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viernes, 1 de abril de 2011

OUTRAGE (2010)

Por fin tenemos el regreso de Takeshi Kitano, dejándose de ciertos experimentos cinematrogtáficos como fue su anterior "Takeshis" y volviendo a sus raíces para hacer lo que mejor sabe hacer: las historias de Yakuzas. Si bien la crítica no ha sido todo lo buena que uno podría esperar, es una notable cinta que rebosa de su manera de hacer cine. Esta "decepción" tal vez sea porque por primera vez Takeshi no es el gran protagonista de la película y toma un papel más modesto que no carente de importancia. El hecho de que sus apariciones en pantalla sean bastantes menos de las habituales, de entrada haya podido defraudar un poco a sus seguidores (me incluyo en parte). Vamos con la historia: nos situamos en la actualidad, donde el código Yakuza sigue vigente, pero parece que los viejos métodos y tradiciones han dejado paso a una mafia más práctica y menos ceremoniosa, donde se busca llenarse los bolsillos y ganar terreno a las familias rivales. Veremos las diferentes luchas de poder existentes entre diferentes familias y dentro de las mismas para ascender en la escala de poder, tanto en el escalafón más bajo hasta en el más alto.
Kitano es el jefe de una pequeña familia, el líder del clan le obligará a entablar una disputa con otra familia rival, para hacerse con su territorio y sus negocios. Esta maniobra inicial tendrá sus consecuencias, todas previstas por el líder del clan, que moverá con mucha sabiduria todas las fichas, para quedar siempre al margen de los diferentes enfrentamientos y recoger las ganancias. El personaje interpretado por Kitano, sospecha que le están manipulando, pero su deber hacia su líder le obliga a obedecer si rechistar.
El conflicto irá ganando intensidad y crudeza, a través de traiciones, manipulaciones y falsedades varias, unos y otros tratan de ascender y posicionarse mejor dentro de los respectivos clanes y otros sencillamente buscan sobrevivir. Todos saben que les manipulan, pero en muchos casos solo son peones en una gran partida que ya está en marcha.
Con un guión sencillo pero eficaz y la manera tan personal de hacer cine de "Beat" Takeshi, iremos viendo como se desarrolla esta guerra por el poder, como la violencia irá in crescendo a medida que nos acerquemos al final, así como ciertas muertes al más estilo Kitano. Brutales la del cohe o la tortura en la sala del dentista. En la última parte, es cuando el guión gana en matices y como si fuera el final de la primera parte de el Padrino, la violencia se acelera para ir liquidando a todo ser viviente y cerrar de una forma satisfactoria esta buena película.

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