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viernes, 19 de octubre de 2012

FESTIVAL DE SITGES 2012 (7º DIA)

14:15h. El primer film que vemos en este séptimo día de festival es esta agradable comedia de terror a la irlandesa titulada "Grabbers", del joven cineasta Jon Wright. En éste, su segundo film, Jon nos cuenta como los habitantes de un idílico pueblo pesquero irlandés comienzan a notar extraños sucesos a raíz de un misterioso meteorito recientemente impactado cerca de la zona.
Tras la inexplicable desaparición de varios pescadores y de decenas de ballenas muertas vistas en la orilla, el guarda costero O'shea (Richard Coyle) y su nueva compañera Lisa (Ruth Bradley) abrirán una pequeña investigación para averiguar qué está provocando esa complicada situación.
Al mismo tiempo, aparece una desconocida criatura tentaculada en una red de langostas, que no parece ser de este planeta y que ataca a las personas a la menor oportunidad. Sin embargo, después de estudiarla meticulosamente (bueno, tampoco tanto), parece tener cierta aversión al alcohol, convirtiéndose en la única posibilidad de combatirlos una vez ataquen el pueblo en masa (descubren huevos escondidos en la orilla).
La ligereza argumental de la que hace gala Grabbers obviamente le resta densidad cinematográfica al conjunto, que termina por ser demasiado digerible e incluso inane, pero si somos capaces de aceptar sus gamberras normas, la experiencia será positiva (más para el público que para la crítica seguramente).
 Naturalmente bebe de fuentes tan conocidas como Gremlins (las gamberradas en el bar son un simpático homenaje), de Tiburón (monstruo marino al canto) y del universo originado por Ridley Scott y su Alien (según cuenta el guionista, Kevin Lehane, lo tenía en todo momento presente mientras escribía el guión).

Extrañados ante lo que se les ha colado en la red de langostas
Capoteando su innecesaria historia de amor (metida con calzador aunque con algo de gracia, es cierto), el film nos regala otras cosas positivas, como unos efectos especiales espectaculares, unos originales extraterrestres y un plan para hacerles frente tan original que merece un gran aplauso (todos emborrachándose en la cantina, cura incluido, para evitar ser atacados...).

Armados con instrumentos mortales como sillas y revistas enrolladas...
Condenada a pasar desapercibida pese a su encanto, quedará en nuestra memoria por ser una película divertida, fresca y ligera, de esas que alquilabas en el videoclub y toda la familia se lo pasaba en grande.
Rompo una lanza pues a favor de Grabbers, una cinta que hubiese causado furor en los 80 y que ya no tiene tanta pegada en nuestros días, aunque nos haga pasar realmente un buen rato como pocas.


16:30h. Ya empezamos a notar el cansancio de tanto madrugar, irnos a dormir tarde, saltarnos algunas comidas o del continuo ir y venir de Barcelona a Sitges. Por lo que hoy es de agradecer que no hayamos empezado tan temprano, aún así, el menú de este jueves incluye 5 películas para todos los gustos.
Si ayer acababa mi personal jornada cinematográfica con la coreana Deranged, este mediodía en el Auditori tenía cita con otra obra de la misma nacionalidad: The weight, de la que esperaba mucho.
No resulta sencillo intentar plasmar en palabras lo que supone esta peculiar película que nos llega de la mano del director Jeon Kyu-hwan, quien hasta la fecha no había hecho nada destacable y que aquí ha esbozado maneras, aunque creo que no ha encontrado el equilibrio necesario para contarnos adecuadamente una historia que necesitaba de una mano más experta para haber llegado a buen puerto.
Pero vamos con la historia que tenemos aquí y seguimos comentándola: Jung y su hermano se encuentran atrapados en un cuerpo que odian, el primero es un deforme jorobado enfermo de tuberculosis y con artritis; mientras que su hermano es un transexual frustado por culpa de verse atrapado en el cuerpo de un hombre. Ambos, rechazados por la sociedad deberán vivir desde la marginalidad unas tristes vidas.
Jung ha encontrado su pequeño oasis en este mundo trabajando en una morgue, la tranquilidad que le otorga la única compañía de los muertos hacen que se sienta en paz dedicado en cuerpo y alma a su cuidado desde su llegada: limpiarlos con gran delicadeza, maquillarlos, vestirlos y colocarlos en sus respectivos ataudes para su último viaje. Un triste día a día, en el que intentará ayudar a su hermano mientras se elude de la realidad gracias a su imaginación.


