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miércoles, 29 de febrero de 2012

EXTRAÑOS EN UN TREN (1951)

Nada más y nada menos que 14 años tuvieron que pasar para que "Extraños en un tren" de Alfred Hitchcock se paseara por nuestras pantallas, en ese ya lejanísimo 1965. Particularmente siento una denotada devoción por esos films que suceden en el interior de un tren, con ese incesante vaivén tan característico y unos misteriosos pasajeros dentro de nuestro compartimento complicándonos el trayecto o haciéndonoslo mucho más entretenido. Añadámosle a eso unos crímenes, unas víctimas, algún motivo desconcertante más un psicópata y ya tenemos el cóctel preparado, y si además contamos con la batuta del genio del suspense, pues está todo dicho.
Guy (Farley Granger) es un famoso campeón de tenis que viaja plácidamente en tren hasta que un desconocido llamado Bruno (Robert Walker) le reconoce, y rozando la incomodidad, entablan una peligrosa conversación.
Bruno está al día de la situación matrimonial de Guy, y le propone un crimen perfecto; un doble asesinato cruzado que casi garantizaría una mutua impunidad. Bruno libraría a nuestro joven tenista de su mujer Miriam, la cual no desea concederle el divorcio acordado e impide que Guy siga con su vida al lado de su nueva prometida. A cambio, Guy debería liquidar al padre de Bruno, para que éste se hiciera con la herencia familiar y así poder vivir como a todos nos gustaría, sin dar un palo al agua.
La conversación adquiere un tono inquietante cuando nuestro prudente protagonista se percata que su interlocutor habla más en serio que en broma, y no se esperará que su mujer Miriam aparezca asesinada días más tarde.
Ahora, según creyó acordar Bruno, le toca el turno a Guy de cumplir su trato si no quiere verse implicado como cómplice de un homicidio.
En esta ocasión, el film del cineasta británico está basado en una novela de Patricia Highsmith, y logra de manera sobradamente elegante construir una trama convincente, entretenida y muy bien desarrollada, con personajes perfilados y actuaciones acertadas.
Su mayor logro en mi opinión es el dibujo psicológico del personaje de Bruno, que se nos presenta como un niño rico ciertamente desequilibrado, inteligente y cabal pero lo suficientemente trastornado como para tomarse en serio el asunto del crimen perfecto, sin atenerse a las consecuencias que eso le pueda originar.


Robert Walker da vida a Bruno con personalidad y carácter, casi como si supiera que éste iba a ser su último papel en el cine, pues fallecería meses después con tan sólo 32 años a causa de un efecto adverso a un medicamento. De hecho, y como dato funesto, comentaré que actualmente tan sólo Patricia Hitchcock (hija de Alfred y actriz puntual en Extraños en un tren y Psicosis) es la única superviviente de todo el reparto, a día de hoy con 83 añazos.
Considerada como una obra mayor en la filmografía de su autor y nominada al Oscar por su tratamiento de la fotografía en particular, no puedo evitar tener ciertas discrepancias al respecto.  A mi entender (que no es mucho de fiar, todo sea dicho) algunos recursos acertados en la cinta no son suficientes como para resaltar dicho apartado a tales niveles, ya que si bien es cierto que la escena del asesinato reflejado en los cristales de las gafas es estupenda, otras como la del tiovivo final dejan bastante que desear.
Sin restarle méritos a "Extraños en un tren", confieso que mis expectativas aún estaban por encima del acabado final, por culpa quizás de ese argumento tan y tan sugerente que hace volar a tu imaginación o por la presencia de una trama criminal dentro de un tren que acaba ligeramente frustrada (por desgracia, poco más sucede dentro de este). Sin embargo, tras un metraje de indudable calidad técnica y narrativa, se esconde lo que bajo mi criterio es una estructura sencilla, casi de manual, que me hace concebirla como una pieza de valor, sí, pero muy lejos de las mejores películas del orondo inglés.


El film adquiere cuerpo con su versión extendida (hubo una con tijeretazo Hollywoodiense), donde se desarrolla mucho más el comportamiento de Bruno, captando fenomenalmente la esencia de sus macabras intenciones y su desquiciante plan "perfecto".
Mi opinión pues sobre "Strangers on a train" es que aún siendo un film admirablemente construido y con el inconfundible sabor a Hitchcock, no logra esta vez salirse de los cánones establecidos de una época y se adolece de una coraza limitada, casi desaprovechando una grandísima oportunidad. Es un clásico, sin duda, pero no será de mis favoritos.
Una cosa más, prestad atención a la escena del mechero olvidado, ya que se convertirá en un suceso que será imitado en múltiples films posteriores como homenaje al maestro del suspense.

4 comentarios:

  1. ¿Qué le ocurre a la escena del tiovivo? No la recuerdo mala, sino todo lo contrario, como un punto de referencia de la película. La vi hace bastantes años y la tengo muy difusa, por eso te pregunto, por saber si es que está mal rodada, no es creíble o lo que sea.

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  2. Está en cámara rápida, va en contra de las leyes de la física y resulta un pegote entre tanto cuidado técnico. Al menos eso he visto yo.

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  3. los hechs suseden linealmente? o hay una alteracion temporal ?

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    Respuestas
    1. Creo recordar (la memoria ya me falla) que es lineal, no hay saltos ni flashbacks relevantes.

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