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jueves, 15 de noviembre de 2018

SANTO CONTRA EL DOCTOR MUERTE (1973)

A pesar de la fama y el larguísimo recorrido (cuasi interminable) de esta mítica saga, la proyección de "Santo contra el doctor muerte" era mi primera aproximación al orondo y entrañable enmascarado de plata. Dentro del Festival de Sitges, la pequeña y humilde sala Brigadoon es el último refugio del cinéfilo, un lugar que resucita joyitas escondidas y muy raras de encontrar para el aficionado.
Grandes momentos he vivido en esta sala, donde destaco el visionado de las obras más bizarras de Jesús Franco, la cita anual obligada con algún documental sobre el splatter italiano o la inolvidable sesión de "Rape Zombie" 2 y 3.
En esta ocasión, y con motivo del homenaje a la estupenda Helga Liné, se proyectó la cinta que nos ocupa, uno de los films clave de la saga del luchador mexicano. Ya la sinopsis es demencial: unos ladrones entran en un museo y causan daños en el cuadro Los Borrachos de Velázquez. Se le encarga la restauración de la obra al doctor Mann, sin saber que es precisamente uno de los criminales.
Lo que Mann hará será sustituir el cuadro por una réplica. Además, tiene a varias mujeres en su lozanía secuestradas en un castillo.
Aprovechando que el mítico wrestler y agente secreto Santo se encuentra en España, las autoridades le piden que investigue el caso junto con al detective Paul.
Con más de 50 títulos en su haber, la saga del Santo es una de las más largas de la historia del cine, y abarca desde la seminal "Santo contra Cerebro del Mal (1958)" hasta ya entrados los primeros años 2000. ¡Cuál ha sido mi sorpresa durante el visionado del presente film!.
Lejos de encontrarme con una cinta aburrida y cutre de serie Z (así es la fama que arrastra la franquicia), "Santo contra el doctor muerte" (la entrega nº 42), ha resultado a la postre una filmación divertidísima y deliciosamente naif.


A pesar de que su extenso metraje para un proyecto de estas características (cuasi 100 minutazos) se haga muy cuesta arriba, la película es un despliegue pulp con mad doctors, enemigos imposibles, bases secretas subterráneas, compuertas, trampas mortales, muchas jovenzuelas luciendo palmito y un superhéroe permanentemente enmascarado y que es todo un galán con las féminas pero duro de pelar cuando se le requiere. Además, Liné (la verdadera protagonista), rezuma atractivo y buen hacer como espía y no somos excesivamente torturados con interminables batallas insípidas de lucha libre mexicana con Santo mostrando sus pectorales. En definitiva, una muy divertida muestra de Serie B que nos invita a seguir rastreando la saga.

Adrián Roldán

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