A la hora de hacer la crítica de una película basada en una
saga literaria, habrá quien encuentre injusta la valoración y comentarios que uno pueda hacer, aludiendo que si no se han leído las novelas no se puede valorar en su justa medida lo visto en pantalla. Es cierto, no me las he leído, por lo que simplemente entraré a comentar lo que da de sí esta primera entrega cinematográfica de la trilogía de
The Hunger Games.
Tengo que decir que las historias situadas en futuros distópicos me pirran y que rara vez dejo escapar alguna a pesar de que en ciertos casos las perspectivas no sean muy buenas. No era este el caso, pues a priori parecía una película solvente y funcional a pesar de aportar pocas novedades y ser una pastiche de muchos "ya visto" anteriormente.
Así, nuestro film arranca con una mala intro para intentar situarnos en ese futuro casi con desgana, como si sobrase, dando escasa y rácana información, que posteriormente tampoco se molestan en desarrollar a lo largo sus 2h30' de metraje abultado. Uno de los puntos más negados en el desarrollo de la película es su
incapacidad de contextualizar, dibujar y hacer creíble la nación de
Panem. Pues casi nada se nos explica de los 12 distritos (más allá de algunos breves flashbacks mal montados y sin fuerza), ni el
funcionamiento de estos, del gobierno y cualquier dato interesante que
nos ayudara a meternos en situación.
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Un presentador deslenguado que sabe darle a la audiencia lo que quiere... |
Como sea, los Estados Unidos ya forman parte del pasado y ahora existe una nación llamada
Panem formada por 12 distritos y la central del país, El Capitolio. 100 años atrás hubo una rebelión en uno de estos distritos que ocasionó una gran pérdida de vidas, una vez aplastada por parte del gobierno central y con vistas a evitar futuros levantamientos, organizaron los llamados
Los Juegos del Hambre, una competición en la que cada año los doce distritos están obligados a enviar un chico y una chica de entre 12 y 18 años (tributos
los llaman) para que luchen a muerte hasta que solo quede uno vivo, siendo retransmitido a toda la nación por televisión. Y poco más que añadir. Bueno sí, los protagonistas, es verdad, el distrito 12 manda a Katniss Everdeen (una
Jennifer Lawrence que a nivel actoral es lo único salvable), una joven valiente y muy hábil con el arco, que será el eje central del film.
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Siguiendo por televisión la presentación y puntuación de los tributos... |
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Ah, sí, siempre necesitamos a unos malos, ni que sea para rellenar unos minutos más... |
Podríamos dividir la película en dos partes claramente diferenciadas, la primera incluiría lo contado hasta ahora, junto la llegada al Capitolio, formación en armas y técnicas de supervivencia, junto a la presentación en televisión de los tributos de los 12 distritos. Quizás es la más sugerente y en la que la crítica hacia los reality shows y la manipulación de un público adocenado gracias a presentadores charlatanes, sean su mejor baza. El resto de crítica social, la banalidad de la sociedad del bienestar, la insensibilización hacia los necesitados, etc... se me quedó corta, poco o nada profundizada, suavizada en extremo quizás con la clara intención de satisfacer más a los adolecentes amantes de historias de amor teen que a los grandes amantes de la ciencia ficción distópica. Con todo, y a pesar del terrible peluquín que luce
Woody Harrelson, da de sí algunos momentos más o menos interesantes en los que los distintos candidatos intentarán llamar la atención para conseguir "patrocinadores" que les ayuden a lo largo de la competición.
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¿Muerte por comer bayas tóxicas? ¡¡¡Queremos sangre!!! |
La segunda arranca en la competición en sí, situando a los participantes en un bosque que es completamente controlado desde la central de la nación y que a placer cambiará reglas y escenarios sobre la marcha para satisfacer a la audiencia. Tras una primera hora relativamente llevable, es curioso ver como se desaprovecha un escenario que debía dar para mucho más, con una falta total de ritmo, menos tensión que en un anuncio de dentrífico y en lo que se supone que son escenas de acción con una nula capacidad de sorpresa y poca habilidad en su rodaje. Es así, aburridas muertes de personajes que no se han molestado ni en esbozar y que por tanto nos da igual que vivan o mueran, diálogos repetitivos y aburridos y demasiados paseos cursis entre árboles y pajarillos sin que pase nada destacable.
La primera entrega de
Los Juegos del Hambre, recuerda demasiado en su planteamiento a
Battle Royale (2000) de
Takeshi Kitano, pero ni de lejos tiene la mala uva, tensión ni la violencia de ésta. También me ha recordado en parte a
Perseguido (1987), más que nada al tratarse de un reality donde se transmitía en directo los enfrentamientos de unos participantes obligados a luchar contra diferentes rivales y sobrevivir para lograr el ansiado premio. Demostrando que su autora no ha inventado nada nuevo ni ofrece suficiente frescura al asunto.
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Sí... el amor todo lo puede... gran mensaje, coged las manos de vuestras parejas y mirada de complicidad... |
Demasiado políticamente correcta para ganarse a un público adulto mínimamente exigente, que verá con desespero como los rollizos chavales (de unos distritos donde en teoría lo pasan muy mal), participan en una especie de parque temático donde tienen sus más y sus menos, pero en el que prevalece el amor... Resumiendo, la sensación y credibilidad que me deja el futuro distópico de
Los Juegos del Hambre es de un aprobadillo justillo, a la espera de que en las siguientes adaptaciones se logre mejorar lo que puede dar de sí la historia.
Golosina para adolescentes basada en las novelas (o algo) de la tal Suzanne Collins.
ResponderEliminarEstoy bastante de acuerdo con tu punto de vista en esta ocasión. Personalmente me costó terminarla, pues se me agotó la paciencia a mitad de metraje, y tan sólo acababan de comenzar los jueguitos estos.
En lo único en que no coincido es en la actuación de Jennifer Lawrence, que a mí me resultó muy fallida con la cara de cera toda la peli.
Bienvenido al blog, por cierto....