incertidumbre jamás conocido hasta entonces. Por lo que el cine, como en tantas otras épocas y ocasiones, fue el escenario perfecto para descargar ciertos mensajes ligados a la realidad política y a las preocupaciones que en este caso el ciudadano americano tenía. Así, en muchos de estos films y sin riesgo a equivocarse, se puede hacer una segunda lectura independientemente de la historia que teóricamente nos estaban contando, y nos asalta la certera sensación de que los marcianos, de costumbres extrañas y que invadían a la nación americana, eran los rusos.
Bien, aclarado este punto que me imagino que muchos ya teníais en mente, y empezando a entrar en materia con el título que hoy tenemos entre manos, deciros que me ha hecho pasar un buen rato a pesar de no ser una gran maravilla, pero tiene ese toque inocente y cierto encanto de las producciones de serie B de bajo presupuesto, por lo que aun pasados más de 60 años desde su estreno, se deja ver sin problemas.

En el fondo del cráter espera un descubrimiento inesperado...
Nuestra historia arranca en medio de una noche estrellada, en la que John Putnam, un astrónomo aficionado, y su prometida Ellen, están contemplando el cielo, cuando de repente ven como el cielo es cruzado por un objeto incandescente que acaba estrellándose contra el suelo del desierto de Arizona. Como la prudencia no es uno de sus fuertes, no dudan en acercarse hasta allí para echar un vistazo, y al descender al fondo del cráter, John se lleva una enorme sorpresa al descubrir que lo que encuentra allí no son los restos de un meteorito, sino lo que parece ser parte de una enorme nave espacial que ha quedado semienterrada a causa de la explosión. Pero lo más chocante llega al ver como una especie de compuerta se abre, dejando entrever un extraño ser de otro planeta, que poco después desaparece en la oscuridad.
Extrañas interferencias en las comunicaciones...

Sin tiempo para digerir lo que está viendo, un repentino desprendimiento de tierra le obliga a salir precipitadamente de allí y sepulta bajo toneladas de roca la nave, por lo que cuando cuenta su historia a las autoridades y a sus conocidos, nadie le cree. Pero pronto empezarán a suceder cosas muy extrañas por los alrededores del cráter, desconcertando a todo el mundo…
A todos aquellos aficionados del género de la ciencia ficción a los que guste ver grandes efectos especiales, un despliegue técnico espectacular y actores de renombre en los papeles protagonistas, decirles que aquí no va a encontrar nada de eso. Se trata de una película que estoy seguro dificilmente calará a los que no estén acostumbrados a lo que suelen dar de sí estas obras de serie B (para lo bueno y para lo malo), por lo que habrá quien la encuentre insufrible, mientras otros, entre los que me cuento, podamos defender su lugar dentro del séptimo arte, a pesar de ciertas deficiencias que es imposible pasar por alto.
Si empezamos a hablar de sus mejores bazas, se le tiene que conceder que es de las primeras películas que trata un tema tan y tan sobado actualmente como es la suplantación alienígena tomando forma humana, curiosamente otra producción de ese mismo año de la Universal  tocaba esta temática también (Invasores de Marte). Aunque sin ningún género de dudas, la más escalofriante y conseguida en este sentido, llegaría tres años después de la mano de Don Siegel, La invasión de los ladrones de cuerpos.
Primeras suplantaciones alienígenas...

Quizás diría que las primeras imágenes de la nave en el cráter con un incrédulo John enfrentándose a la certeza de que acaba de llegar vida extraterrestre a la Tierra, están muy logradas y consiguen captar toda nuestra atención manteniéndonos a la expectativa. De hecho su primer tercio es la mar de entretenido y nos hace presagiar que la historia va a ser muy interesante, pues sabe plantar bien sus piezas para que todo vaya viento en popa; con la llegada de la nave y la tensión generada a posteriori, en la que los espectadores somos los únicos junto a John que sabemos de la existencia de los aliens y somos testigos de toda una serie de acciones que nos hacen dudar acerca de la naturaleza de sus verdaderas intenciones (interferir comunicaciones, hacer desaparecer ciertas personas para poder suplantarlas, etc...). Supongo que coincidiréis conmigo en que todo pinta bastante bien hasta aquí, ¿verdad?
Pero hacia la mitad de su metraje, empiezan a quedar en evidencia algunas flaquezas de guión, y nos llevamos un cierto chasco, más que al descubrir de que va el meollo de la trama, en como lo desarrollan y resuelven para cerrar el film, un poco flojo para mi gusto, a la vez que se centra en exceso en su discurso moralista en lo que debería ser su clímax final.

Y por fin se dejan ver...
¿Amigos o enemigos? Esa es la gran duda que tiene John...
Es una auténtica lástima que no supieran desarrollar la historia de forma más convincente, pues si bien el mensaje que quieren transmitirse es un clásico de las películas con contacto con extraterrestres: "Que no estamos preparados, que destruimos todo aquello que nos parece extraño, etc, etc...", aquí queda algo desdibujado principalmente por esos fallos en el guión, que quizás debamos "perdonar" al tratarse de una propuesta de muy bajo presupuesto (750.000$). Que donde se hacen más patentes son en el extraterrestre en sí mismo, un muñeco simplón a más no poder, y en la mayoría de efectos especiales. Sin embargo supieron lidiar con bastante pericia todas estas limitaciones para sacar adelante una película que acabó funcionando muy bien, jugando por ejemplo a no mostrar completamente al alien con planos rápidos y borrosos hasta el final. Inteligente también rodar con inquietantes tomas aéreas que parecen perseguir a los protagonistas, saber transmitir la hostilidad que parece emanar de ese desierto... todo acompañado de una música que baña en misterio muchas de las escenas.
Con lo que al final tenemos una pequeña pero simpática aportación al género de la ciencia ficción, que debemos saber verla dentro del marco temporal y político en que se estrenó. Quizás entonces sus espectadores sintieron auténtico terror en la oscuridad de las salas de cine, ahora dificilmente nos llevaremos ningún sobresalto, pero sí que esbozaremos alguna sonrisa de complicidad. Sed indulgentes y disfrutad de esta reliquia.



1 comentario:

  1. Muy buena película,se nota la mano de Bradbury en la historia ,presentando a unos invasores que no pretenden hacer daño a la humanidad.

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