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lunes, 6 de febrero de 2012

CREMATORIO (2011) - SERIE TV


Crematorio demuestra algo que era de cajón, pero que hasta ahora no se había logrado aquí, como era crear una serie de ficción con un nivel que no tiene casi nada que envidiar a las producidas en los Estados Unidos o en Inglaterra de la mano de la BBC. Hasta la fecha la mayor parte de las series patrias cuando se ha intentado una producción seria solían pecar de tener unos guiones y una realización de risa (caso extremo es la bochornosa Hispania). Aunque la mayor parte de ellas está más orientada al humor de brocha gorda que tanto gusta aquí (a mí no) y que suele satisfacer a un público no demasiado exigente o con ganas de ver algo distendido y pretendidamente gracioso que no requiera mucha atención. Por ello es más que loable la apuesta de Canal + España en la que es su primera serie de creación propia (la idea es crear un canal estilo HBO con series de gran calidad) y que toca uno de los temas que más han marcado las últimas décadas de nuestro país, y que pensándolo bien cuesta creer que hasta ahora no se hubiera abordado de una forma seria y sin tapujos: como es la corrupción inmobiliaria. Es evidente que las audiencias mandan, y por tanto el querer hacer una serie al estilo HBO, viene condicionada por no cerrar las puertas al público familiar y a las grandes audiencias.
La demostración de que la fórmula ha funcionado y de que se trata de un producto de calidad, es el hecho que acaba de estrenarse en abierto en La Sexta, donde seguro que tendrá tan buena acogida como ha sido el caso en el canal privado.

El nuevo proyecto de Bertomeu: Costa Azul...
La historia se centra en la figura de Rubén Bertomeu (Pepe Sancho está inmenso aquí), un promotor inmobiliario sin ningún tipo de escrúpulo, que desde los años 80 vio el potencial que había en una virginal costa levantina donde ha ido construyendo urbanizaciones y hoteles sin parar, hasta erigirse como uno de los personajes más poderosos de la zona. El hallazgo por parte de la policía de una camioneta llena de cadáveres descubre un caso chocante, como es el que la empresa encargada de las pompas fúnebres de la zona, no quemaba los cuerpos y en lugar de incinerarlos (de ahí el título) los enterraba en una zona apartada para ahorrar costes (hace pocos años salió a la luz una noticia que era tal cual, para que veamos que la realidad siempre supera la ficción o en este caso la iguala). Este hecho abre la puerta a los servicios de investigación para poder tirar del hilo del encargado de la funeraria, Alonso, quien parece estar estrechamente vinculado con los negocios de Rubén Bertomeu, personaje sobre el que hay sospechas desde hace tiempo por actividades ilícitas pero al que nunca han podido echarle mano.


En conversaciones con la mafia rusa
Así, esta serie de 8 episodios, gira en torno a la investigación que arranca con este descubrimiento, como el desarrollo de toda una serie de personajes relacionados con Bertomeu y de él mismo; desde su hija Silvia Bertomeu (Alicia Borrachero) y los problemas que tiene dentro de su matrimonio, su socio de toda la vida Ramón Collado (un gran Pep Tosar) metido en graves problemas al estar colgado de una prostituta rusa y a punto de hacer una locura, la jovencísima pareja de Rubén: Mónica (Juana Acosta) repudiada por la familia, los arreglos pactados que tiene con diferentes políticos, sus tratos con la mafia rusa que blanquea dinero en la costa española y una complicada red de extorsión y de favores que se va enredando a lo largo del tiempo. El desarrollo de los episodios además tiene el aliciente de tener lugar en dos marcos temporales distintos, el primero de ellos situado en la actualidad y en el que se nos muestra el gran imperio creado por el ambicioso Bertomeu, sus trapicheos, negocios sucios, trampas y amenazas usadas para engrandecer día a día su reino. Mientras que el otro arranca en el año 1981 y nos sitúa en las tierras de la familia Bertomeu, donde vemos a los dos hermanos, Rubén y Mateo, el primero ya intuye hacia donde quiere encaminar su futuro y el de las tierras que poseen (para empezar...), mientras que el otro es partidario de seguir explotando las tierras de cultivo que durante generaciones han enriquecido a la familia. Desde esta primera conversación y el posicionamiento opuesto de ambos, iremos saltando a lo largo del tiempo para ir conociendo los pasos dados por Rubén para ir logrando cumplir sus objetivos, sin ningún atisbo de duda ni remordimiento, haciendo todo lo necesario para que 20 años después sea un personaje al que muchos rinden pleitesía y al que le deben grandes favores. Esta historia contada de forma fragmentada sirve para complementar y definir muy bien los personajes y entender algunas situaciones de la historia en el presente.



