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martes, 12 de abril de 2011

MONSIEUR VERDOUX (1947)

Una historia basada en hechos reales, dónde un hombre francés llevaba una doble vida. Por un lado, un marido casado y padre de un hijo, y por otro, un elegante y distinguido hombre de negocios (entre diversos oficios de alto tallaje) que asesina sistemáticamente a todas las viudas y/o señoras adineradas que se le cruzan para adueñarse de sus pertenencias, obviamente.
Considerada por el propio Charles Chaplin como la película más inteligente y  brillante de toda su carrera, puedo confirmar su sobrada calidad e inteligencia a partes iguales. Él mismo se encargó de casi todo, dirigió, compuso, rediseñó el guión y protagonizó esta excelente comedia que disipa cualquier duda sobre el Chaplin fuera del cine mudo.
Henri Verdoux (un extraordinario y comedido Charles Chaplin) da vida al cínico asesino que fue en su día Desire Landru (guillotinado realmente en 1922) para explicarnos, en tono de comedia negra, un caso de asesinatos brillantemente trazados y subrayar aspectos sociales de aquella época con tanto acierto como sutileza.
En algunos aspectos del filme el personaje era totalmente Grouchiano, invadiendo la intimidad de la adinerada de turno (como Groucho hacia con Margaret Dumont) y con alguna insolencia que otra, conseguir su objetivo vilmente. Haber visto a mi amado Groucho en este impresionante papel me hubiera llenado de satisfacción infinita, porque incluso Chaplin imita su forma encorbada de caminar, resultando incluso un homenaje.
Contiene además un guión aprovechadísimo, con grandes cantidades de frases para el recuerdo, incluyendo algunas que tengo grabadas en la mente, como ésa vez que, ya sentenciado a morir guillotinado, entra el cura a su celda, él se levanta y le dice : - ¿Qué puedo hacer por usted? - (sello de los Marx sin ninguna duda)
Como nota discordante nombrar aspectos menos favorables como puede ser su estirada duración o el exceso de protagonismo de Chaplin, que acaba pesándole incluso a un hombre de la talla de Charles.
Por lo demás, una obra maestra del cine de todos los tiempos que envejece con mucha clase y gana profundidad con el paso de los años. Un placer, sin lugar a dudas.
Acabo este análisis con una frase de la secuencia dónde ya está privado de su libertad y plenamente resignado, dice el asesino : - Por un asesinato sé es un villano, por mil sé es un héroe...los números santifican amigo mio....!-
Impresionante.




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