PAGES

sábado, 24 de septiembre de 2011

SIN SOMBRA DE SOSPECHA (THE UNSPECTED) (1947)

Victor Grandison (Joan Caulfield) es un criminólogo y también un exitoso locutor de un progama de radio en el que narra con gran estilo casos de asesinatos y crímenes varios. Paradójicamante se ve envuelto en un caso como los que trasmite a su audiencia, al aparecer ahorcada su secretaria Roslyn Wright en su mansión mientras él está en en plena retransmisión. Sin embargo como podemos ver en la escena inicial de la película la realidad nos muestra un asesinato perpetrado por un misterioso intruso, quien manipula la escena del crimen para engañar a la policía y aparentar un suicido.
La aparición de diferentes personajes relacionados con la víctima y la investigación policial del caso nos meten de lleno en una gran cinta con ciertos toques de cine negro que incomprensiblemente no llegó a ser estrenada en nuestro país. Resulta difícil, por no decir que casi imposible, extenderse en la sinopsis de esta obra sin desvelar la identidad de los personajes que van haciendo su aparición, la relación existente entre ellos, las motivaciones de sus actos en referencia a este caso y obviamente la identidad del asesino. Lo que sí puedo deciros es que se trata de una película perfectamente planificada con un guión casi milimétrico, donde se prima la explicación de como ocurrió todo, en lugar del típico averiguar quien cometió el asesinato, pues esto se desvela en los primeros 20 minutos del film. El arranque del mismo es de los que no se olvidan, con la sombra del asesino moviéndose por la mansión y mostrando al espectador lo que ya se espera cuando aparece la imagen de la secretaria trabajando a última hora en el despacho de su jefe: su asesinato y el posterior montaje (genial el juego de sombras, luces y reflejos aquí).
Michael Curtiz, creador de títulos tan destacados como Robin de los bosques (1938), Ángeles de caras sucias (1938), Alma en suplicio (1945) o la famosísima Casablanca (1942) es el responsable de esta cinta que ha quedado un poco en el anonimato de una forma totalmente inmerecida. Aquí nos demuestra su mano firme para dirigir una historia que en lugar de buscar captar nuestra atención con la identificación del culpable, se fija como prioridad ahondar en los personajes, bastante bien definidos todos ellos, para llegar a mostrarnos sus verdaderas personalidades tras la fachada que muchos se construyen de cara a los demás y las verdaderas y ocultas intenciones de algunos de ellos. La actuación de Joan Caulfield es genial para transmitirnos lo que exige de sí el personaje, y con una voz en la versión original que cuaja a la perfección como experto locutor, el resto del reparto también cumple sobradamente para lograr que nos encontremos a gusto siguiendo la trama en todo momento a través de unos diálogos bien trabajados y cargados de ironía en ciertos pasajes. En cuanto al montaje, guión y fotografía, nada que reprochar, la cinta logra un notable en todos los apartados, y tras acabar de verla, un servidor no puede llegar a entender como no llegó nunca a estrenarse aquí y en cambio películas totalmente olvidables y de un nivel de risa, sí llegaron a hacerlo, en fin, misterios de la distribución. Como curiosidad me gustaría comentar un fallo que me ha chocado y que en términos cinéfilos se llama de Raccord (aunque yo prefiero llamarlo error garrafal o chapuza, sin más), en un primer momento he llegado a pensar que era una falsa impresión mía, pero al rebobinar he visto que no era así. Este tiene lugar en una escena en la que vemos un coche descontrolado y que acaba sufriendo un accidente. Si durante todo el trayecto mientras conduce desbocado, el vehículo es de color claro (gris o blanco, supongo), en el momento que se sale de la carretera para precipitarse por un terraplén (oh, magia potagia...) de repente es de color negro, pero al enfocarlo en llamas (nada por aquí nada por allá...) vuelve a ser de color claro, pero además para más inri, es un modelo distinto al inicial. Sinceramente no entiendo este gazapo monumental en una película que en todo el resto de su metraje tiene un acabado casi perfecto. Me gustaría que alguien me lo pudiera aclarar, pues ahora que lo estoy escribiendo aun me cuesta más de creer... ¿Quién es el responsable de una metedura de pata de este calibre?
Pese a este punto negro, que al final queda como una mera anécdota y que puede despertar la curiosidad en más de uno para motivaros a verla ni que sea por esta escena, se trata de una cinta policiaca a tener muy en cuenta, y que desde su inicio hasta el eterno "THE END" os mantendrá enganchados y disfrutando de ella. Conmigo lo ha logrado y por eso la recomiendo sin dudarlo.

3 comentarios:

  1. Menuda escenita la de ese coche camaleónico....y por cierto, -¿Has rebobinado el DVD?..jejeje

    ResponderEliminar
  2. Le he dado al botón de "Rewind"... vamos, no sé que otra traducción le darías. ¿Retroceder?... mmmm no me acaba de convencer.
    ¿Cómo crees que se puede planificar tal chapuza? ¿Alguien quería deshacerse del coche negro o del blanco antiguo y cobrar algún seguro?
    ¿Se jugaron algo en plan "a que no tienes huevos de cambiar de coche en cada escena y entregar así la película"? Cualquier otra explicación me parecería más mala que estas... estuve leyendo acerca del director y comentaban que en una tan mítica como Casablanca hay muchos fallos de estos (de continuidad) con momentos en que salen con las gabardinas mojadas y a la escena siguiente están secas del todo y otros errores del estilo, vamos, marca de la casa.

    ResponderEliminar
  3. Estoy convencido que las hay en todas las pelis, pero algunas son imperdonables. Eso del rewind es como en mi otro DVD, que al darle al PLAY, lo traduce como JUGAR....jeje buenísima traducción.

    ResponderEliminar