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lunes, 18 de abril de 2011

EN BANDEJA DE PLATA (1966)

Tras acabar de ver esta película, la primera sensación que te queda es que el maestro Billy Wilder te ha apabullado con unos diálogos cargados de acidez, inteligencia y réplicas geniales. En este caso, se trata de una comedia, alejada de la seriedad de títulos como Testigo de cargo, El crepúsculo de los dioses o El gran carnaval, por poner algunos ejemplos. Sin embargo el pulso de narración y el buen hacer del director, no flojean al cambiar totalmente de género. Aquí nos encontramos en un estadio de fútbol americano, donde un cámara de televisión, Harry Hinkle (Jack Lemmon), se encuentra a pie de campo intentando grabar el partido lo más cerca posible. En una jugada uno de los jugadores le arrollará dejándole inconsciente y se lo tendrán que llevar al hospital. Todo parece que va a quedar en un susto y que no hay lesiones importantes, pero su cuñado un abogado especializado en demandar a todo el mundo, Willie Gingrich (Walter Matthau), ve la posibilidad de estafar a la compañía de seguros y le propondrá al bueno de Harry fingir lesiones graves, tras mucho batallar para convencerlo, empezará esta comedia donde unos fingirán y la compañía de seguros intentará por todos los medios descubrir si se trata de un fraude o no. Ambos actores están muy bien y la buena química entre los dos se nota en pantalla, mención especial para un Walter Matthau que se sale, tanto por las grandes frases de diálogo que tiene, como por una interpretación muy, muy divertida de un energúmeno que parece sacado de una película de los Marx, un abogado con un despacho que parece más un tenderete de chatarrero que lo que debería ser, con una respuesta para todo y un conocimiento de leyes que tumba a cualquiera que se le ponga por delante. Buena crítica a la falta de escrúpulos tanto del ramo de los abogados como de las aseguradoras, haciendo unos lo inverosímil para sacar tajada y los otros para no pagar. Espectacular la primera hora, donde se condensa lo mejor de todo, el arranque en el campo, las secuencias en el hospital y los mejores diálogos están aquí, la segunda parte también es muy buena, pero ya no sorprende tanto y hasta cierto punto es previsible el desenlace. Eso no quita mérito al conjunto, que es de lo mejor que uno puede ver si quiere reír con un humor inteligente, totalmente recomendada para disfrutar de un gran clásico.


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