El último trabajo de Iciar Bollaín, "También la lluvia", se presenta como una certera reflexión sobre las colonizaciones pasadas y presentes que contrasta el denominado nuevo mundo con el viejo, creando paralelismos actuales que abren un jugoso debate entre culturas y sociedades. Nos cuenta la historia de un director de cine, Sebastián (Gael García Bernal, muy correcto) que pretende rodar una película sobre la llegada de Colón a tierras bolivianas y cómo se apropiaron de tierras, gentes y valiosas pertenencias indiscriminadamente, inculcando valores religiosos a golpe de machete. Viaja con el grupo el productor de la misma, Costa (un Luis Tosar estupendo como de costumbre, pero algo comedido en su actuación) que no realizará únicamente un viaje a Bolivia, sino que hará un largo y angustioso trayecto hacia lo más profundo de sus valores y su persona, enriqueciendo la trama notablemente.
Una vez trasladados a Cochabamba (Bolivia) hacen un cásting para conseguir indígenas como extras en su film, que con muchísimos participantes, todo parece ir sobre ruedas, poco sueldo, mínimos recursos y mano de obra barata, provocando un ahorro muy significativo. Uno de los contratados, Daniel (Juan Carlos Aduviri, que con sus facciones ya nos convence) resulta ser un líder para los suyos en la lucha diaria con los problemas de su ciudad con el agua (no hay suministro para todos de algo tan elemental) y desatará una oleada de revueltas en la ciudadanía por intentar conseguir lo que, por otro lado, debería ser un derecho sin más. Esos altercados provocaran una inesperada desorganización en el plan del rodaje afectando de maneras bien distintas a cada uno de ellos, creando un contraste impresionante entre valores y principios morales.La película es redonda, comprometida y trascendente, logrando una puesta en escena sobria y socialmente hiriente, un caso más de buen cine español con grandisimos efectos críticos y culturales. No tardamos mucho en darnos cuenta que la historia se repite cientos de años después, con un abuso desmesurado de los aborígenes, como en su día hicieron los colonizadores y una devastadora manera de conseguir nuestras riquezas, pisando a quién haga falta. Las localizaciones del film son fabulosas, el efecto del cine dentro del cine es espléndido y en conjunto no hay fisura ni argumental ni interpretativa. Uno de los pocos peros que le veo es su consabida posición crítica, que puede dar lugar a consideraciones petulantes, lo que seria caer en un error, ya que no es nada pretenciosa, aunque lo pueda parecer.
El actor fetiche de Iciar, Luis Tosar (está presente en casi todos sus éxitos) consigue darle ese toque de seriedad y credibilidad a un personaje que tanto necesita el cine español actual, y se alza como uno de los mejores interpretes de nuestra generación (su trabajo en Celda 211 fue soberbio).
Una película pues, del todo recomendable, y no solo por sus actores (Karra, Tosar, Bernal..) sino por conseguir una esclarecedora manera de contarnos una cruda realidad, tan dolorosa como verdadera.
Necesita un momento de reflexión tras su visionado, y no estoy enajenado en estos momentos, de verdad me resultó magnífica.
Totalmente de acuerdo contigo Jesús. Es una película para reflexionar.He tardado tiempo en verla porqué quería verla tranquilamente y no me ha decepcionado.
ResponderEliminarCoincido también en la actuación de Luís Tosar, como evoluciona su personaje a lo largo de la película. Genial también Juan Carlos Aduviri y como no las intervenciones de Karra Elejalde, siempre hilarante.
Sonia
Sonia, Karra es el protagonista de un escena eliminada muy interesante que puedes ver en el DVD, si aún no la has visto, mírala, te gustará. En mi opinión, un error haberla suprimido del montaje final.
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