Momento lleno de patetismo con la bici estática imaginando que corre por un campo...
Es indudable que ha sido una película que ha desconcertado a no pocos de los asistentes (me incluyo aquí), y defraudado a muchos, haciendo que algunos desertaran a mitad de su proyección, abrumados o hastiados por sus imágenes y un lento ritmo narrativo no apto para todos los públicos. Con esto no quiero decir que la película no sea interesante, si algo se le tiene que reconocer es que ofrece una visión arriesgada, valiente y diferente, que en los tiempos que corren actualmente no es poco.
Su inicio es excelente, con una secuencia en la morgue en la que vemos a Jung mimando hasta el más mínimo detalle mientras prepara el cuerpo de una joven a la que tiene que coser un seno desgarrado, mientras yace al lado de una anciana y de otro hombre. La llegada del hijo de la señora mayor, otro ser deforme bajo un casco de moto, nos ofrece quizás la escena más hilarante del film con momento necrofílico incluido; mientras de forma paralela el director nos muestra como han llegado hasta allí los otros dos muertos que la acompañan. Como decía, unos minutos logrados tanto por su inteligente construcción narrativa como por sus impactantes imágenes. Pero hay muchos momentos en los que se echan en falta estos aciertos.

Quizás uno de los momentos más bellos del film...
Ambos personajes están muy bien interpretados, logrando una permanente sensación de desasosiego que llega a cotas insostenibles a medida que avanza el metraje, obligando a Jung a evadirse de la realidad en compañía de sus muertos (como la escena en que se imagina a todos ellos levantándose y bailando), unos instantes musicales que a nivel visual nos llegan a hipnotizar.
Por desgracia en cómputos globales la considero algo pretenciosa y fallida por culpa de su tedioso avance o del abuso de la provocación (principalmente sexual) que al final impera por encima del interesante drama que nos podían estar contando. Unos toques bizarros, de travestismo, de personajes extremos, que hubiera podido firmar el mismo Almodóvar en más de una de sus películas. Una obra disfuncional que tiene algunas imágenes muy poéticas y logradas, pero que alargada excesivamente acaba por desesperarnos.
Dista de ser una obra redonda, pero aun así la he encontrado medianamente interesante, pero me costaría mucho recomendarla y solo se la aconsejaría a aquellos espectadores que disfruten con historias retorcidas, extrañas y que rebosan patetismo.


18:15h. La tercera película que presenciamos hoy es Wrong, del galo Quentin Dupieux, y que ya conocíamos por habernos sorprendido en 2010 con su extrañísima pero muy estimulante propuesta Rubber, un film tan desconcertante como bizarro que seguía las andaduras de un neumático telépata con ganas de descubrir mundo (incluso mujeres).
En esta ocasión, el director más surrealista de Francia nos presenta una película tan delirantemente divertida como aquella, de una realidad tan absurda que no nos quedará más remedio que amarla, y que sobre todo, nos invita a entrar en un mundo nuevo, donde la lógica no tiene cabida y lo convencional no existe.
Dolph Springer (un idóneo Jack Plotnick) descubre tras levantarse un día que su perro Paul ha desaparecido. En su búsqueda por recuperarlo, se topará con diversos personajes de lo más variopintos como su oportunista jardinero (un francés amejicanizado), su desquiciado vecino (genial su conversación), la pizzera ninfómana (quizás el momento post-coito más demencial de los últimos años) o el maestro Chang, un enigmático canalla que hará las veces de villano (encarnado perfectamente por William Fichtner, el que fuera el ciego de Contact).

