Después de un largo día con visita al Salón del Cómic incluida para
no perder una tradición de más de 20 años, por la noche teníamos el reto
que nos proponía el equipo de
Phenomena con 3 películas del
tirón. Particulamente me gustan estas sesiones especiales que se salen
de la típica sesión doble, de igual manera que las que llevan el el
sello
Grindhouse a las que he ido, nunca me han defraudado o el revival de mi infancia que tuve con el estreno del
Little Phenomena,
donde tienen cabida muchas películas que en su momento fueron clásicos
de videoclub o de pequeñas salas repletas de títulos de serie B.
Este
sábado el cine no estaba todo lo lleno que me había pensado que estaría,
pues presuponía que la gente acudiría en masa a esta sesión triple,
pero no fue así, quizás el público en general no asistió al ser algo
reticentes a darles una oportunidad a las películas que seguían a
Matrix,
pero los que estuvieron en la sala tenían muchas ganas de pasarlo en
grande y eso se notaba en el ambiente. Si miramos la programación
propuesta para esta ocasión podemos darnos cuenta de lo variado de su
oferta, dando cabida a obras muy dispares, por un lado para abrir boca
todo un fenómeno comercial como fue hace poco más de una década
Matrix,
quizás uno de los títulos más influyentes de los últimos tiempos dentro
del panorama de la ciencia ficción que gracias a su estética y a sus
efectos especiales que marcaron un antes y un después en este apartado,
habiendo sido desde entonces copiada hasta la saciedad pero con pocos
resultados destacables. Reconozco que fue sorprendente volver a verla y
comprobar que no ha perdido nada de fuerza, siendo un gozo disfrutarla
por primera vez en su versión original y en toda su magnitud en el
pedazo de pantalla del Cine Urgel, un espectáculo en toda regla.
La segunda de ellas es un referente de los años 70 dirigida por
Michael Crichton
y que merecía un pase en condiciones para que gran parte del público
descubriera una sugerente historia de un parque temático ambientado en
la Roma antigua, en la Edad Media europea y en el Oeste americano, donde
muchos ricachones podían pasar unas vacaciones en alguno de estos
ambientes y satisfacer todos sus deseos (desde matar a alguien en un
duelo o tener sexo con unas atractivas robots), y obviamente donde todo
estaba preparado para que nada pudiera salir mal... de esta manera
Westworld, almas de metal
era el segundo plato de la noche y quizás un pequeño ensayo de su
creador para un par de décadas más tarde arrasar en todo el mundo con
Jurassic Park,
teniendo ésta multitud de paralelismos con la que estamos comentando
(parque temático para millonetis donde se descontrolan en este caso los
robots en lugar de dinosaurios y empieza el caos... lo dicho, un
argumento bastante parecido, y que tuvo una continuación tres años más
tarde con
Mundo futuro.
Para terminar y ya con las energías un poco mermadas por la hora y todo el tute que llevábamos encima, teníamos
Hardware, programado para matar,
una película de serie B ambientada en un futuro desolador y
post-apocalíptico en el que la humanidad se encuentra malviviendo en
medio de amenazas medio ambientales y restricciones cada vez más
estrictas, donde un robot con inclinaciones asesinas se dedica a
aterrorizar a los habitantes de un apartamento...
El puntazo de la noche
fue la presencia de su director,
Richard Stanley, con el que
Nacho Cerdá
guarda muy buena relación, y que antes de empezar la velada comentó un
poco la vigencia que creía que tenía su película en un mundo actual en
el que todo parece venirse
abajo y cada vez el medio ambiente se encuentra más castigado por la
gran sobre explotación a la que se la somete por parte de la humanidad,
además estuvo muy atento a todo aquel que quiso acercarse a preguntarle
cualquier cosa, mostrándose accesible y amable. Realmente es una
película de pura serie B, para lo bueno y para lo malo, y que de verdad
tuvo momentos en los que se me hizo algo cuesta arriba, pero fue todo un
descubrimiento, una obra curiosa y que guarda algunas imágenes dignas
de ser vista (ese vecino obeso acosador, por ejemplo). Con el punto en
común de la robótica de fondo, todas tres tienen su particular estética,
una época distinta en la que se estrenaron y un variado tipo de público
a quien pueden ir orientadas, por ello verlas en una sola sesión,
permite redescubrirlas y poder valorarlas desde otro punto de vista.
A la siguiente sesión con
Cobra, el brazo fuerte de la ley y
Calles de fuego no podremos asistir, pero no faltaremos a la de
Flash Gordon y
Conan, por Crom, nos vemos allí el viernes día 8 de junio!
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