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miércoles, 21 de septiembre de 2011

LA AMENAZA DE ANDRÓMEDA (1971)


Quizás conocido por todo el mundo a raíz de la aparición de su best-seller Parque Jurásico y la exitosa adaptación que Steven Spielberg hizo poco después para la gran pantalla, Michael Crichton se alzó como uno de los autores más leídos de los 90. Sin embargo ya llevaba a sus espaldas más de 20 años como escritor de ciencia ficción antes de ese éxito que tal vez marcaría un antes y un después en su mediatización.
Su primer best-seller con tintes científicos data de 1969 y se tituló La amenaza de Andrómeda, y también fue la primera de sus obras que sería trasladada al cine dos años después. En ella Crichton nos cuenta como si de un caso real se tratara (en los créditos iniciales se hace referencia como si la información clasificada del caso hubiera sido hecha pública y la película nos fuera a descubrir los secretos de la misma), el caso denominado por el Gobierno como La amenaza de Andrómeda. La sonda Scoop VII se sale de su órbita y va a caer el pueblo de Piedmont en Nuevo Méjico. Cuando el ejército va a recogerla, descubre que todo el pueblo parece desierto, pero al estudiarlo con más detenimiento ven que todos sus habitantes están inconscientes o muertos, al acercarse una patrulla para chequearlo, estos se convierten en nuevas víctimas de un misterioso mal que ataca a todos los que se acercan demasiado al pueblo.
Enseguida se pone en marcha la alerta que activa el Proyecto Wildfire, un plan elaborado por el Gobierno para hacer frente a posibles contaminaciones extraterrestres provinentes de las sondas espaciales a su regreso a la Tierra. Así, varios reputados científicos en distintos campos, son llevados con carácter de urgencia hasta unos laboratorios secretos situados bajo tierra en Nevada. Allí deben determinar a lo que se enfrentan: ¿Algún tipo de radiación? ¿Un microorganismo? ¿Un mensaje extraterrestre?
De esta forma empieza una cursa contrarreloj para identifiar el causante de lo que parece que podría llegar a ser una epidemia imparable para la humanidad.
Crichton destaca en todas sus obras por poner siempre un punto científico como iniciador de sus relatos, si en la archiconocida Parque Jurásico era la supuesta probabilidad de obtener ADN de dinosaurio de un mosquito atrapado en el ambar, aquí proponía el hecho de que una sonda espacial volviera a casa con algo del espacio exterior tremendamente agresivo con la vida de la Tierra. Asimismo es de agradecer el minucioso detalle con que nos expone los pasos que se toma con los científicos a su llegada a la base para despojarles de todo tipo de bacteria interna o externa, pasando por todo tipo de tratamientos hasta llegar al nivel final libres de cualquier agente que vulnerara el aseptismo total de la base.
También se da mucha importancia a los procedimientos científicos para proceder a la identificación del causante de estas muertes, usando pruebas reales que eran comunes en los años 70 para determinar un contaminante, pasando por pruebas de tamaño para saber si es un virus, bacteria u otro organismo, pruebas donde se exponen diferentes animales para ver el modus operanti de infección, y otros muchos tests durante la mayor parte del metraje.
Aunque los equipos técnicos, ordenadores y otros elementos obviamente han quedado anticuados, la sensación de verosimilitut y seriedad sigue estando allí, alejándose de aparatos futuristas y pruebas irreales.


Una escena que tiene su miga es la exposición de un mono a la sonda y en la que vemos su agónica muerte, llegando a impresionarnos. En el rodaje de la misma se tuvo muy en cuenta el bienestar del animal y para evitar futuras denuncias estuvo supervisada por la Sociedad Protectora de Animales.
En realidad en la cámara había CO2 y al respirarlo el animal simplemente se desmayaba, fuera de plano había un técnico respirando a través de una mascarilla y que rapidamente tras cortar la escena, le administró al sufrido animal oxígeno para recuperarle al instante.
También ha estado acertada la escena en que vemos el sueño que tiene uno de los científicos, en el que en una pizarra se puede ver un dibujo de un investigador mirando a través de un microscopio a una muestra, de la cual vemos que sale un globo de texto diciendo: "TAKE US TO YOUR LEADER!"... muy representativa de lo que están viviendo allí.



Si tengo que destacar algo por encima de todo, es la sensación opresiva que trasmite el film, gracias a que la mayor parte del mismo transcurre bajo tierra, en espacios bastante reducidos, con ese ambiente aséptico (recuerda un poco a Odisea 2001 en algunos momentos), mezclado con los trabajos minuciosos de los diferentes miembros del grupo y con una música electrónica que a veces pone de los nervios, logrando captar nuestra atención y que suframos con los avances de la investigación.
En su contra tal vez juega que los actores están simplemente correctos y en algunos casos no llegan a transmitirnos mucho, la verdad sea dicha, aunque tampoco es de esas películas en que esto sea imprescindible para el buen funcionamiento de la misma.
Y quizás que como suele pasar con muchos best sellers, el final a veces llega a ser precipitado y no tan satisfactorio como apuntaban nuestras expectativas (la escena de los lásers totalmente suprimible a mi parecer). Aquí me queda ligeramente esa impresión, un final un poco acelerado y no todo lo convincente que me habría gustado, pero que cierra de forma bastante correcta una muy buena historia de ciencia ficción.
Más recientemente en el 2008 se realizó un remake para la televisión producido por los hermanos Ridley y Tony Scott, que no pasó de mediocre y que como suele ser habitual no llegaba a la altura de su predecesora. Yo de vosotros me quedaría con la primera sin dudarlo un instante, un clásico del género.

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