En el pasado 2012, superada ya su "excepcional" andadura política y ese misterioso, sonado e inesperado divorcio con la hija de los Kennedy, el exgovernador/actor/culturista de origen austríaco Arnold Schwarzenegger retoma su carrera interpretativa (los cameos no contarían) y nos recompensa con media docena de nuevos proyectos (de entrada interesantes) en lontananza (The legend of Conan, Terminator 5, ¿la secuela de "Los gemelos golpean dos veces"? y algún que otro refrito más...).
Arnold, actualmente con 65 años de edad, anda bastante lejos de aparcar su faceta como hombre de acción en pantalla, volviendo al redil esta vez de la mano de uno de los mejores directores surcoreanos de la actualidad, Kim Ji-Woon (responsable de la notable "A bittersweet life" o la soberbia "Encontré al diablo") a quién Hollywood, con total seguridad, ha tentado con grandes sumas de billetes.
¿El resultado?, la cinta "El último desafío"(the last stand), un film de acción con esencia de "western fronterizo" que parece ajustarse a las necesidades físicas y "profesionales" de Schwarzenegger, con un personaje fabricado a su percha y con unos secundarios de reclamo para un público con ganas de juerga juvenil y alocada (ahí está sino el "Jackass" Johnny Knoxville), y es que Arnold, a su edad, no era suficiente garantía de acción sin límites...
La historia de esta "The Last Stand" comienza con la fuga del importante narcotraficante Gabriel Cortez (el Eduardo Noriega de siempre, inexpresivo, peinadito y de anuncio de perfume) del corredor de la muerte, y su consiguiente huida a gran velocidad gracias a un "súper bólido" hacia la frontera de México, donde un Sheriff de un tranquilo pueblecito llamado Sommerton (como no, el bueno de Arnie), disfruta de su merecido día libre.
El solitario, querido y respetado Sheriff Owens y su variopinto equipo se enfrentarán así al mayor peligro de sus vidas: pararles los pies a un grupo de narcotraficantes armados hasta los dientes que buscan pasar la frontera para así quedar libres de las leyes estatales.
Como seguro bien imagináis, el FBI anda detrás (muy detrás), capitaneados por un arquetípico agente interpretado esta vez por Forest Whitaker (aunque sería perfectamente canjeable por cualquier otro) y toda una banda de policías multiétnicos para satisfacción de un mayor número posible de público.
Así pues, la acción está servida. Los malos contra los buenos (aunque Noriega le venga muuuy pequeño al prensado Arnold) más el mundo de la droga y/o el poder asomando por encima de la ley. Sin novedad en el planteamiento.
Por otro lado, y siendo justos con el film, se justifica por no querer engañar a nadie; pues incluso el subrayado de su cartel promocional -rendirse es de mariquitas-, aclara toda duda acerca de su naturaleza. Y en eso, sí acierta. Su dosis de acción y violencia está no sólo garantizada, sino muy bien exprimida a la vez que notablemente bien filmada.
En "El último Desafio", Arnold ironiza acerca de su edad y su forma física como se preveía (no faltarán guiños hacia su musculatura), Knoxville se accidenta como era de esperar en él y nuestro Noriega asume de nuevo que será un latino traficante el resto de su carrera en Hollywood (nada reprochable si luego miramos su billetera, aunque se pase toda la película dentro de su bólido), para así dejar que la función acabe por ser desprejuiciada, enteramente disfrutable y desprovista de cualquier otra pretensión intelectual, por lo que.... aceptamos barco.
Pasando de esta manera por alto las costuras prefabricadas de una película más standard de lo que parece, y teniendo en cuenta que significa el resurgir de un mito de la acción de los 80 (eso nos toca la fibra interna a una generación entera), el film "encargo" del coreano Kim Ji-Woon resulta finalmente un sano entretenimiento para un público joven, con algunas secuencias estupendas (el esperado tiroteo en el pueblo, la anciana despiadada, los parsimoniosos lugareños con su desayuno hiper calórico...) y un personaje central que, sin ser una maravilla, consigue adecuarse a las circunstancias.
En definitiva, "El último desafío" es un film sin reproche alguno que, tal y como indica su argumento, se queda en la frontera de ser algo más, pero eso no significa que no se pueda disfrutar como nos venden. Bienvenido de nuevo Arnie, ¡has vuelto!
Estoy de acuerdo con tu análisis, es un film donde Arnold toma un rol un tanto crepuscular como en su momento, por ejemplo, tuvo John Wayne en alguno de sus westerns. Ese aire quizás sea un acierto dado la edad y estado físico actual del roble austríaco, bajo de forma, pero aceptando esa decrepitud. Habría sido un gran error intentar aparentar lo que ya no es, buscar de forma artificiosa alargar su imagen de los 90. Ese tono irónico hacia su figura, su edad y forma me gustaron; aunque ahora que su físico ya no es el que era, queda más que nunca de manifesto su limitación interpretativa. De la misma manera que las escenas de tiroteos son intensas y bien rodadas. Por contra sus puntos más flacos son una trma muy tópica, previsible y que no guarda muchas sorpresas en su desarrollo, un malo sin empaque ni credibilidad suficiente para que podamos tomárnoslo muy en serio, así como el suprimible y nefasto personaje interpetrado por el componente de Jackass. Con todo, una película entretenida y de fácil consumo.
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