Dolph buscando a su desaparecido perro Paul con la ayuda de uno de sus juguetes...

La relación con la pizzera se le va de las manos a nuestro protagonista

Lo que no sabe el bueno de Dolph es que esa incesante búsqueda que iniciará le irá descubriendo su propia identidad, encontrándose a sí mismo y abriéndole de una vez los ojos al mundo que le rodea.
Como no, el film contiene más personajes de interés (el despistado detective, el pintor ocasional, sus compañeros de trabajo..), que terminan por canalizar la locura en imágenes que es Wrong, sin duda, una película con muchísima personalidad y a la que, sinceramente, considero desde hoy una delicatessen cinematográfica europea como pocas.
Su estilo narrativo -tranquilo y contenido- le sirve de vehículo perfecto a Dupieux para introducirnos en una absurda comedia repleta de grandes momentos de índole casi marciana (que no todo el mundo se divierte con ese estilo, de ahí probablemente su enorme gracia), pero asegurándose una casi pretendida división de opiniones críticas, como en cualquier película de difícil concepción en el género.

El oportunista jardinero, una ingeniosa burla hacia lo estereotipado
Por su buena acogida en Sundance 2012 (nominada al Premio del Jurado) y el buen ambiente que suscitó en la sala Auditori de Sitges, donde las risas eran constantes, me atrevo a compararla con el incunable clásico de Bill Murray, Atrapado en el tiempo, por sus más que disfrutables coincidencias estilísticas.
Debido entonces a ese encanto irracional que transmite, y gracias a tantas y tantas secuencias ya indelebles en mi retina (esa oficina lluviosa, el momento conejo en moto, el pintor ocasional, el vecino y sus problemas de confesión...), la cinta del francés se ha convertido en la hora y media más disfrutada de todo el festival para el que aquí firma, tanto por la sorpresa de su propuesta (íbamos sin conocimiento de causa) como por su delicada y atrevida estructura cinematográfica.
En fin, Wrong es una película para "gourmets del humor" que ahuyentará sin remedio a quién no disfrute con lo absurdo, (que parece que son muchos) pero que hará las delicias de los amantes de este género tan olvidado y maltratado como es la comedia surrealista. Si pertenecéis al segundo grupo, os imploro que la disfrutéis, ya que no os arrepentiréis, tenéis mi palabra.



22:00h. Por fin salimos del cine Retiro tras atragantarnos con la ópera
prima del enmascarado director Makinov (making off...), un cineasta centroamericano que no nos descubre su rostro, y que bien podría haber estado escondido en algunas butaca del cine expectante a la reacción del público (mejor así, porque sino creo que hubiese salido manteado).
Su film en cuestión, Juego de Niños (Come out and play), no era más que un innecesario remake mexicano del (a su manera) clásico del terror español a cargo de Ibáñez Serrador Quién puede matar a un niño, ahora toda una obra maestra si entramos en comparativas.
La historia ya la conocemos. Una pareja de turistas (ella con embarazo incluido) está de vacaciones por México y deciden alquilan una lancha para visitar un islote algo remoto.
Lo que no se esperan es que el lugar se encuentra desolado y misteriosamente dominado por niños poseídos que, movidos por alguna fuerza desconocida, deciden dar caza a cualquier adulto que se les cruce, con un sadismo y frialdad inhumana.
El calco con el original es tal, que quizás haya significado el remake más absurdo de la historia del cine moderno, trasladando simplemente la trama (con absoluta sinvergonzonería además) a su México natal, y copiando descaradamente escena por escena hasta provocarnos antipatía.
No tiene el menor atisbo de convertirse en una posible obra homenajeadora una vez descubierta su infiel coyuntura, y es más bien una cinta tan moribunda como fallida de obligado arrinconamiento crítico y comercial.

