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viernes, 8 de julio de 2011

EL DESCUARTIZADOR DE NUEVA YORK (1982)

Una de las obras más relevantes del peculiar cineasta italiano Lucio Fulci, que llegaría a ser su último gran éxito, ya que a partir de esta película no conseguiría alcanzar mayores logros y su carrera sufriría un drástico declive hasta su muerte en 1996.
La trama sucede en la ciudad de Nueva York (le encantaba la "city" al romano) donde un asesino en serie está cobrándose las vidas de algunas mujeres hermosas, con el uso indiscriminado de cualquier arma blanca que esté a su alcance. Su graznido imitando a un pato antes de cometer los crímenes o incluso en sus conversaciones con la policía resultan su seña de identidad más interesante, convirtiéndolo en un asesino de lo más característico y provocando un profundo análisis por parte de un profesor experto en estos casos, que intentará desvelar sus misteriosas intenciones ocultas.
El rastro no será fácil de seguir ya que al parecer, la mente de nuestro singular killer es significativamente superior a lo normal, y por tanto, más complicado para darle caza.
El detective Fred Williams será el encargado de dicho caso, y comprobará como el asunto le costará más dedicación de lo que podía imaginar.En su primera secuencia, un hombre está jugando con su perro en la bahía cuando éste, en vez de traerle el palo que le había lanzado, le trae una mano putrefacta de una víctima, empezando una serie consecutiva de crímenes perpetrados por el grotesco homicida. Con rasgos muy personales, la película eleva el interés a medida que avanza el metraje, entremezclando asesinatos de lo más sangrientos con un alto contenido de escenas tórridas, las cuales agradezco desde lo más profundo de mi ser, ya que endulzan de buena manera el visionado.


Es justamente el contenido sexual lo que la convierte en una cinta casi inigualable, con gran cantidad de escenas con el erotismo muy pronunciado y altamente atrevida. Fulci juega su gran baza atrayéndonos con hermosura femenina hasta que el apañado descuartizador nos las arrebata, incitándonos a descubrir quién diablos es y por qué asesina a todas las guapas criaturas que tan fácilmente se desnudan en este film. Desde la ciclista con esculturales piernas asesinada en el ferry al principio de todo hasta la liberada señora que nos deja petrificados con sus hazañas sexuales (jugueteos sádicos, masturbaciones en público y demás), la colección de cuerpos desnudos resulta impresionante, causando estupor a cualquier amante de la figura femenina, sin duda. En una de esas correrías (en el buen sentido) de la mujer sin tabúes que mencionaba, ésta se sienta en un bar rodeada de latinos jugando al billar. Pues bien, con una mirada del todo sensual (directa al paquete de uno de ellos además) e incitando a que le "satisfagan" sus instintos más primitivos, permite que le acaricien su zona más íntima con los pies hasta casi llegar al orgasmo, puro vouyerismo fílmico.

Ese contraste creado entre lo macabro de los asesinatos y su divertida forma de comunicarse como un pato, convierte sin lugar a dudas a este asesino en uno de culto, que de manera muy necesaria, habría que rescatar hasta nuestros días. Una vez terminada la película todo cobra un lógico sentido, pero durante su proyección mantiene la incógnita del culpable de manera excepcional, llevándonos en el transcurso del film a acusar a todo bicho viviente, sin excepción. Mantener vivo ese golpe de guión 30 años después es del todo gratificante, y sales satisfecho de esa sensación que ofrece la obra de Lucio.
Escenas con fotografías diferentes, como el asesinato en tonos verdes a la actriz porno o esa alegoría al cine negro combinando luces nocturnas y agentes con gabardina son muy enriquecedoras y en suma hacen de este film uno maravilloso, lleno de enigmática sensualidad y deleite visual.
Una cinta en definitiva  muy caliente, de sobrada coherencia, parsimoniosa pero fresca y sobre todo, de un interés creciente muy satisfactorio. No en vano es una de las cintas preferidas del gran Tarantino, que dice haberla disfrutado en multitud de ocasiones. Como nota discordante comentaré que algunos detalles rozan lo incongruente, tal vez como coartada para distraer al espectador y hacerlo entrar en el juego (esa llamada telefónica al teniente), y la consecución de los asesinatos son de remarcada similitud, llegando casi a agotarnos por ese modus operandi tan repetitivo. 

Una mezcla entre lo macabro y lo sensual espléndidamente filmada

Con todo, es un producto diferente, atractivo y muy atrevido, bastante más perturbador por ejemplo, que la famosa Instinto Básico, y con mucho más desenfreno amoroso.
En el apartado de contenido adicional del DVD es imprescindible visionar el documental donde nos trasladan a los lugares de su filmación en Nueva York  y nos muestran su estado actual (del 2009) en contraste con el año de esta película, en 1981.

2 comentarios:

  1. Interesante propuesta, además como no podía ser de otra forma en ti, con alto contenido erótico. Aquí va mi pregunta: ¿las buscas a propósito o "accidentalmente" te encuentras con todas esas escenas tórridas?
    Mi recomendación para el blog sería que vieras el estrangulador de Boston, a mí me encantó y Curtis hace un grandísimo papel.

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  2. David me la sugirió y resulta que el DVD andaba por casa, cosas de la vida. Fulci siempre era muy tórrido, pero aqui se lució....

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