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sábado, 23 de abril de 2011

ADIÓS, MR. CHIPS (1939)

Arthur Chipping, llegará a la famosa escuela de Brookfield el año 1870, en pleno corazón de Inglaterra, para empezar a ejercer de maestro. Sin embargo el primer día no arranca bien para él, pues los alumnos le gastarán una serie de bromas que él no sabrá atajar a tiempo y evitar que el severo director se muestre indignado por ello y le exija que se haga ganar el respeto de los alumnos o deberá reunciar a su cargo. Así a la siguiente que le hacen, castigará a toda su clase sin tener en cuenta un importante partido de cricket anual entre diferentes escuelas y dejando al equipo sin su mejor jugador. La dolorosa derrota hará que durante años los niños no se lo perdonen y se sienta impotente para empatizar con ellos a pesar de sus buenas intenciones. Años más tarde, tras unas vacaciones en Austria conocerá a alguien allí que conseguirá ser una importante influencia para este tímido profesor, haciendo que a su regreso se gane el amable sobrenombre de Chips y empiece a ser un personaje entrañable para todos a lo largo de los años. Así se nos plantea esta amable historia con este profesor que solo sueña con poder enseñar y que a lo largo de más de 60 años estará en la escuela viendo pasar generación tras generación de niños, muchos de ellos hijos o nietos de otros alumnos que tuvo con él anteriormente. Iremos viendo a través de los niños la evolución de la sociedad y los hechos históricos más remarcables que van pasando (la revolución de los Boers, la muerte de la reina Victoria o el inicio de la Primera Guerra Mundial, entre otros). Como Mr. Chips intenta inculcar en ellos los valores más elementales, transmistirles todo su cariño y disfrutar sinceramente con su trabajo. Está muy bien recreada reflejando perfectamente el ambiente de esas escuelas inglesas, marcadas por un fervor por la tradición y el respecto.
Hay que destacar el fantástico trabajo que hace el actor Robert Donat (Mr. Chips), siendo capaz de interpretarle convincentemente tanto cuando tiene 25 años como cuando sobrepasa los 80 y en cada momento poder sentir admiración y estima por toda su dedicación.
Una película que vale la pena rescatar del baúl de los recuerdos, pues no está anticuada en absoluto y combina a la perfección tanto la comedia como el drama, sin caer en excesos en ambos casos.
Se ganaría ni más ni menos que 7 nominaciones a los Oscar, ganando de forma merecida el de mejor actor principal por su interpretación del simpatico profesor. 30 años más tarde se haría un remake con Peeter O´Toole ejerciendo de Chips.

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