Los niños armados hasta los dientes y con sólo una idea en su poseida cabeza... matar a los adultos.
La palpable atmósfera de terror diurno expuesta en la cinta original no se consigue plasmar en esta ocasión, y ni el buen intento por parte de los actores (sobre todo del yanki Ebon Moss-Bachrach) hace válido este intento por dignificar el producto, prescindible y oportunista como pocos.
Si bien es cierto que desde un punto de vista menos cinéfilo y purista, el film puede llegar a entretener e incluso sorprender (únicamente a quién no conozca el original), su condición de película menor le perseguirá siempre y, personalmente, creo que se le irá enterrando hasta condenarla al ostracismo cinematográfico (merecido por eso).

Huyendo de los monstruitos
Reduce su puesta en escena a una descuidada fotografía en general (punto fuerte de la anterior), a unos diálogos previsibles e insulsos y a una acción de parvulario (los niños casi no dan miedo, la verdad), limitando así su posible encanto y convirtiéndose sin quererlo en una borrosa adaptación.
En definitiva, un film desmerecedor de mayor análisis y "casi" una pérdida de tiempo para el espectador, ya que rehacer una película de éxito cada vez me parece más inútil (aunque hace unos días me relamí con Maniac, que es la excepción que confirma la regla).

  
23:15h. Al abordar Frankenweenie, me vinieron dos ideas a la cabeza, en primer lugar un cierto recelo hacia su responsable Tim Burton, quien lleva bastante tiempo sin ser él mismo, aquel peculiar director que con sus oscuras historias fascinara años atrás a todo tipo de públicos. Sus últimas películas han sido bastante decepcionantes ya no solo a nivel creativo, sino que como mero entretenimiento tampoco dan la talla: Alicia en el país de las maravillas o Sombras tenebrosas, por ejemplo. Todo ello hace que quizás haya una cierta sensación desde hace unos años de que quizás estamos viendo el inicio de su decadencia, quedando sus mejores logros cada vez más lejanos en el tiempo.
Y en segundo lugar, el riesgo que existe siempre al saber que Frankenweenie se cimenta sobre un corto con el mismo título, de1984 y de un por entonces muy joven propio Burton.
La posibilidad de haber construido una película en la que simplemente se dilate en metraje las buenas ideas del corto, también eran una posibilidad que no podíamos descartar. De igual forma que en los primeros días del Festival pudimos recuperar el corto Mamá y se nos presentó el tráiler del largometraje que se estrenará en breve, la sensación que tuvimos muchos de los que estuvimos ese día en el Auditori, es que no aportaba nada más que minutos al interesante y terrorífico corto de 5 minutos (cosa que no negó su director...).

El momento de la verdad, devolver a la vida a Sparky...
Como sea, sin tiempo para más pensamientos se apagaron las luces y empezaba la película en medio de los aplausos y del nerviosismo general (se notaba que la gente venía predispuesta a pasarlo bien y entre el público no pocos niños). Y desde sus primeros compases Frankenweenie se convierte en un espectáculo visualmente deslumbrante, con un blanco y negro que realza el ya en desuso arte del stop motion.
La magia desplegada por la película es innegable, borrando de un plumazo las dudas que podíamos haber tenido antes de que empezara la proyección, una auténtica delicatessen que en este caso el 3D (cosa rara) realza de forma positiva y no se ve como un postizo obligado por las actuales modas.

Dos amigos inseparables...
La historia nos presenta al pequeño Víctor, un niño que vive junto a sus padres y a su mejor amigo, su perro Sparky, quien por culpa de un desgraciado accidente fallecerá arrollado por un coche. El niño quedará abatido y triste al tener que afrontar por primera vez la pérdida de un ser querido.
Para su sorpresa, en clase de biología su profesor (guiño a uno de los más grandes actores del cine de terror) les explica las propiedades de la electricidad sobre los tejidos y el sistema nervioso, haciendo que la imaginación de Víctor vuele al atisbar una pequeña posibilidad de devolver a la vida a su querido amigo. Pero para hacerlo deberá traspasar la frontera de lo moralmente permitido y tomar una serie de riesgos para evitar ser descubierto...

