Víctor, un joven de 17 años, trabaja en el Mercado 4 de Asunción, en Paraguay, como carretillero ayudando a los compradores a llevar sus paquetes hasta sus casas. Un mundo lleno de competencia con infinidad de niños intentando ganarse unos pocos guaranies con los que ir tirando. Sin embargo, un día le llegará una propuesta un tanto extraña de la mano de Gus, el novio de la mejor amiga de su hermana. A cambio de llevarse 7 cajas del almacén de su jefe durante unas horas, recibe la mitad de un billete de 100 dólares, una auténtica fortuna. Cuando regrese con las cajas intactas obtendrá la otra mitad. De esta manera Víctor se fundirá entre el gentío para descubrir poco a poco que se ha enrolado en un turbio asunto, teniendo que evitar a toda costa a la policía que patrulla por allí y a Nelson, otro carretillero sin escrúpulos que hará lo que haga falta por hacerse con las preciadas cajas.
Sí algo hay que reconocerle de entrada a la película, es que en líneas generales y a pesar de ser una producción de bajo presupuesto, resulta estimulante y entretenida. La historia es bien sencilla, y en 16 calles (16 Blocks, 2006) ya vimos algo similar, al tener que llevar a un testigo hasta los juzgados a lo largo de 16 bloques de edificios mientras eran atacados de todas las maneras posibles. Pues aquí tendremos a un chaval deambulando y escondiéndose en la maraña de callejuelas y negocios que componen el atestado Mercado 4 de Asunción a medida que cae la noche, donde él y su preciada carga serán el objetivo de muchos que buscan de forma desesperada lo que puede ser la solución a todos sus problemas.
Un trato muy tentador para Víctor... |
Nelson peleando por lo que haya en esas cajas... |
En 7 cajas se alternan momentos realmente conseguidos, donde la sensación de desasosiego es notable gracias a las localizaciones elegidas para su rodaje, en las que predominan sucias y oscuras callejuelas que parecen esconder peligros en cada esquina; o el misterio que al menos en su primer tercio logran mantener en el aire con el contenido de las cajas. Además se agradece un uso inteligente de la cámara para alternar recursos visuales, con un adecuado uso de cámara subjetiva en ciertos momentos bien elegidos, afortunadamente sin caer en abusos cansinos. Sin embargo hay otros que rozan el amateurismo, llegando a ser incomprensibles al menos para un servidor. No puedo calificar de otra manera que de nefasta la caracterización del personaje de Luís, uno de los teóricos personajes oscuros del film y que inexplicablemente aparece casi caricaturizado merced del uso de una dentadura postiza, unas gafas de culo de botella o una falsa calva, haciendo difícil creérselo en ningún momento y mermando esta parte de la historia.
Otro de los puntos que juegan en su contra es el metraje, cercano a las dos horas y que resultan excesivas para el desarrollo que se le ha dado a la historia y a los personajes. Un hecho que hace que en algunos momentos pueda resultar un tanto repetitiva y parezca que se estanque. La idea de base no daba para tanto y se debería haber trabajado mejor el guión, pues adolece en ciertos pasajes de situaciones poco creíbles o incluso algo incoherentes con el tono general imperante (esa
Mercado de Asunción |
Bien actuada por parte de la dupla protagonista Celso Franco como Víctor y Lali González como Liz, la mayoría del resto del reparto simplemente correcto y algún actor por debajo de lo necesario, repito al personaje de Luís perpetrado por Nico García o su cómplice, Don Darío como lo peor del film.
A pesar de ello, el vivo ritmo e interés que trasmite la historia, logran en su mayor medida su cometido de entretener al espectador, pero nos queda la sensación de haberse podido exprimir mejor la idea y sacar una historia más oscura en manos de un director con más experiencia. Con todo se puede decir que resulta interesante.
Esta la tengo apuntada para ver. Me consta que ha recibido grandes críticas.
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