PAGES

martes, 30 de agosto de 2011

THUMBSUCKER (HACIENDO DEDO) (2005)

El cine independiente se me antoja como probar un zumo de frutas tropical de vez en cuando, de entrada apetecen sensaciones diferentes y poco comerciales, pero te la juegas si se pasan con el maldito mango. El caso que hoy propongo contenía demasiado mango, siendo sutil.
La trama tiene tarea. Nos presentan a un joven norteamericano deprimido e inadaptado (los hay en masa cruzando el océano al parecer) que a sus 17 años aún se sigue chupando el pulgar, literalmente.
Su vida se ve afectada por ese motivo, ya que es incapaz de sincerarse con las chicas, de llevar una relación normal con sus padres o confesárselo a su dentista, que a su vez, es más parecido a un psicoanalista.
                                                                                                        La hipnosis parece que tiene su efecto, atenuando ligeramente su causa pero ocasionando otros trastornos. Aconsejado por el profesorado, comienza un tratamiento con fármacos que desatarán la inteligencia oculta del alumno, y se transformará de repente en el líder del grupo de debate, siendo un verdadero fenómeno.
Las consecuencias de ese cambio le harán entender que las cosas siguen realmente igual y que su problema siempre le perseguirá, en forma de chupa pulgares o de cualquier otra manía. Personalmente me sobran algunos actores del reparto que me incitan al insulto, como es el caso de Keanu Reeves (absolutamente innecesario) o Benjamin Bratt, un actor que me desconcierta por lo pésimo que resulta. El film cuenta con un personaje principal bastante acertado, regalándonos expresiones entre divertidas y dramáticas del todo curiosas, pero se ve envuelto en un sinfín de giros de guión sufridamente interesantes y algo necios que nos quiebran la atención. Un film independiente sustentado en una idea pobre, un poco delirante, sí, pero que no acaba de funcionar como pretendía.
Ni salvando secuencias logradas como cuando entran en debates escolares o comparte momentos con su hermano pequeño son suficientes para que seamos capaces de aguantar a un descolocado Vince Vaughn que no alcanza a deshacerse de su papel humorístico para dramatizar lo más mínimo, siendo un engorro y entorpeciendo aún más el film.
No me ha provocado nada en ningún sentido, y salgo tan desencantado de la película que soy incapaz de recomendarla a nadie por nada en especial. Por cierto, tildada de comedia, poco encontraremos de ella, tal vez la situación alocada de su protagonista y su pulgar, que tristemente, son lo mejor del film.

No hay comentarios:

Publicar un comentario