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jueves, 14 de julio de 2011

LOS HOMBRES QUE MIRABAN FIJAMENTE A LAS CABRAS (2009)

Extraña comedia bélica que pese a tener uno de los argumentos más demenciales que he visto últimamente, no ha conseguido hacerme disfrutar del todo, ni con su pintoresco retrato de la guerra de Irak ni mucho menos con ese humor tan políticamente correcto del que hace gala todo el metraje.
El periodista Bob Wilton (Ewan McGregor) decide ir a documentar lo que sucede en Irak como reportero de guerra y así poder huir de su monótona y absurda vida. Allí conocerá a Lyn Cassidy (Clooney), un soldado que asegura que ha sido entrenado en un plan secreto del ejército por poseer poderes psíquicos. El creador de tal programa de adiestramiento parapsicológico fue Bill Django (Jeff Bridges), que se encuentra actualmente en paradero desconocido.
Lyn intentará demostrar al incrédulo periodista que lo que cuenta es verídico, y que hay un grupo selecto de soldados capaces de controlar con la mente cosas insólitas, para así servir como arma contra el enemigo. Parte del entrenamiento es mirar fijamente a una cabra y conseguir que se le pare el corazón, hecho que Lyn asegura haber logrado, de ahí el peculiar título del film.
Sobre la mesa parece un guión atractivo, con miles de posibilidades y tratando un asunto de actualidad como es el conflicto bélico en oriente medio. Si además implicamos en el proyecto a actores de talla mundial como Bridges, MacGregor, Clooney o Kevin Spacey, la publicidad está asegurada. Pocos podían pensar que tan buena fórmula no diera el resultado previsto y que el fracaso iba a ser irremediable.
El desarrollo resulta un tanto absurdo, presentándonos a personajes de maneras muy poco creíbles (¿ahí debe estar la gracia?), y sin contar con nuestra empatía hasta que aparece el bueno de Cassidy. A mi modo de ver, George Clooney está excepcional, creando un personaje tan sonado como la película requería y pasándoselo en grande con su loca caracterización. Bridges no despunta pero se apunta varios aciertos cómicos nada desdeñables que en conjunto lo salvan. El caso de Ewan y Spacey es de juzgado de guardia, ni el uno ni el otro me han convencido y sus papeles me han parecido mediocres.
Una  sucesión de "aventuras" en el desierto y charlas de lo más surrealistas convierten a este film en un desaprovechadísimo producto que intenta ser una broma continua y sólo nos invita al desmayo pasada media hora. Los momentos flash-backs son lo más interesante, y pese a abusar de ellos continuamente, nos muestra lo más gracioso de todo, que es ese grupo de mentalistas tan variopinto que formaban. Destacaré la escena final donde Jeff Bridges mete LSD en el agua del pelotón, dando lugar a una de las situaciones cómicas más delirantes que hayamos visto. Puro desfase militar en toda regla.
El hecho de que sea un constante homenaje a Star Wars suaviza mi enfado, y encima decirle a Ewan McGregor (Recordemos que fue Obi-Wan Kenobi) que si cuidado con el lado oscuro, que si no puedes ser Jedi....es una manera de autoparodiarse muy entrañable, y evidencia un sanísimo sentido del humor al prestarse a ello.
A fin de cuentas, y pese a algunos aciertos cómicos, no resulta tan graciosa como pretende, incluso llega a suponernos un esfuerzo acabarla y me queda un sabor de indiferencia que no termina de convencerme en absoluto. Una pena de film que podría haber sido como un Top Secret sofisticado y es algo así como un pelotón chiflado 2.0 pero sin Bill Murray.
Me quedo pues con la actuación de Clooney y con el humor diferente que transmite, que aún no siendo de mis favoritos, ha superado discretamente mi listón y debo considerarla pasable.

1 comentario:

  1. No la recuerdo tan mala, la vi hace bastante tiempo. Una comedia absurda del todo donde lo mejor era Bridges y Clooney. Se le podía haber sacado mucho más en manos de un director con más talento para exprimir una buena premisa y unos actores que daban para mucho juego. Un 6,2 le pondría.

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