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lunes, 11 de junio de 2012

TRES SAMURÁIS FUERA DE LA LEY (1964)

Jinbei, Gosaku y Yohachi son tres campesinos que deciden secuestrar a Aya, la hija del magistrado, con la esperanza de chantajearle y hacerse escuchar para que acepte una serie de reformas que reduzcan los altos impuestos a los que se ven sometidos, y paliar así la extrema pobreza en la que viven después de varias malas cosechas, unas propuestas que cuando se las presentaron de forma oficial las rechazó sin miramientos.
Sakon Shiba, un samurái vagabundo que deambula por los alrededores, llega casualmente al molino donde la retienen, y a pesar de las reticencias iniciales de los campesinos, se acaba acomodando allí para pasar la noche. Al conocer la noticia del secuestro de su hija, el magistrado decide mandar a sus hombres para acabar con esta rebeldía, liberar a Aya de sus captores y ejecutarles para que sirva como ejemplo para evitar que pueda llegar a repetirse cualquier acto similar. Con la llegada de los soldados del magistrado y la desesperación evidente de unos campesinos que no saben como manejar una situación como la que tienen entre manos, Sakon decide ayudarles, no motivado por el rapto en sí, sino por la entrega y osadía que han mostrado para aventurarse a una odisea casi imposible.

Un secuestro a la desesperada...
Después de haber repelido este primer intento de recuperar a Aya y tras una serie de hechos que mejor no revelar para no desmontar la sorpresa al espectador, otros dos samuráis (Sakura y Einosuke Kikyo) acaban por unirse a la causa, por motivos bien distintos, todo sea dicho. De esta manera el magistrado se encuentra con una dura resistencia que debe vencer como sea antes del inminente regreso del Lord del clan, para evitar así quedar en evidencia ante él...



Hideo Gosha debuta como director con esta película, pero a pesar de ello demuestra sobradamente tener muy buena mano a la hora de rodar, sabiendo dotarla de un ritmo excelente a lo largo de todo su metraje, unos planos elegidos con gusto para darle una gran intensidad a unas impactantes imágenes, que se ven realzadas gracias al gran trabajo de iluminación y al cuidado blanco y negro del film (excelente la edición de Criterion nuevamente). Siendo en conjunto un notable chambara con una conseguida ambientación, mucha fuerza visual y que merced de ciertos giros en la trama y a sus dinámicas escenas de acción acaba por ser un entretenimiento de primera que no ha perdido nada con el paso del tiempo.
La idea de partida no es de una gran originalidad, y al menos a mí me vienen a la cabeza algunas influencias bastante evidentes, ya que guarda ciertos paralelismos con Los siete samuráis de Akira Kurosawa. En ésta los campesinos contrataban a una serie de samuráis para repeler el ataque de unos bandidos que pretendían quedarse con toda su cosecha, iniciándose así una serie de combates para defender el poblado. Mientras que en Tres samuráis fuera de la ley, tenemos igualmente a unos campesinos en problemas que son ayudados por unos samuráis errantes para defenderse en este caso de los esbirros mandados por el magistrado. En ambas además se da una gran importancia a la motivación de los distintos personajes, y el de Sakura recuerda vagamente al que interpretaba Toshiro Mifune en la obra de Kurosawa. Y para acabar la moraleja final tampoco es muy distinta. Resulta curioso ver que las dos primeras películas de la filmografía de su director, son sin duda las más reconocidas de toda su carrera, cosa poco habitual y que me ha llamado la atención, si bien es cierto que tiene otra obras notables como Onimasa o Goyokin que ya tengo apuntadas para alguna futura sesión de cine.
Dentro del reparto cabe destacar que el personaje de Sakon Shiba lo encarna el actor Tetsuro Tamba al que también pudimos ver en la mítica Harakiri dirigida por Masaki Kobayashi, una de las obras cumbres de la historia del cine, y que recientemente tuvo su remake dirigido por Takeshi Miike, la cual comentamos dentro del especial del Festival de Sitges del pasado 2011.
Otro nombre importante es el del actor Isamu Nagato, que aquí da vida a Einosuke Kikyo y que volvió a trabajar a las órdenes de Hideo Gosha, quien le eligió para protagonizar Sword of the beast, la siguiente película que rodó tras esta que tenemos hoy aquí, y que también comentamos en el blog.
Resumiendo, se trata de una excelente película clásica ambientada en el Japón Medieval, que a pesar de no estar al mismo nivel de obras legendarias como Los siete samuráis, Yojimbo o Harakiri, por citar algunas, es una jugosa oportunidad de disfrutar del mejor cine asiático, mereciendo que le deis un voto de confianza.

1 comentario:

  1. Que ganas tengo de verla!!!
    ¿Que papel interpreta Tetsuro Tamba en Seppuku?

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