Algunas veces me pasa que me envicio con alguna serie y me pongo a ver un episodio tras otro sin parar, aunque el reloj amenace con altas horas de la madrugada y sepa que me quedan pocas horas de sueño antes de que suene el despertador, me pasó con Battlestar Galactica y Dexter (que noches...), y la semana pasada con Crematorio; y eso quiere decir que la serie es buena, con unos episodios que tienen un ritmo y una estructura narrativa adictivas. El acabado técnico es excelente, así como la ambientación general y el aire que respira la serie es muy auténtico. Con unos personajes bien interpretados y con personalidad marcada gracias a un plantel de actores que recoge lo mejor del panorama nacional. Aparte de los arriba mencionados, tenemos a Montserrat Carulla haciendo de la madre de la familia Bertomeu (fantástica como siempre), Pau Durà en el papel de Zarrategui, el fiel abogado de Rubén o Manuel Morón que clava su papel como Llorenç Torralba, delegado de urbanismo que se ha ido enriquiciendo con su socio; aparte de muchos otros secundarios.
Todo ello hace que la trama gane en interés episodio tras episodio, con el añadido de que la historia de trasfondo refleja una realidad vivida aquí, donde durante muchos años se han hecho auténticas locuras en la costa española, construyendo sin ningún tipo de control ni respeto por el entorno natural, donde ha habido muchos Rubén Bertomeu que se ha hecho de oro a lo largo de estas décadas y otros tantos políticos corruptos que lo han permitido. Para mí hay una frase que resume muy bien el espíritu de esta realidad y es la que le dice Rubén a su socio Llorenç que tiene dudas de si les van a aprobar el nuevo gran proyecto constructivo llamado Costa Azul: "Esto no lo para nadie, no tienen narices, si medio país vive de esto...". Y así nos ha ido con la crisis... Lo dicho, para todos aquellos que os gusta disfrutar con una buena serie, por una vez (y espero que no la última) no hace falta que busquéis fuera de nuestras fronteras para encontrar una de las buenas.
Como simple curiosidad y reafirmando su intención de seguir los pasos del canal HBO, quedaros con la intro de la serie, recuerda mucho a la de True Blood.
 

3 comentarios:

  1. Es una serie que he empezado a seguir y estoy de acuerdo con tu crítica: podemos encontrar muy buenos actores y buenas series en el panorama nacional.
    Esta tiene gran calidad y un argumento interesante que atrapa, entretiene y muestra un ejemplo del tipo de negocios que se han ido haciendo durante estos años.

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  2. Por cierto, no se si conocéis la serie Breaking Bad, pero os la recomiendo. Creo que será de vuestro agrado.

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  3. La conozco y varias personas me han dado buenas referencias de ella. La tengo entre una larga lista de múltiples pendientes... seguro que en algún momento cae. Antes va Braquo (recomendadísima y de la cual estoy puliendo los subtítulos ya de la segunda temporada), Romanzo Criminale (la serie no la peli)... por no hablar de mis cuentas pendientes con clásicos como The Wire, Oz o Los Soprano... es que no doy abasto... Necesito un día de 36 horas...

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