Clásicos como La novia de Frankenstein...
Burton ha construido una película que es un continuo homenaje al cine clásico de terror, principalmente la primera mitad, en la que tenemos multitud de referencias a las criaturas que fueron creadas por los Estudios Universal. Empezando por el nombre del niño (Víctor), que es el mismo que el del Dr. Frankenstein, el robo del cadáver en el cementerio de animales (guiño macabro a la gatita Kitty incluido), siguiendo por la mejor secuencia de todo el film: los minutos en los que en un improvisado laboratorio en la buardilla de su casa, el joven emula al Doctor para devolver la vida a Sparky en medio de la típica tormenta que nos evoca a aquellos míticos títulos. Tampoco podía faltar la escena del molino o el peinado de La novia de Frankenstein de la perrita del vecino y que arrancó multitud de carcajadas. De igual forma que en la escuela, entre los alumnos encontramos toda una suerte de extraños personajes, entre los que destacan el malvado jorobado o un joven Frankenstein. Es en la escuela donde Burton se permite incluir personajes que nacen de su imaginario personal, como la "niña mirona" y su gatito, inquietantes como pocos con sus predicciones...


La inquietante niña y su gatito...
La segunda mitad, personalmente no me pareció tan mágica como la primera, a pesar de no perder el buen nivel general y pasando a tener un ritmo endiablado. De esta forma aquí también nos encontramos con continuas referencias al fantástico de los 50 o de los 80, con unas criaturas que pueden recordarnos vagamente a los Gremlins, una pandilla de niños que mira a Los Goonies, o la aparición de otro clásico como sería Godzilla o Gamera. Todo un continuo de guiños que seguramente requieran de un segundo visionado para poderlos captar en toda su esencia.
Incluso incluye un final con moraleja como era tan habitual en las películas de terror de los años 30 y 40, en el que la profusión de mad doctors que habitaban esos films, acababa con una reflexión del peligro que suponía traspasar la barrera de lo natural y jugar a ser Dios...
Finalmente visto lo que da de sí Frankenweenie, podríamos decir que aparte de resucitar al simpático Sparky, Tim Burton también ha cobrado la vida, al menos ha vuelto a hacer un cine más personal, con más carácter en lo que podría suponer un feliz reencuentro con su público más fiel. Ahora solo podemos confiar que sus próximos trabajos (Monsterpocalypse y Pinocho) sigan en esta linea, mientras tanto, esta es una de esas obras que seguro destacarán a partir de ahora en su filmografía, no os la perdáis.
 

2 comentarios:

  1. Después de leer la crítica sobre Frankenweenie solamente puedo estar en acuerdo.
    Siento lo mismo que vosotros, la primera parte fue mucho más sentida que la parte final, todo y que en su totalidad fue entretenida.
    También decir que hay una referencia a la película de Los pájaros de Alfred Hitchcock en el momento que los padres se encierran en la cabina telefónica.
    Seguid con este blog que tanto me gusta, eso si, un consejo: PONDED "ALERTA DE SPOILER" cuando contéis tanto de una peli, jejejeje!
    Un saludo cinéfagos!!!

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    1. Edu, seguamente tú que has visto la peli, te pueda parecer que se da mucha info. Pero a nivel de sinopsis, si lo miras, solo se comenta que el perro la diña y como el niño le quiere devolver la vida. De hecho si ves el tráiler, se da más info que la que damos aquí en muchos casos. Lo que es inevitable, es que al hacer una crítica debamos desglosar lo que da de sí el film, y eso obliga a comentar ciertos aspectos, pero en practicamente el 100% de las críticas nunca desvelamos los puntos claves del film en cuestión, o se avisa al personal de ello antes de hacerlo, si es imprescindible comentarlo. Creo que en alguna de este festival lo he puesto.
      Me alegra que coincidamos. Fue una de las más relajantes que tuve oportunidad de ver entre tanto piscópata, epidemias, asesinatos y otros fenómenos paranormales de un Festival de cine fantástcio. ^^

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