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domingo, 26 de junio de 2011

TROUBLESHOOTER (2010)

Kang Tae Sik (Kyung gu-Sol) es un ex policía que trabaja como investigador privado. Un cliente le contratará por teléfono para confirmar una infidelidad, dándole detalles de la habitación de un motel donde deberá ir para conseguir las pruebas. Kang irá a tomar unas fotos de la pareja en cuestión, pero al llegar a la habitación encontrará el cadáver de una joven ensangrentada, y en la televisión de la habitación se activará un video donde se ve a alguien asesinándola. En estado de shock y sin darse cuenta de que está dejando pistas que le incriminan, recibirá en esos momentos una llamada de un personaje misterioso para proponerle un trato, a cambio de que secuestre a un famoso abogado, limpiará su nombre y quedará libre de toda sospecha de esa muerte, ya que la policía acaba de llegar al lugar del crimen y le tomará como el sospechoso del asesinato. Kang Tae Sik se verá obligado a huír desde ese momento para eludir a la policía guiado por su misterioso cliente, quien de manera sorprendente conoce todos sus movimientos.
Con un excelente arranque, esta nueva propuesta coreana me hizo concebir esperanzas de estar ante una película estimulante y muy completa, pero por desgracia al final no ha cumplido mis expectativas. La idea de incriminar a alguien para obligarle a hacer algo, sin ser original, permitía un buen juego para llevarnos de la mano en un doble objetivo, por un lado ver a Kang Tae Sik ir de un sitio a otro para cumplir las exigencias de quien le ha contratado e incriminado en una muerte, y por otra la de poder descubrir quien y porque le ha hecho ésto. Las escenas iniciales con su llegada al motel, su entrada confiada dada su larga experiencia pescando a parejas infieles, el descubrir el cuerpo y los primeros movimientos para escapar de la policía y a su vez obedecer las instrucciones que va recibiendo, están bien rodadas y tienen un ritmo potente.
Sin embargo a medida que va avanzando la acción y vamos descubriendo quien está detrás de todo este embrollo y la explicación del porque de todo, me ha dejado una sensación de ser poco verosímil y en parte mal aprovechada. Quizás abre muchos frentes, haciendo en ciertos momentos complicado seguir sin problemas la trama, y pecando de no acabar de cerrarlos de manera convincente (aunque por otro lado se agradece que se haya trabajado una historia compleja que tiene su miga).
Es una lástima ya que el trasfondo de como involucran a Kang da para crear una historia muy dura y que bien aprovechada al estilo coreano, pero el director parece que no acaba por decidirse si tomársela en serio del todo, e incluye ciertos elementos un tanto humorísticos que le restan fuerza (aquí apostando por el drama/thriller habría ganado muchos enteros).
Se echa en falta haber sido más conciso, ir a lo que iba durante la primera media hora, ver a nuestro protagonista salvar el culo y descubrir quien se estaba aprovechando de él (vamos, que esto pintaba que iba a acabar en una venganza en toda regla y que la explicación sería mucho más dura). No haberlo hecho y querer abarcar tanto, obliga en la parte final a cerrar la historia de una forma muy típica con persecución de coches incluída, rodada con poca gracia y un final bastante light.
En su contra está el no dibujar bien el personaje del desconocido que lleva a cabo este plan, pues si al principio nos mantiene intrigado casi sin mostrarse, oyendo su voz desconcertando una y otra vez al pobre Kang y controlándolo todo, luego no demuestra el mismo control de la situación o una personalidad que cree un duelo interpretativo interesante en pantalla, ya que queda desdibujado por la trama tan amplia que comentaba antes.
Distraída, sí, para pasar el rato un sábado por la tarde, pero tal vez no al nivel de muchas joyitas que nos está dando el cine coreano últimamente.

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