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martes, 11 de octubre de 2011

BURKE & HARE (2010)

Corría el año 1828 cuando dos irlandeses trataban de ganarse la vida como podían en la vieja ciudad escocesa de Edimburgo. Su trayectoria como vendedores ambulantes no parecía tener demasiado futuro, así que idearon un plan mejor, vender cadáveres al instituto médico forense de la capital.
El doctor Robert Knox les pagaba algunas libras por cada cuerpo, con el que podía continuar sus estudios de anatomía y avanzar en sus investigaciones.
Su manera de proceder es legendaria por esas tierras, y trataba de sujetar a la víctima (si estaba ebria mejor) por la espalda, mientras el otro le taponaba los orificios nasales con los dedos y sujetaba la mandíbula para ahogarlo en poco tiempo, asegurándose un cadáver fresco y sin heridas.
Curiosamente la palabra anglosajona "Burking" tiene aquí su procedencia, ya que viene a significar el hecho de matar a alguien comprimiéndola el pecho hasta asfixiarla, haciendo una clara alusión al asesino Burke.
Trasladada al cine en una docena de ocasiones, la historia de estos dos asesinos poco profesionales (solían emborrachar a sus invitados para luego asfixiarlos de maneras poco ortodoxas) vuelve a adaptarse al mundo del celuloide, y esta vez de la mano del aclamado John Landis. La historia es una recreación de aquellos hechos con un salpicado humor negro y un reparto británico muy actual, con actores en plena efervescencia de su trayectoria. Contar con la presencia de Simon Pegg (últimamente muy presente en nuestras salas) o Andy Serkis (el mítico hombre que se escondía detrás de Gollum) era una apuesta firme para dar vida a la pareja protagonista.
Si además tienes dos secundarios honoríficos como Tim Curry o Tom Wilkinson, puedes estar tranquilo que el resultado no puede ser malo. Si, para más inri, le añades los cameos del gran Christopher Lee (en cama y con pocas líneas de guión debido a su muy avanzada edad (89 añazos) o Ray Harryhausen (91 años) el cariño hacia esta cinta va en aumento.



El cataclismo viene cuando, tras unos minutos iniciales bastante prometedores (la anciana ahorcada resulta una escena muy graciosa), la cosa se empieza a enfriar y no avanza en su narrativa lo más mínimo, lastrando una idea muy particular con un lento sentido del ritmo. Hay una falta de química entre la pareja protagonista, como si ninguno de los dos supiera realmente cual es su sitio en dicha película, y la dirección de actores queda diluida a decenas de conversaciones en interiores dificilmente salvables.
Tras alguna que otra escena propia de Abbott y Costello, se suceden interminables diálogos poco convincentes y nada enriquecedores de la trama, pues su cometido era básicamente divertir, no explicarnos una y otra vez el mismo cuento moral sobre la necesidad de vivir del asesinato.
Las subtramas flojean todavía más, con una insoportable mujer de Hare o el intento de ligue teatral de Burke, lo más anodino del asunto, sin la menor duda, con una actriz pésima como es Isla Fisher.
Esta visto que Landis ha perdido mucho fuelle y ya no es lo que era, pues esta cinta menor la podría haber firmado cualquier director novel recién graduado, sin nada innovador y aburriendo más que divirtiendo.
Rebuscando algunos aspectos positivos podría destacar su fabulosa ambientación del Edimburgo del 1800, con neblinas y carruajes muy logrados, sin dejarme el estupendo trabajo de vestuario, digno de elogio o la recreación de cantinas oscuras con sus mujeres de alterne muy conseguidas.
El balance es desolador de todas formas, pues la cinta se hace cuesta arriba y nos es complicado terminarla aunque sea tan sólo sonriendo, ya que termina con nuestra paciencia y sus 91 minutos al final parecen 4 largas horas.
En mi humilde opinión, desmerece la carrera de Landis, que tras 12 años de inactividad cinematográfica (tan sólo hacia pequeños encargos para series de terror) ha vuelto sin garra ni fuerza, con una aportación muy endeble que no pasará a los anales de la cinematografía.
Como anécdota diré que, sin desvelar nada, el último fotograma del film es en realidad el verdadero Burke, algo desmejorado pero sin duda, el original.

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