La película que comento hoy, a pesar de haber sido estrenada en los cines, tiene complicado atraer al gran público y menos aun de satisfacer a muchos de ellos, al tratarse de una propuesta complicada y desconcertante, pero
interesante a la vez que diferente. Y sin duda cumple
con esa descripción resultando ser incluso más confusa que la ópera
prima del aquí multifacético
Shane Carruth (dirección, guión, actor, música y fotografía), quien ya sorprendiera a todos en un ya lejano 2004 cuando presentó
Primer,
de temática de viajes en el tiempo y que exigía un esfuerzo por parte
del espectador para poder seguir una trama narrada de forma poco
habitual según los cánones habituales. Y precisamente parece que con
Upstream color
ha pulido lo que había demostrado, queriendo ir más allá aún con una
trama narrada de forma fragmentada, confusa y sin todas las respuestas
(al menos aparentemente). El film tiene la virtud (o defecto según
se mire) de ser muy rompedor, antagonista de las historias contadas
mediante un guión lineal, con continuos subrrallados, sencilla y clara
para todos los públicos que tanto impera en el cine comercial. Nos
enfrentamos aquí con un tremendo puzzle que tras unos primeros minutos
en los que nos parece que podemos encajar las piezas y vamos siguiendo
la trama, no sin exigir mucha atención, empezamos a dudar poco a poco
del significado de las imágenes que van desfilando ante nuestros ojos,
vacilamos, nos faltan piezas y tampoco sabemos que hacer con las que
tenemos en nuestras manos. Las imágenes inconexas, aparentemente, circulan
ante nosotros, cambian y nos va a costar retenerlas todas para ir
poniendo más adelante cada una en su sitio, el guión parece que no lleva
a ninguna parte y que no vamos a ser capaces de encontrar un camino en
medio de esta laberíntica propuesta.
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Kris en medio de su cautiverio bajo total control de un sofisticado ladrón... |
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El gusano invade el cuerpo y todo empieza... |
A
grandes trazos la
película nos presenta a un ladrón que selecciona cuidadosamente a sus
víctimas para hacerse con su dinero, sin embargo utiliza un modus
operanti distintivo y único, pues usa unos gusanos que segregan una
sustancia tóxica y que viven en unas orquideas azules para controlar a
sus presas. De esta forma asistimos en el primer tercio del film al
secuestro de Kris (
Christine Fischer), quien es obligada a
ingerir uno de estos insectos, quedando a partir de ese momento a la
merced de su captor, quien a lo largo de los días y mediante un extraño
proceso de control, logra que ella le entregue todo el dinero que posee,
dejándola abandonada y desconcertada en su casa después de recuperar el
control de sí misma.
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Kris y Jeff, con sus vidas destruidas intentando encontrar una respuesta... |
Tiempo después y con su vida hecha un desastre, Kris conoce en el tren a Jeff (
Shane Carruth),
un misterioso personaje que parece tener una conexión especial con ella
y que intuimos que ha sido víctima del mismo ladrón. Sus vidas tomarán
un sendero común a partir de entonces intentando entender que les pasó y
les sigue pasando, pues su percepción de la realidad ha
cambiado, su día a día parece no tener sentido ni para ellos ni para
nosotros y seguiremos su viaje en busca de respuestas, al que se
sumará un cuarto personaje misterioso que compone música y también cuida
cerdos, y que debe ser el vehículo para entender la conexión entre el
primer tercio y el resto del film... ahí queda eso.
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Un misterioso compositor que cuida cerdos puede ser la clave de la película... |
El visionado de
Upstream color puede
llegar a ser agotador y desconcertante a pesar de solo ser 90 minutos,
con la sensación de llegar al final y habernos quedado sin acabar de
entender, necesitando comentarla con los compañeros y tal vez revisionar
algún punto para poder atar cabos y asegurarnos que el círculo que se
cierra al final del film cobra sentido a pesar de su enrevesada
estructura no apta para gran parte del público. Impecable a nivel
visual, fotografía, sonido y música, con una historia
que posee un magnetismo especial, dejando un poso en la cabeza que hay
que
dejar madurar para poder apreciar mejor. Solo con el paso de las horas y
habiéndola reposado y pensado, al menos para un servidor, el dibujo
empieza a aparecer más claro y mi valoración personal ha ido
mejorando a pesar de mis reticencias iniciales. Una aventura
cinematográfica como pocas hay, arriesgada y que seguro va a
descontentar a muchos. Una elección complicada y que aconsejaría
visionar en buena compañía para el posterior debate e intercambio de
ideas.
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