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lunes, 11 de abril de 2011

CHANTAJE EN BROADWAY (1957)


Nueva York, 1956, Sidney Falco (Tony Curtis) es un agente de premsa que malvive en su triste apartamento que le sirve a su vez de agencia, sin ningún tipo de escrúpulos y que hará, dirá, mentirá y engañará a quien sea necesario para conseguir alguna información a la que sacar provecho y podérsela vender a J.J. Hunsecker (Burt Lancaster), prestigioso y poderoso director del periódico "The Globe", quien tampoco duda en pisotear a quien sea necesario, apoyarse en polis corruptos y usar toda la información que sus agentes le hacen llegar. Sidney se encontrará con las puertas cerradas a publicar informaciones suyas sino cumple un encargo de Hunsecker; la hermana de este está saliendo con un guitarrista de un grupo de jazz, un personaje al que encuentra indigno de ella, para ello "contrata" a Sidney para romper la relación como sea, pero sin verse involucrado en ningún momento.
Este es el planteamiento de esta grandísima película que por desgracia no es muy conocida. Con un guión perfectamente hilvanado, una fantástica dirección de Alexander Mackendrick y unas enormes interpretaciones tanto de Curtis como de Lancaster, que te atrapan desde el minuto 1. Sidney Falco, apodado por el propio J.J. Hunsecker, como "el de las 40 caras", hace un papel redondo y consigue estar a la altura de Lancaster, quien con una acidez impresionante, tiene unos diálogos con él que te dejan sin habla. Una gran ambientación con las luces de Broadway de fondo, que te transportan a esas largas noches rebuscando rumores o inventándolos para venderlos al mejor postor... Esta es una de aquellas historias que siguen siendo perfectamente vigentes hoy en día, donde vemos como el poder de la prensa escrita puede a la vez encumbrar o hundir a alguien de un día para otro, sacando a la luz los trapos sucios más variados, que sean o no ciertos ya es otra cosa, la cuestión es vender y/o manipular. Las mentiras, el chantaje, la corrupción, la amoralidad, el todo vale con tal de conseguir el objetivo. ¿Nos suena a lo que vemos o leemos casi cada día? Claro que sí, nada ha cambiado y por ello pienso que es muy aconsejable recuperar este clasicazo.

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