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miércoles, 28 de diciembre de 2011

CRITTERS (1986)

Emblemática producción con aire de serie B que supuso la (por otro lado previsible) respuesta comercial de New Line Cinema hacia la fantástica Gremlins de la Warner Bros.
Se trata, además, de la ópera prima del director tejano Stephen Herek, un cineasta que sorprendió gratamente a público y crítica con este film (y alimentó 3 secuelas, a cada cual peor por cierto) pero que más tarde resultaría ser todo un espejismo, vistos sus posteriores trabajos.
Ocho criaturas (Kryts o Critters) alienígenas, muy peligrosas, peludas y sobre todo hambrientas, consiguen escapar de su reclusión planetaria con dirección a nuestro planeta, aterrizando en Kansas City.
Dos mercenarios humanoides de rostro indefinido los persiguen para su exterminio, tratando de pasar inadvertidos entre los terrícolas y asumiendo apariencias humanas (la de un rockero de moda y un neurótico esquizofrénico).
Los Brown serán la familia amenazada en primera instancia por los bichejos carnívoros del espacio exterior, y serán testigos de su rápido aumento de tamaño tras un "pequeño" festín en su granja (no recordaba que un critter se hacía tan grande como un oso), sembrando el terror en la ciudad y causando muertes a su paso.
Esta pequeña pero singular obra de mediados de los ochenta sabe combinar adecuadamente factores que satisfarán al cinéfilo tanto como al neófito, tales como un remarcado homenaje a las cintas sci-fi de los años 50/60, trazas de humor paródico y cierta atmósfera terrorífica filtrada para todos los públicos que se descubre entrañable.
Si bien evidencia un descaro argumental sin prejuicios, descensos de ritmo y efectos de barraca de feria, continua a día de hoy siendo un ejemplo muy digno de cine fresco y sin pretensiones, una gamberrada fílmica que consiguió su propósito comercial aprovechando la inercia que marcó Gremlins, pero esta vez, acentuando quizás su contenido de terror más al estilo serie B.


La invasión alienígena devora-hombres no es una premisa demasiado original, sin embargo sí lo son el dúo de cazarecompensas que les siguen y esas ratas intergalácticas de afilados dientes tan devastadoras, equilibrando la balanza a su favor.
El paso del tiempo no le ha sentado nada mal e incluso adquiere una perspectiva diferente cuando la ves de adulto, percibiendo si cabe una broma socio-religiosa en cierta manera reconfortante (no olvidemos que están en la ultracatólica Kansas y que un cura mata aliens con un bazooka). De todas formas, es cuando la visionamos siendo niños que se nos revela realmente cautivadora, mostrando ingredientes muy atractivos para esas edades y seduciéndonos definitavemente, ya sea porque nos hagan gracia los peluditos o porque nos aterroricen.
Se divierte además, haciéndole un guiño a éxitos coetáneos, convirtiendo el logo de Los Cazafantasmas en un equipo de bolos o a E.T. en un muñeco que acaba por ser devorado.
En definitiva, una película distraída y simpática que consigue hacernos pasar por alto sus carencias y disfrutarla plácidamente, sumergiéndonos en una lectura superficial pero entretenida de la ciencia ficción. Se merece con toda justicia su etiqueta de película de culto.

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